jueves, 21 de agosto de 2025

AVE VERUM DE VALORIA DEL CARMEN

Desearía dedicar esta leyenda a Yunyin y a su marido Yñigo Míguez; hombre culto y gran empresario, gracias al que se han restaurado y conservado innumerables joyas del patrimonio (entre ellas, el Convento del Carmen, en Cogolludo).

ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general de leyendas: http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com/2023/01/indice-de-leyendas-de-la-mota-del.html

Los capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido en rojo y cuya finalidad es razonar ideas). Si desea leer el artículo entre líneas, bastará seguir las letras negrillas y las rojas destacadas.





SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres dibujos míos del Convento de El Carmen (Carmelitas descalzos) de Cogolludo. La leyenda que presentamos en el capítulo de hoy, tiene un enorme nexo con este edificio de Guadalajara, fundado por Juan Fonte de la Cruz (en 1590). Presbítero y hombre de santas costumbres; nacido en esta localidad. Quien al final de sus días, dedicó su fortuna y vida a levantar el emblemático templo dedicado a la Virgen del Carmen; dotándole de medios para su desarrollo y subsistencia. Edificio y clérigo de los que Herrera Casado nos dice:

fundador del Convento de frailes carmelitas descalzos de Ntra. Sra. del Carmen, de la villa de Cogolludo, fué D. Juan Fonte de la Cruz, perteneciente a hidalga familia alcarreña. Se ignora la fecha de su nacimiento. Murió el año de 1599, muy probablemente a resultas de la pandemia de peste (…) fue hombre espiritual, clérigo presbítero, heredero de una holgada fortuna, que hizo durante varios años vida solitaria en la Ermita de Ntra. Sra. del Val en los alrededores de Cogolludo. Prendido en él el ardor de la reforma carmelitana, decidió emplear sus bienes en fundar un convento para frailes descalzos de esta (…) Al cabo de los seis años, tal como había prometido, ya estaban hechos la iglesia, el claustro y demás dependencias conventuales, y así lo declara en 1599, a 14 de febrero, cuando redacta su testamento (…) La invasión francesa supuso el saqueo y destrucción casi completa de esta institución religiosa” -ver cita (3) -.

Tras el intento por rehabilitarlo después de su expolio por las tropas napoleónicas, finalmente el edificio fue abandonado y quedó en ruinas; siendo más tarde desamortizado. Casi doscientos años permaneció destruyéndose, llegando a usarse como cantera artificial. Pero en el 2004 fue adquirido por Yñigo Míguez del Olmo; que logró recuperarlo y establecer en ese convento un museo privado, a más de la cabecera de sus empresas vitivinícolas y de eventos.




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes del Convento El Carmen, en Cogolludo. Al lado, una foto mía, tocando la guitarra, en su nave central. Abajo, exterior del templo, en imagen oficial de la empresa.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El Convento del Carmen, en Cogolludo (Guadalajara); abajo, imagen de la empresa.











A)- ANTECEDENTES:


A-1)- La princesa de Éboli y su injusto encierro:

           En julio de 1579, el rey Felipe II mandó apresar a Ana de Mendoza (princesa de Éboli) y a Antonio Pérez (secretario de su majestad); como partícipes de una conjura. Se les acusaba de haber ordenado matar a Juan Escobedo, secretario de Don Juan de Austria; aunque la Historia ha dejado manifiestamente claro que el asesinato fue muñido por el propio rey. Quien, año y medio después; al verse señalado por el pueblo y las autoridades, decide buscar dos chivos expiatorios. Pese a esa detención sin acusaciones, era verdad que Antonio Pérez dirigió la triste ejecución de Escobedo (mandada por el soberano). Intentando envenenarle por tres veces (sin éxito) y encargando finalmente a unos sicarios, su muerte a estoque -en marzo de 1578-. Pero debido a las implicaciones de los autores, las investigaciones sobre el crimen no daban fruto; lo que provocó la ira de muchos y todo tipo de comentarios en los mentideros de la Corte. Siendo así como Felipe II ordena apresar a su secretario y a la princesa de Éboli al comenzar el verano de 1579; manteniéndoles en cautividad, sin juicio ni pruebas oficializadas. De ese modo fue como vivió desde entonces Ana de Mendoza, condenada a confinamiento y esperando someterse a proceso, para demostrar su inocencia. Pues había sido una gran amiga -quizás amante- del referido Escobedo; que actuaba como su administrador y al que nada malo deseaba. Por todo ello, parece que el motivo para detener a la duquesa de Pastrana; fue su respuesta cuando las autoridades le preguntaron acerca de la muerte de Escobedo. Aseverando que el rey lo sabía todo sobre el asesinato.

            La condena sin juicio, se inició con seis meses de cautividad en la Torre de Pinto; hasta que la trasladaron al castillo de Santorcaz, debido a la insalubridad y dureza de esas celdas. Pero la segunda prisión no fue mejor; por lo que cayó gravemente enferma. Muchos creen que simuló sus dolencias, dejando de comer y mostrándose cercana a la muerte. Por cuanto, el rey, pensando que fallecería, permitió que la confinasen en su palacio de Pastrana, en 1581. Pero allí, logró restablecerse, vivir holgadamente en sus dominios, e incluso celebrar pequeñas fiestas. Aunque la noticia de su cómoda vida llegó pronto a oídos de Felipe II; cuya inquina por esta bella noble solo se explica en base a un posible amorío de juventud. Debido a lo que muchos consideran al segundo hijo de la princesa de Éboli, un bastardo del rey. Nos referimos a Rodrigo, primogénito de la casa de Mendoza; al que los miembros de La Grandeza lograron finalmente enfrentar con su madre, para que pleitease y apoyase las decisiones del soberano. Por lo antes referido, desde 1582 fue sometida a un peor cautiverio, que duró una década más. Durante el que se dice, la duquesa de Pastrana tan solo tuvo permiso para asomarse una hora al día, a su terraza y balcón sobre la calle principal. Debido a ello, la explanada sobre la que se eleva esa residencia de la Éboli, se llamó Plaza de la hora. Durante estos años de soledad, escribió infinidad de cartas al monarca, solicitando clemencia; sin recibir respuesta alguna. Por su parte, entre otras medidas que tomó la Corona contra ella, destacó el retirarle la tutela de sus hijos y su inhabilitación civil; dejándola tan solo habitar en Pastrana con cuatro sirvientas y su primogénita -también llamada Ana- (1) . Finalmente, viendo el monarca que no fallecía y que seguía enviándole misivas; parece que ordenaron emparedar las estancias del palacio, para que siquiera viera el Sol. Muriendo en 1592, a los cincuenta y dos años; tullida y maltrecha, a consecuencia del encierro y sus preocupaciones.



SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Palacio ducal de Pastrana, en que estuvo presa la princesa de Éboli. Arriba, reja y balcón donde le permitían salir una hora al día. Abajo, frente y entrada principal del edificio.




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Palacio ducal de Pastrana y construcciones aledañas.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Entradas a la Plaza de la Hora, en Pastrana. En el arco de acceso, imagen de abajo; observamos el palacio ducal al fondo.










A-2)- Las partituras que envió la princesa como regalo al rey, pidiendo clemencia:

           Dice la leyenda, que en 1586, viéndose sola y completamente apartada de la Sociedad; decidió mandar un importante presente a Felipe II, con el fin de que se apiadara de ella. Fue tras saber que el Señor de Valoria la Buena -un familiar cercano-, tenía en su poder una obra de música sacra, cuya composición se atribuía a Francisco de Borja. No sabemos si el autor de tales partituras era realmente el santo, pero sí conocemos que la princesa intentó hacérselas llegar al monarca (en Valladolid). Deseaba que estuvieran en manos del soberano, con el fin de recordarle otra condena errónea; como fue el proceso contra ese jesuita, muerto en loor de santidad. Para comprarlas y llevarlas hasta el rey, la de Pastrana eligió a un hombre famoso por sus virtudes; un santo varón vecino de Cogolludo, llamado Juan Fonte de la Cruz. Presbítero de hidalga alcurnia, del que la leyenda narra como adquirió las referidas pautas musicales en Valoria, intentando entregarlas a la Corona, en el monasterio vallisoletano de La Santa Espina -lugar donde Felipe II tenía su cazadero y zona de descanso- (2) . Pero no logró que el soberano aceptase el regalo, por cuanto Fonte de la Cruz se vio obligado a venderlas, obteniendo una gran suma por ellas. Después, regresó a Guadalajara, donde la princesa de Éboli no deseó recibir ese dinero ganado con las pautas; por lo que el emisario lo usó para comenzar a construir el Convento del Carmen, en Cogolludo (desde 1587). Finalmente, para continuar esa obra, utilizará prácticamente todos los fondos de su fortuna personal; logrando fundar el templo y la institución, en 1590 (3) . Aunque la leyenda mantiene que para ello también contó con el apoyo y ayuda de la princesa de Éboli. Quien aportaría donaciones para la creación del referido templo Carmelita de Cogolludo, entregadas al presbítero por su viaje a tierras vallisoletanas; en que Juan Fonte intentó mediar con Felipe II, para liberarla de su cautiverio.

           De tal modo, la historia que hoy recogemos, trata sobre una obra musical que se atribuyó a San Francisco de Borja; comprada por la duquesa de Pastrana al Señor de Valoria; con el fin de regalarla al soberano. Describiendo el modo en que Juan Fonte de la Cruz viajó desde tierras de Guadalajara hasta Valoria, para adquirirla. Trasladándose más tarde a poblaciones cercanas al Monasterio de la Santa Espina; donde el monarca solía descansar y cazar. Allí, contactó con los jesuitas y principalmente con Doña Magdalena de Ulloa; hija del Señor de la Mota y hermana del primer marqués del lugar (Rodrigo de Ulloa). Gran señora, que mantuvo un estrecho contacto con la Éboli; debido a que años antes del cautiverio de la princesa, se vio obligada a recoger y tutelar una niña, nacida de los amores furtivos entre Jeromín y una dama de esa duquesa. Repitiéndose -en parte- la historia vivida con Don Juan de Austria. El hijo natural de Carlos V, criado en el castillo de Villagarcía de Campos por Magdalena de Ulloa y su marido -Luis de Quijada-.  Así fue como años más tarde -en 1569-, Juan de Austria tuvo una hija con una prima de la Éboli, llamada Maria de Mendoza. Niña que entregaron a Magdalena de Ulloa (en Villagarcía) y a la que llamaron Ana de Austria Mendoza -históricamente recordada por sus amoríos con el Pastelero de Madrigal y como abadesa de las Huelgas-.

            Conforme a lo que hemos ido exponiendo, nos dice la leyenda que cuando la princesa de Éboli conoció la obra musical atribuida a Francisco de Borja; la adquirió para enviarla como regalo a Felipe II. Con el fin de que el rey meditase sobre las injusticias en los procesos; se apiadara de ella y la liberase del confinamiento. Deseando mostrar así, que su cautiverio podría tratarse de un linchamiento, similar al que sufrió el santo fundador de los jesuitas (4) . Perseguido desde 1559 por La Inquisición; involucrado en un terrible Auto de Fe, llevado a cabo en Valladolid (presidido por el rey). Donde se consideraron heréticos numerosos de sus escritos, siendo echados al fuego. Pese a que, años más tarde, Francisco de Borja fue reconocido como uno de los hombres con mayor bondad en el reino.

          Supone la historia que recogemos, que en esa terrible quema, celebrada  en la capital vallisoletana; se perdieron varias obras musicales del Borja. Pira del Santo Oficio, de la que el Señor de Valoria habría salvado algunas de sus partituras sacras (una, intitulada Ave Verum). Por cuanto la confinada en Pastrana, las compró; enviando a Juan Fonte de la Cruz a adquirirlas en Valoria, para que las llevase hasta los Ulloa. Con el fin de que Da. Magdalena la hiciera la llegar al monarca; debido al acceso que su familia tenía hasta el rey. De tal modo, en 1586 viajó el presbítero desde Cogolludo hasta tierras de Valladolid. Parando primeramente en Olmillos de Sasamón, en cuyo palacio le acogió ese familiar de la noble alcarreña y Señor de Valoria. Quien, tras venderle la obra atribuida al santo de Borja, le prepararía una audiencia con Magdalena de Ulloa; en la colegiata de Villagarcía (recién fundada por ella). En ese intento por hacer llegar las partituras a Felipe II, parece que el emisario de la Éboli vivió con los jesuitas, en el templo de Almaraz; a medio camino entre Villagarcía de Campos y Mota del Marqués. Donde debieron quedar depositadas las pautas, debido a que el rey Felipe II no quiso recibirlas. Por lo que Magdalena de Ulloa las adquirió, pagando por ellas una gran suma de dinero; cantidad que Juan Fonte de la Cruz quiso entregar a la princesa de Éboli cuando regresó a Guadalajara. Aunque esta no admitió recibir más que aquello que había dado a su mensajero, al partir hacia Valladolid. De tal manera, el emisario de la duquesa se vio con una pequeña fortuna en sus manos y habría comenzado las obras del Convento Carmelita de Cogolludo; con esas ganancias obtenidas en el referido viaje.



ARRIBA: mapa con los puntos más cercanos a Mota del Marqués, donde se desarrolla la leyenda:

1- Villagarcía de Campos: Lugar del que eran señores el matrimonio formado por Luis de Quijada y Magdalena de Ulloa. En cuyo castillo-palacio se crio Jeromín, de niño. Además, al quedar viuda Da. Magdalena, donó gran parte de su fortuna para levantar allí el primer templo histórico de los jesuitas: La Colegiata de San Luis, fundada en 1580 .

2- Almaraz de la Mota: Antigua aldea (hoy despoblado) sita entre Villagarcía y Mota del Marqués. Sus tierras eran propiedad del marquesado de La Mota y en ellas se elevaba una iglesia, regentada por jesuitas de Villagarcía. Hace unos setenta años fue completamente abandonada y en 1958 vendida a una familia de Valladolid; momento en que el Obispado recogió los enseres importantes del templo, al ser desacralizado.

3- La Aldea Colorada (o Granja San Ignacio): Hacienda que originariamente también perteneció al marqués de la Mota, sita a la salida de esta localidad. Fue devuelta a los jesuitas tras la Guerra Civil y allí se establecieron hasta 1958; cuando fue adquirida por la misma familia que compró Almaraz de la Mota.

4- Mota del Marqués: Lugar del que era señor el padre de Magdalena de Ulloa; mientras su hermano Rodrigo fue nombrado el primer marqués, en título concedido por Felipe II. Según narra la leyenda, debido a esa cercanía de los Ulloa con el monarca, la Princesa de Éboli estableció contacto con ellos, para solicitar al rey que le perdonase en su confinamiento. Con tal fin, en 1586, envió las partituras compuestas por Francisco de Borja; salvadas en un Auto de Fe, donde se quemaron numerosas obras y escritos de este santo. Mandando para ello, como emisario, a Juan Fonte de la Cruz; conocido hombre de fe, que en 1590 fundó el Convento Carmelita de Cogolludo.

5- Monasterio de San Rafael de la Santa Espina: Lugar y centro religioso, fundado por la hermana de Fernando de Castilla (el emperador); elevando una iglesia en estos campos que antes fueron dominio de caballeros y monjes; para que se conservase allí una espina de la Santa Corona. Se trata de un cazadero Real, de orígenes visigodos; donde descansaban los monarcas y se dedicaban a otros menesteres (entre los que destacaba, atender a sus meretrices). Muy frecuentado por Felipe II; dice la leyenda que en la Santa Espina, intentaron entregarle la carta de la Princesa de Éboli y las partituras, que Juan Fonte de la Cruz llevó hasta Villagarcía de Campos.

6- Valladolid (capital): Ciudad en la que se celebraron dos Autos de Fe en el año de 1559; el segundo, para conmemorar las bodas entre Isabel de Valois y Felipe II. A este último asistió el rey con su prometida, presenciando la quema de escritos que se habían declarado herejía. Entre ellos, los de San Francisco de Borja, que se vio perseguido desde ese momento por la Inquisición, debiendo huir de España, para establecerse en Portugal y Roma durante más de una década. La leyenda supone que durante ese segundo Auto de Fe, el viento hizo volar algunas de las partituras escritas por el santo de Gandía; pliegos que logró recoger el Señor de Valoria (salvándolos de la hoguera).

7- Valoria la Buena: Señorío castellano de gran antigüedad, cuya noble casa tenía como solar de origen Olmillos de Sasamón. La leyenda afirma que Manuel Franco de Guzmán; Señor de Valoria, con residencia en Valladolid y en el mencionado Olmillos; fue quien recogió las citadas partituras de la hoguera, conservándolas en su palacio de Valoria la Buena.

(sobre Franco de Guzmán, ver: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.revistaazogue.com/Azogue5-4.pdf )

8- Tordesillas: Importante población vallisoletana, visitada repetidamente por San Francisco de Borja, para asistir a la reina Juana I. Llamada la loca, que mantuvieron recluida hasta su muerte en el palacio y convento de este lugar. Que se halla a muy poca distancia de Toro (apenas a treinta kilómetros); donde residían los hijos del santo fundador de los jesuitas.

9- Toro: Villa zamorana, antaño una de las ciudades más relevantes de la zona, donde vivían nobles y familias de enorme raigambre. Entre ellos, los Enríquez, marqueses de Alcañices; cuyo primogénito se casó en 1550 con la hija segunda de Francisco de Borja (llamada Juana). En 1559, la familia Enríquez se vio envuelta en un escándalo de herejía; debido a que tenían relación con Centro Europa y habían leído a Erasmo o a Lutero. De ese modo, la hermana del marqués de Alcañices fue procesada junto al grupo del Doctor Cazalla; y declarados heréticos por el inquisidor General. Llevando a cabo la purga y los famosos Autos de Fe, celebrados en Valladolid durante ese mismo año. Donde mataron y quemaron a los cabecillas; imponiendo el Sambenito a Ana Enríquez; cuñada de la hija de San Francisco de Borja (que acompañó al cadalso a la penitenciada). Poco después, las obras de este fundador jesuita fueron también perseguidas y quemadas por el Santo Oficio en otro Auto de Fe, celebrado en Valladolid.



SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres vistas de Almaraz de la Mota y su iglesia, hoy en ruinas. Arriba, los campos del antiguo Almaraz, fotografiados desde Urueña (al fondo vemos Villardefrades). Al lado y abajo, la iglesia de Almaraz de la Mota (abandonada). Sita junto la A-6 en su kilómetro 215 (en dirección hacia Galicia); según la leyenda, allí se guardaban las partituras salvadas de la hoguera en octubre de 1559, que contienen una obra de San Francisco de Borja.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, portada de un magnífico libro biográfico sobre Magdalena de Ulloa (V.V. A.A.), editado por la Colegiata de Villagarcía. Abajo, entrada a los restos de el Alcázar de Villagarcía de Campos, residencia los señores de este lugar (Luis de Quijada y Magdalena de Ulloa); donde fue criado Don Juan de Austria durante su infancia.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, lienzo con San Francisco de Borja, expuesto en del Museo de la Colegiata de Villagarcía (institución a la que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, altar mayor de la misma Colegiata, con los cenotafios de Magdalena de Ulloa y su esposo, Don Luis de Quijada (uno de los hombres de mayor confianza para Carlos I).









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, talla que representa a San Francisco de Borja en el retablo de la iglesia alta de la Colegiata (sita en el segundo piso, donde se encuentran los Mártires del Japón). Abajo, exterior de la Colegiata de San Luis, en Villagarcía de Campos; fundada por Magdalena de Ulloa en 1580.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El monasterio de La Santa Espina; muy próximo a Villagarcía de Campos y a Mota del Marqués. Rodeado por un cazadero real, era lugar que frecuentaba Felipe II; y allí conoció a su hermano Don Juan de Austria.












JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
San Rafael de La Santa Espina. Al lado, reliquia de la Santa Espina de la Corona de Cristo, tal como se custodia en la iglesia del monasterio (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Abajo, entrada al recinto sagrado.









B)- APARICIÓN DE LA OBRA:


B-1) Documentación procedente del despoblado y templo de Almaraz de la Mota:

           Tras la Guerra Civil, se autorizó el regreso de la Compañía de Jesús a España y devolvieron parte de las propiedades que les habían incautado históricamente. Uno de los lugares enigmáticos reintegrados a la Congregación, fue su primera fundación; patrocinada por Magdalena de Ulloa en Villagarcía de Campos. Donde la viuda de Luis de Quijada (Señor del lugar) elevó la Colegiata de San Luis en 1580; escuela y seminario de la Compañía de Jesús creado a expensas de este matrimonio (que para ese fin, destinó gran parte de su fortuna). Muy cerca de esta Colegiata, dos grandes fincas o posesiones adheridas; también fueron devueltas a la Orden (después de su retorno tras la contienda). La primera se halla junto a Mota del Marqués; concretamente en kilómetro 201 y al lado Oeste de la actual A-6. Siendo el lugar conocido como Granja de San Ignacio o La Aldea Colorada; cuyos campos y construcciones debieron ser originariamente propiedad del marqués de la Mota -familiares de Da. Magdalena de Ulloa; quienes donarían ambos lugares a los jesuitas- . La segunda propiedad formaba parte de un antiguo despoblado abandonado, antaño perteneciente al mismo marquesado y denominado Almaraz de la Mota. Se halla a medio camino entre La Mota y Villagarcía de Campos; sito en las faldas de Urueña (también junto a la A-6, pero en el lado Este). Donde aún podremos ver los restos de una importante iglesia del siglo XVI (con una edificación previa del XIV). Antiguo templo de Almaraz, que parroquialmente pertenecía a la Colegiata de Villagarcía de Campos; por cuanto igualmente quedó bajo el patrocinio de la Compañía de Jesús.

         Sabemos que desde el final de la Guerra Civil se establecieron en ambas posesiones numerosos aparceros, pastores y personas vinculadas a la Orden (muchos de ellos, vecinos de Mota del Marqués). Aunque en 1958 se venden ambas fincas, con sus edificios aledaños; tras quedar totalmente abandonado el despoblado de Almaraz. Una transacción que los clérigos realizan, mientras finalizan las labores de reconstrucción de una nueva residencia y escuelas, en la Colegiata de Villagarcía de Campos (5) . Donde en 1959 se abre un gran complejo que alberga centros docentes e internado; junto a un enorme convento de retiro para los jesuitas jubilados (tras haberse restaurado la Iglesia y otras zonas pertenecientes al siglo XVI). Por lo que -seguramente- se decide entonces vender esas posesiones ligadas a la Congregación, para invertir en la finalización del costoso proyecto de Villagarcía. Siendo en 1958, cuando compra Aldea Colorada y las tierras de Almaraz, una importante familia residente en la capital vallisoletana. Quienes, en segunda generación, las tuvieron que dividir entre dos ramas -o estirpes- de diferentes de hermanos. Por cuanto ambas heredades tienen actualmente distintos propietarios.

         De tal modo, sabiendo nosotros que en la antigua iglesia de Almaraz existió un archivo, donde se conservaban importantes partituras; decidimos contactar con los dueños de las haciendas. Aunque, para iniciar nuestras investigaciones acerca de lo que se recogió y vendió, tras amortizarse el templo de Almaraz; tan solo pudimos encontrar un contacto en la otra finca (Aldea Colorada). De ese modo, nos dirigimos a los propietarios de la heredad, sita junto a Mota del Marqués; llamada también Granja San Ignacio. Donde fuimos magníficamente recibidos por sus gestores, quienes han creado un importante centro de turismo rural y para la promoción de eventos (a más de continuar con su explotación agropecuaria). Allí, pudimos hablar con el destacado empresario D. Macario Revuelta y su esposa -Da. Camino-, dueños de la hacienda. Que nos informaron sobre todos los pormenores y los numerosos sucedidos, tras la compra en 1958 de la finca. Atendiéndonos en una amable visita, donde comprendimos la ampliación de instalaciones, el estado inicial de la granja y las enormes mejoras de este proyecto realizadas por ellos (6) . Llevando a cabo una enorme inversión e inigualable empresa, galardonada con el Premio a la Mejor Labor Turística (por el diario vallisoletano El Norte de Castilla).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
tres imágenes de Aldea Colorada (Granja San Ignacio) en Mota del Marqués. Arriba y abajo, su patio central, con una escultura de Ignacio de Loyola, levantada en 1956, en conmemoración al quinto centenario de la muerte del santo. Como hemos referido; hasta 1958 permaneció esta hacienda en manos de la Congregación. Al lado, las instalaciones, actualmente convertidas en casa rural o en salones para eventos.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
detalles de la escultura de San Ignacio de Loyola, en Hacienda Colorada (al parecer, se hizo tomando un pastor motano, como modelo para su rostro). En uno de sus lados las fechas conmemorativas: 1556 (fallecimiento del santo) y 1956 (quinto centenario). Sobre estas, los escudos de la familia Loyola.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos fotos más de La Aldea Colorada y sus instalaciones.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
la capilla en culto, que se conserva dentro de esta hacienda también llamada Granja San Ignacio.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El palacio del marqués de la Mota (Rodrigo de Ulloa, hermano de Da. Magdalena). Suyos eran también los pagos de Almaraz y los de la actual Aldea Colorada.









BAJO ESTAS LÍNEAS: Mota del Marqués, vista desde La Aldea Colorada



        Tras conocer cuanto fue de esa Aldea Colorada, intentamos saber qué había sido de la otra heredad, sita en el camino hacia Villagarcía. Interesándonos especialmente por la iglesia de Almaraz de Mota y del modo en que finalmente se desamortizó; tras ser adquirida por su familia. Aunque los amables Sres. de Revuelta, tan solo nos pudieron confirmar que cuando se compró en 1958 ese despoblado y su templo; el edificio estaba todavía en buen estado, conteniendo numerosos bienes sacros, que pertenecían al Obispado (o a la Villagarcía). Por lo que tan solo sabían, que previamente a realizarse la venta; la referida ermita hubo de ser desacralizada, anulada en culto y que sus antiguos propietarios recogieron los objetos de interés religioso, allí guardados.

         Siendo así, nos pusimos en contacto con personas del departamento de Cultura vallisoletano, muy ligadas a la Iglesia; para conocer si era posible visitar el archivo recogido em 1958, en Almaraz de Mota. Con el fin de conocer qué partituras se habían conservado procedentes del templo de este despoblado. Aunque, previamente a atendernos, nos requirieron una enorme discreción; debido a que no era común proporcionar acceso a registros de este tipo (al tratarse de documentación confidencial y previa a la desacralización, en venta de propiedades eclesiásticas). Tras asegurarles que no daríamos más nombres, ni referencias en nuestro estudio; nos citaron en un famoso convento de la capital pinciana, para facilitarnos los datos solicitados. Donde, en su biblioteca, mantenían una estantería y muebles procedentes de la sacristía de Almaráz de Mota; de los que nos permitieron tomar algunas imágenes. Pese a ello, no dieron permiso para fotografiar toda la documentación detalladamente; restringiendo numerosos libros relevantes y los textos antiguos de mayor importancia. Permitiendo tan solo una consulta de lectura, durante dos o tres horas; para tomar las notas más precisas y llegar a ciertas conclusiones.

            Finalmente, nos llevaron hacia una zona de la biblioteca, en cuya pared vimos enmarcada una partitura antigua. Allí abrieron un cajón de archivo, del que extrajeron un estuche encuadernado en becerro. Sobre de piel, del que sacaron numerosas partituras; muchas de ellas iguales. Asimismo, en el estante, había una publicación musical y diversos documentos antiguos escritos a mano; guardados en unas fundas plásticas. Nos dejaron fotografiarlos en grupo, aunque no en detalle; dándonos permiso para leer esas páginas sueltas (anotaciones de puño y letra). Mostrándonos una de ellas, en la que se explicaba el motivo y sentido de aquel estuche pleno de partituras antiguas. Carta en la que se exponía que el estuche de becerro, contenía copias de una famosa partitura atribuida a San Francisco de Borja. Tratándose de una pieza litúrgica (intitulada “AVE VERUM a Valoria del Carmen”); cuyas pautas impresas nos dejaron tomar en fotos -que divulgamos a continuación-. Aunque no permitieron que recogiéramos imagen del referido documento escrito a mano, guardado en el interior del sobre de piel; donde se narra la autenticidad y procedencia de la obra musical. Por lo que decidimos reproducirlo -como pudimos- y leerlo en voz alta; logrando grabarlo en un audio, que a continuación también transcribimos.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Arriba, Urueña; en las cercanías de Almaraz de la Mota. Al lado, de nuevo, la iglesia de Almaraz (hoy en ruinas). Abajo, de nuevo la villa de Urueña, a cuya izquierda y al fondo podemos observar tierras que fueron antaño de Almaraz.







JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, sacristía del monasterio vallisoletano, con un mueble procedente de Almaraz, donde se conservaban numerosos documentos. Abajo, detalle de algunos de los pliegos allí guardados.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
documentos procedentes de la iglesia de Almaraz de la Mota; conservados en el referido convento de Valladolid.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, sobre en piel de becerro, donde se guardaban las partituras del Ave Verum atribuido a San Francisco de Borja. Abajo, primera imagen de las partituras, extendidas sobre uno de los muebles procedentes de la sacristía de Almaraz.






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado; cuadro conservado en la sacristía del convento, con una de las partituras. Abajo, el referido cuadro y el resto de pautas sobre otro mueble procedente también de Almaraz de la Mota.







B-2) Las partituras y el texto adjunto del “Ave Verum a Valoria del Carmen”:

            Como explicábamos en nuestro epígrafe anterior y en las imágenes superiores; la sacristía del convento vallisoletano, conservaba un sobre en piel de becerro, procedente de los archivos de Almaraz. Envoltorio que contenía un total de ocho partituras del referido Ave Verum; a las que hemos de añadir una más, que mantienen enmarcada los sacerdotes del convento. Nueve pautas musicales, editadas a modo de octavillas (como hacían con las indulgencias); que actualmente tienen un tamaño irregular, de unos 16 x 23,5 centímetros cada una. Tras analizarlas con detenimiento; pronto se llega a la conclusión de que son claramente del siglo XVI (debido a su aspecto y papel de trapo). A ellas, se añaden otras dos partituras más, de un tamaño mayor (20 x 25 ctms. aprox) que recogen el mismo Ave Verum, junto a otra pieza cuyo título no se menciona en el escrito de referencia (pero que hemos de considerar también una “obra probable” de San Francisco de Borja y sus colaboradores). Creyendo muchos que se trata del final de una cantata del famoso VISITATIO SEPULCHRI; compuesta por el fundador de los jesuitas, junto a los más distinguidos músicos de su Corte en Gandía.


B-2. A) Documento que acompañaba las partituras:

           Para analizar el hallazgo, vamos a reproducir primeramente lo que pudimos recoger y transcribir del texto, conservado junto a esas pautas (en el mencionado sobre de piel). Hoja explicativa, escrita a mano; a mi juicio, en letra española del siglo XVII; que dicta del siguiente modo y se intitula Textus explicativus de partituris "Ave Verum" Valoria et del Carmen compositis. Cuyo original transcrito casi de forma literal, podemos leer en cita (7)  y que a continuación resumimos.

Texto explicativo sobre las partituras compuestas y llamadas "Ave Verum de Valoria del Carmen”:

SIC (interpretado): “En el año de 1559, se promueve en Valladolid la persecución de numerosos grupos heréticos. Destacando el proceso de los que predicaron y seguían al Doctor Diego Cazalla -de Pedrosa del Rey- y a su hermano Pedro Vivero. Ellos, Junto a numerosos súbditos cometían herejía; siendo muchos afincados en Valladolid (capital) y otros en la villa zamorana del Toro. Sus delitos fueron muchos, por cuanto estos alumbrados llegaron a la plaza de la ciudad, para hacer justicia con ellos; donde recibieron algunos garrote, quemando luego en la hoguera a los principales. Otros menores en la herejía, fueron llevados al cadalso pero se les impuso penas graves, de cárceles y deber de usar por siempre SanBenito. Todo lo narrado se sucede el 20 de mayo; en un Auto de Fe, con presencia de la reina regente de España. Donde el duque de Gandía (Francisco de Borja) quiso acompañar a varios de los penitenciados. Entre estos llevados al Cadalso, para imponerles el SanBenito, estaba Ana de Enriquez; hermana del su yerno, el marqués de Alcañizes (esposo de la hija de este clérigo, llamada Juana de Borja). Fue así como el noble de Gandía, sacerdote de la Compañía de Jesús, se vio involucrado también en herejía. Ya que muchos dijeron, él podía ser otro de esos alumbrados. Por cuanto Fernando de Valdés Salas, Inquisidor Mayor, abrió causa contra Francisco de Borja. Proceso que termina declarando contrarios a la fe muchos de sus escritos, entre ellos: partituras de su música y varios libros.

Fue así, como el 7 de octubre del mismo año (1559), prohibieron los escritos del fundador de los jesuitas y un día mas tarde hicieron un Auto de Fe con ellos en Valladolid. Presenciaron la quema, el rey Felipe II, emperador y soberano de las Hispanias, las Americas, Flandes e Italia. Mas cuando estaba ardiendo la obra del de Borja, sopló un fuerte viento que hizo volar parte de cuanto estaba en llamas. Principalmente salieron del fuego las pautas de música, donde estaba una obra para María llamada Ave Verum; considerada hereje, al ser un canto luterano y no católico. Estas partituras que escaparon de las llamas, cayeron en manos del Señor de Valoria la Buena, cuando estaba en el palco y junto al monarca. Por cuanto, haciendo alarde de devolverlas a la hoguera; el de Valoria, las tomo en sus manos y sin querer echarlas a la pira, hizo que las quemaba (aunque las guardó). Salvando del Auto de Fe, nueve pautas de música compuestas por el padre Borja (y dos más, que se guardan en este sobre de becerro).

Sucedió aquello el 8 de octubre, de 1559. Luego guardó en Valoria la Buena, su dueño, esas obras tomadas del fuego. Pero después de veintisiete años (en 1586), vino a Valladolid un presbítero llamado Juan Fonte de la Cruz, vecino de Cogolludo (tierras de los Mendoza). Clérigo que buscaba las pautas y música hechas por el de Borja; para comprarlas, sirviendo a su señora, la Princesa de Eboli. Duquesa de Pastrana, que permanecía reclusa por orden del Rey. Pero deseando ser liberada; pensó la noble que con las referidas partiduras del padre Francisco de Borja, se le ablandaría el corazón a Felipe II, logrando dejarla libre y sin pena. Intentó explicar al rey por carta que ella era tan inocente como el duque de Gandía, al que persiguieron en Valladolid y tuvo que huir de España. Para tal fin, llegó Juan Fonte de la Cruz a Valoria y más tarde fue a Villagarcia de Campos, donde estaba la dama famosa y rica Magdalena de Ulloa. Llevó a la Colegiata, fundada por la Señora de Ulloa, las nueve pautas musicales (y dos mas); para que aquella noble mujer las hiciera llegar al Rey, como regalo de la Eboli. Concertaron hacer la entrega al soberano en el Monasterio de la Santa Espina. Pensaban que así se ablandaría Felipe II, logrando que mandase soltar a la duquesa de Pastrana. Más ese emperador y monarca; manifestó no querer recibir nada de la noble infiel, ni menos verse en La Santa Espina con el mensajero de ella.

Ante tal situación y no sabiendo qué hacer, Juan Fonte de la Cruz (enviado para esa misión), decidió regresar a Guadalajara. Pero antes, le propuso la Señora de Ulloa, recuperar lo pagado en las partituras, y venderlas a su Colegiata de Villagarcía. Aunque para resarcir a la de Éboli, el mensajero decidió pedir diez veces mas de lo pagado en Valoria; con el fin de devolver grandes ganancias a su señora en Pastrana. Un dinero que pronto aceptó Magdalena de Ulloa; pagando una gran fortuna por esas octavas musicales, del padre Borja. Regresó de ese modo el emisario a Guadalajara, para entregar a su señora de Eboli la cantidad de dinero ganada. Mas la princesa solo tomó aquello que le había dado al salir en la misión; dejando a Juan Fonte de la Cruz todo el resto de beneficio. Una fortuna que uso inicialmente el presbítero, para fundar en Cogolludo su convento dedicado a la Virgen del Carmen. Asimismo, por todo lo narrado; sabemos que son estas aquí guardadas, las partituras que fueron llevadas a la hoguera (en 1559) por considerarse hereje el canto del Ave Verum -que no hay entre los católicos-. Pautas salvadas por el Señor de Valoria y llevadas hasta Villagarcía por el presbítero que funda el convento del Carmen, en Cogolludo. Debido a cuanto narramos, la pieza recogida en las partituras, finalmente se llamó “Ave Verum de Valoria del Carmen”. Primeramente por quien las rescató del fuego y en segundo lugar, por el que las hizo llegar a la Señora de Ulloa (el creador del Convento Carmelita).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
tres imágenes de un ejemplar sobre El Canto Llano; también procedente de los archivos de Almaraz y guardado en la misma sacristía.






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
documentos adjuntos procedentes de esa iglesia, hoy abandonada (se hallan hasta cartas de baraja, de época).











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado; de nuevo, detalle del envoltorio en piel de becerro, que contiene las partituras. Abajo, todas las pautas extendidas sobre otro mueble procedente de Almaraz.





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Las partituras, una de ellas enmarcada modernamente.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El detalle de las partituras; una tomada en la mano, para comprender su tamaño.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
diferentes partituras del Ave Verum de Valoria del Carmen.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Más imágenes del lote de partituras.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Las dos partituras más largas; que contienen además del Ave Verum una obra que se supone puede ser del “VISITATIO SEPULCHRI”, también compuesta por Francisco de Borja.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes más de las partituras; entre las que vemos el dorso de muchas.











C)- AUTORÍA DE LA OBRA Y HECHOS RECOGIDOS EN EL TEXTO EXPLICATIVO:


C-1) Vida y referencias sobre el santo; entorno a Villagarcía de Campos:

            Para comprender y analizar la autenticidad de esas partituras, considerándolas una composición del fundador de los jesuitas; vamos a comenzar recogiendo diversos datos biográficos del santo y su entorno. Comenzando de nuevo por Doña Magdalena de Ulloa, hija del Señor de la Mota; hermana de el primer marqués de la Mota y el aya de Don Juan de Austria (además de cuidadora de una niña bastarda, nacida de este vencedor de Lepanto). Noble dama, que junto a su marido, fueron grandes colaboradores y amigos de San Francisco de Borja; cuando desde su niñez frecuentaba la zona de Tordesillas a Toro, por motivos familiares y de protocolo. Debido a que su hija Juana de Borja se casó en 1550 con el marqués de Alcañices (Juan Enríquez de Almansa y Rojas); cuya residencia principal estaba en esa villa zamorana. Todo lo que sucedió pocos meses antes de que el noble aragonés decidiera profesar como sacerdote y dejar sus obligaciones políticas o sociales. Asimismo, uno de los hijos del duque de Gandía fue alcalde de Toro en esos años, lo que acercaría al santo hacia esas tierras. Aunque también es sabido que Francisco de Borja frecuentaba Tordesillas, para asistir, visitar y examinar a la madre de Carlos V; enclaustrada en ese lugar. Donde ya en 1544 tuvo que realizar un primer informe sobre el estado mental de la reina Juana (tía segunda de los Borja). Regresando poco después, con el fin de asistirla (ya como fray Francisco de Borja); evaluando su salud y actuando de confesor. Finalmente volvió a ella, para determinar un diagnóstico sobre Juana, aseverando que sin estar endemoniada, sufría un desequilibrio (quizás debido a los malos tratos recibidos durante su confinamiento casi vitalicio).

            Poco después, Francisco de Borja se convertirá en profeso de la Compañía de Jesús, para ser nombrado ese mismo año Comisario de toda la Península Ibérica (mientras viviría entre Tordesillas, Simancas y Valladolid capital). Tras ello, viajará por toda España, hasta ser llamado de nuevo a Tordesillas, para acompañar en sus últimos días a Juana I (apodada La Loca y fallecida en diciembre de 1555). En esos días, el confesor escribe al emperador Carlos I, comunicándole los pormenores de la muerte; siendo desde entonces varias veces requerido por el monarca, que comienza paulatinamente su retiro en Yuste (legando el mando a su hijo Felipe II). Así será como desde 1556, el santo pasa temporadas en el monasterio cacereño, junto al soberano y sus más allegados; entre los que se encontraba Luis de Quijada (marido de Magdalena de Ulloa). A quien le encomienda llevar a Jeromín, desde su palacio de Villagarcía de Campos. Un Don Juan de Austria, todavía muy niño; que de ese modo verá por primera vez a su verdadero padre; reconociéndolo el emperador poco antes de morir.

              Pese a sus viajes para asistir al emperador; en 1557 y 1558, Francisco de Borja pasa largas temporadas en Valladolid, donde prepara trabajos y misiones de la Congregación que lidera. Siendo llamado a Yuste, a finales del verano de 1558, debido a que Carlos I empeoró en su estado de salud. Teniendo que regresar a Valladolid, debido a los protocolos que la Compañía le exigía; conoce entonces la muerte del emperador (el 21 de septiembre); asimismo,  le comunican que había sido nombrado su albacea testamentario. Poco después comenzaron los problemas de salud del santo, que ya refiere en cartas fechadas en 1559; debiendo irse a Toro para mejorar (villa de la que era alcalde su hijo Álvaro). Un delicado estado anímico o físico, le obliga a no viajar mucho por España y pasará el resto de esos días entre Simancas, Medina del Campo, Valladolid y Toro. Aunque a su enfermedad se une el hecho de ser perseguido por La Inquisición; al mando de Valdés Salas. Al verse involucrado en el caso del Doctor Cazalla; debido a que su pariente, Ana Enríquez, es condenada en el conocido Auto de Fe de 1559 -donde el santo logrará que no la castiguen a gran pena-. De tal modo, Francisco de Borja acompañará al cadalso a la referida hermana de su yerno (Ana Enríquez); pero en el siguiente Auto de Fe, llevado a cabo en Valladolid el mismo año, sus libros serán quemados en la hoguera (declarando herejía parte de la obra del jesuita). Todo lo que le obliga a marchar hasta Portugal; en un momento en que la Casa de Borja cae en desgracia, hasta el punto de que en 1562 Felipe II manda ajusticiar al hermano del santo -Diego-.

          Debido a cuanto narramos, Francisco de Borja se ve obligado a huir a Évora, para más tarde dirigirse a Roma; donde residirá desde 1561. Siendo nombrado General de la Compañía de Jesús cuatro años después; escribiendo entonces al rey de España, para poner a su servicio la Congregación que lidera. Aunque no podrá regresar a su tierra natal hasta comienzos de 1571, llegando ya viejo y enfermo a Valencia; marchando luego a Madrid y finalmente a Lisboa (donde le recogerá su hijo Juan, embajador en la capital lusa). Finalmente, tras la batalla de Lepanto y las victorias de los italianos junto a Don Juan de Austria, se produce la reconciliación entre Felipe II y el santo; al que recibe el monarca en octubre de 1571. Tras ello, la Casa Real le encarga que intermedie en varias alianzas matrimoniales, lo que le obliga a viajar hasta Portugal y Francia; marchando luego a Italia, donde cae enfermo un año más tarde. Falleciendo en Roma el 30 de Septiembre de 1572 (8) .




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes relacionadas con los Autos de Fe llevados acabo en Valladolid, el año de 1559. Arriba, famosa lámina del Voyage de Laborde, copiada por Verico; donde se recoge el cadalso y andamiajes que se dispusieron para celebrar el primero, llevado a cabo en mayo y en el que fueron ejecutados el doctor Cazalla y su hermano Pedro del Vivero (entre otros). En este, fue penitenciada la hermana del yerno de Francisco de Borja; llamada Ana de Enriquez, a la que el fundador de los jesuitas acompañó en su proceso y hasta el mismo cadalso. Al lado y abajo, estado actual de la Plaza Mayor de Valladolid, donde se celebraron esos Autos de Fe. El segundo, realizado el 8 de octubre de 1559, estuvo presidido por Felipe II y durante este se tiró a la hoguera parte de la obra escrita de Francisco de Borja, declarada herética. Asimismo, fue quemado vivo un tío del marqués de Alcañices, el yerno del santo.





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, portada de una de las ediciones de El Hereje, de Miguel Delibes; obra en que se narran todos los pormenores del proceso al doctor Cazalla y sus seguidores. Abajo, el cadalso y estrados dispuestos para el Auto de Fe en que ejecutaron a Cazalla; acto al que asistieron unas doscientas mil personas. Dibujo iluminado por Ferrario, impreso en Florencia en 1826.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, grabado de Jan Luykens, impreso por Frans Hogenberg en el año del Auto de Fe que representa (1559, quema de los cuerpos de Cazalla y sus más cercanos). Abajo, el juicio al doctor Cazalla, declarado santo y mártir por el protestantismo. Grabado de Spamers Illustrierte Weltgeschichte (1894).




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes del palacio de los marqueses de Alcañices, en Toro. Se trata del lugar en que vivió Juana de Borja (hija del santo), casada con Juan Enríquez de Almansa y Rojas (III marqués de Alcañices). Hermano de la famosa Ana Enriquez, penitenciada junto al doctor Cazalla.









C-2) La posible autoría del Ave Verum, atribuido a San Francisco de Borja:

          Dejando al margen los hechos que la leyenda narra, parece perfectamente posible que el Ave Verum contenido en las partituras procedentes de Almaraz de la Mota, fuera obra del santo fundador de los jesuitas. Pues su estilo y formas, se corresponden perfectamente con el de aquellos maestros que componían para los Borja, en Gandía y durante esta época. Siendo normal que en algunos archivos y documentos (aún por descubrir), se hallen este tipo de referencias o partituras. Un ejemplo de ello es el poema a San Francisco, duque de Gandía; que se conservaba en la biblioteca de los condes de Villagonzalo. Documento que la investigadora Ana María Lillo transcribió y recogió recientemente. Tal como mostramos en la siguiente fotografía; cuyo contenido podemos leer en nuestra cita (9) -donde se habla incluso de la “cítara” refiriendo los dones del duque de Borja-. Por su parte, el estilo musical de este Ave Verum, cuadra perfectamente con los de la época y puede asimilarse a las melodías que contiene el “VISITATIO SEPULCHRI”; compuesto en 1550 por San Francisco y los músicos de su Corte. Una obra que podremos oír en enlace que recogemos en cita (10) .

ABAJO: Poema al duque de Gandía (Francisco de Borja) descubierto en los fondos de la biblioteca de los condes de Villagonzalo. En cita (9) se contiene la transcripción de la investigadora Ana Ma. Lillo; donde se habla de la cítara del famoso santo.



C-3) Hechos, cronología y personajes que cita el texto explicativo de las partituras:

           En el documento que contiene la historia de las pautas musicales, conservado en el sobre de piel de becerro, e intitulado: “Textus explicativus de partituris `Ave Verum´ Valoria et del Carmen compositis” -ver original, cita (7) -. Se exponen los siguientes hechos, que cronológicamente recogidos se resumirían de este modo:

-21 de mayo de 1559: Se lleva a cabo un Auto de Fe en Valladolid, tras año y medio de investigación sobre los protestantes de esta zona de Castilla; liderados por el doctor Cazalla y su hermano Pedro Vivero. En este proceso, se condena -entre otros- a Ana Enríquez, hermana del yerno de Francisco de Borja. Decidiendo el fundador de los jesuitas, acompañar a la penitenciada en el cadalso y mediar para que no le impusieran una grave condena. Junto a ella subieron a la palestra innumerables parientes de los Enríquez. Hechos que “MJ” narra del siguiente modo: “No era Ana Enríquez la única de su familia que iba a subir al estrado para oír su sentencia. Junto a la joven, irían también el hermano de su madre, Pedro Sarmiento, y su esposa, Mencía de Figueroa, su tía María de Rojas, monja de Santa Catalina de Siena, su primo Luis Enríquez, heredero de los marqueses de Poza… Y, en octubre de ese año, peor suerte aún correría otro tío materno, el dominico Fray Domingo de Rojas, que terminaría sus días quemado vivo en un auto que contó con la presencia de Felipe II” (11) .

-8 de octubre de 1559: Se celebra otro Auto de Fe en Valladolid, presidido por el rey y para conmemorar sus bodas con Isabel de Valois. En este, quemaron vivo a Fray Domingo de Rojas, tío de los marqueses de Alcañices. Durante el mismo acto, echaron a la hoguera los escritos de Francisco de Borja, que la Inquisición había declarado herejes. Lo que obligó al jesuita a huir de España un mes antes, buscando refugio en Portugal y más tarde en Roma (donde tuvo que residir por una década, pese a haber sido nombrado General de la Compañía de Jesús). Se supone, que durante la quema de las obras del duque de Gandía, algunas partituras volaron y fueron recogidas por el Señor de Valoria la Buena. Quien simulando que las devolvía al fuego, las guardó a buen recaudo. Este hecho puede entenderse plenamente, debido a que el linaje de los nobles que poseían Valoria, era de origen converso. Descendiendo su casa de los Cartagena, quienes adoptaron ese nuevo apellido al hacerse cristianos a finales del siglo XIV. Dicta el documento explicativo contenido en el sobre de piel; que una de estas obras del santo salvadas del fuego, fue un Ave Verum. Considerado hereje al ser un cántico de liturgia luterana.

-1586 La princesa de Éboli envía a Valladolid al presbítero Juan Fonte de la Cruz: Conocido hombre bueno, originario de Cogolludo; que tenía como misión comprar esas partituras (guardadas y conservadas en el castillo de Olmillos; residencia del señor de Valoria). Debiendo hacerlas llegar a Felipe II, con el fin de ablandar el corazón del monarca, para que liberase a la de Pastrana del arresto domiciliario que allí sufría. Mostrando de ese modo, los escritos de un inocente, injustamente penitenciado y salvados en un Auto de Fe -presidido por el mismo rey, veintiséis años antes-. Dando a entender al soberano, que hubo grandes errores judiciales durante su mandato y que la de Éboli había sido castigada a confinamiento de manera similar al de Borja (hechos que concuerdan con la posible historia de las pautas).

-1586, Juan Fonte de la Cruz compra las partituras en Valoria o el Olmillos: Tras ello se dirige a Villagarcía de Campos, solicitando una audiencia que le concierta la de Éboli. Donde deberá lograr que Magdalena de Ulloa entregue a Felipe II esas pautas; junto a una carta, pidiendo que la liberasen. Da. Magdalena decide hacerlo en el Monasterio de La Santa Espina, pero finalmente el rey se niega a recibir nada de la princesa castigada y cautiva.

-1586/87, Juan Fonte de la Cruz propone a Magdalena de Ulloa comprar las partituras de Francisco de Borja (amigo de los señores de Villagarcía): Lo hará para intentar resarcir en algo a su señora (la princesa de Éboli); por cuanto pidió una gran fortuna por ellas. Precio al que accede adquirirlas la Señora de Villagarcía, para donarlas a su Colegiata.

-1587, Juan Fonte de la Cruz regresa a Guadalajara y entrega el dinero obtenido por la venta de las pautas a la princesa de Éboli: Pero su señora tan solo toma lo que inicialmente había entregado al presbítero, devolviéndole el resto del dinero. Cantidad con la que el clérigo regresa a Cogolludo y comienza las obras del Convento del Carmen; que finalmente fundará en 1590.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes del castillo de Olmillos de Sasamón, lugar donde se dice que guardaban las partituras del santo, hasta que las compró Juan Fonte de la Cruz. Era la casa solariega de los Señores de Valoria la Buena, cuyo origen estuvo en la familia judeo conversa de los Cartagena. Descendientes directos del famoso "cristiano nuevo" Pablo Ga. de Santa María; que se bautizó en 1390, siendo nombrado más tarde obispo de Burgos. Posteriormente, varios de sus hijos también llegarían a ocupar cargos episcopales de gran relevancia; entre los que destacó Alonso de Cartagena (García de Santamaría). Asimismo Pedro de Cartagena, fue un afamado guerrero, poeta y noble; que murió en la batalla de Loja, defendiendo las tropas de los Reyes Católicos. Sobre los diferentes Linajes y personajes ligados a esta familia, recomendamos ver nuestra cita (12) .





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Olmillos de Sasamón, solar de los señores de Valoria la Buena. Su iglesia y el castillo de los Cartagena (hoy convertido en hotel).







JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes del palacio barroco de los condes de Valoria la Buena; título otorgado a comienzos del siglo XVII (mucho después de los hechos que relata nuestra leyenda). Estos condes de Valoria fueron los descendientes de los antiguos señores, que llevaron los apellidos Cartagena y Franco de Guzmán (13) . Suponiéndose que fue Manuel Franco de Guzmán, casado con la heredera de los Cartagena; el que salvaría en 1559 las partituras de la pira, durante el Auto de Fe.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El palacio de la duquesa de Pastrana; las ventanas a las que tan solo podía asomarse una hora la princesa de Éboli.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Entrada al palacio de la duquesa de Pastrana, donde estuvo confinada la Éboli hasta su muerte.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
La Plaza de la hora, así llamada porque se le permitía salir una hora diaria a los balcones, a la cautiva.









D)- EL TRISTE DESTINO DEL SANTO BORJA Y DE SU FAMILIA MÁS CERCANA:

          Muy conocida es la vida de San Francisco de Borja y Aragón, como noble principal al mando del emperador, que renunció a todo cargo y honores, para ingresar en la Compañía de Jesús. Aunque muy pocos saben la persecución que sufrió bajo el reinado de Felipe II, a manos del Santo Oficio; debiendo huir, para evitar ser purgado. Tras esa marcha a Roma (en 1561) si permiso de La Corona; el monarca mandará apresar a sus hermanos, condenando a muerte al primero y mandando a destierro al segundo. Pese a ese triste final de la Casa Borja; hemos de destacar que Francisco había sido el gran amigo y hombre de confianza de Carlos I, además de noble admirador de su esposa (Isabel de Portugal). Como descendientes de las más importantes familias aragonesas, emparentados con la Casa Real; nietos del rey Fernando el Católico y del papa Alejandro VI (mal llamado en España “Papa Borgia”). Por lo que era sobrino segundo del emperador Carlos V; lo que le llevó a comenzar su vida en la Corte, en 1522; sirviendo con doce años en Tordesillas a la madre del soberano (conocida vulgarmente como Juana la Loca).

          Continuó muy unido a la Corona y en 1529 acuerdan su boda con la amiga más cercana de la emperatriz; que le dio ocho hijos (cinco de ellos varones). Llegando pronto a ser uno de los hombres de confianza más importantes del soberano; nombrado “privado” del emperador y “caballerizo” de la esposa. Aunque cuando muere la reina (en 1536) se produce el comienzo de su conversión y sufre un conocido episodio que le marcará para el resto de su vida. Tras escoltar el ataúd y deber reconocer el cuerpo de ella, al final del viaje (entre Toledo y Granada); observando así el cadáver de una soberana tan bella y fallecida en plena juventud. Profiriendo entonces la famosa frase: Nunca volveré a servir a señor que se me pueda morir”. Pese a lo que poco después fue nombrado virrey de Cataluña, cargo que cumplió con enorme destreza y gran inteligencia.

        Pero su pasión por la vida espiritual se hizo inevitable tras la muerte de su padre; más aún cuando fallece su mujer (poco después, en 1546). Decidiendo entonces hacerse jesuita, renunciando a todos sus títulos y honores (firmando en secreto los votos de pobreza y castidad). Será entonces, cuando Carlos V le ofrece ser cardenal; manifestando preferir dedicarse a la predicación itinerante y vivir en Congregación. Desde 1547 se mantiene en los votos, pero sin ingresar plenamente en la Compañía. Quizá esperando que se casen algunos de sus hijos; quienes contraen matrimonio en los años siguientes: Carlos, con Magdalena de Centelles en 1548; Isabel, con el conde de Lerma en 1549; Juana, con el marqués de Alcañices en 1550: y en 1552, Juan, con una sobrina de Ignacio de Loyola. Aunque en 1551, San Francisco, recibió el título de doctor en teología, marchando hacia Roma, para dedicar su vida al sacerdocio. Siendo relevado por el emperador de todos sus cargos desde ese momento. Dos años más tarde (1554) regresa a España, y asiste a su tía Juana (la Loca de Tordesillas); siendo entonces nombrado comisario general de los jesuitas para la Península Ibérica. Viviendo desde entonces entre Simancas, Tordesillas y Valladolid; visitando de continuo a sus hijos: Álvaro (alcalde de Toro) y Juana (casada con el marqués de Alcañices, que residía en esa villa zamorana).

            Como anteriormente hemos señalado, desde 1556 el emperador va paulatinamente abdicando y dejando sus reinos a Felipe II; instalándose en Yuste, donde pasará los dos últimos años de su vida. Allí requiere en varias ocasiones a Francisco de Borja, que junto a Luis de Quijada serán las personas de mayor confianza que le visitan y asesoran -sus amigos más fieles y antiguos-. En 1556 fallece Ignacio de Loyola, por lo que aumenta el trabajo de Francisco como comisario de la orden; debiendo viajar por toda España (aunque sigue viviendo en Valladolid). En verano de 1558, cuando Carlos I se siente morir, le llega la noticia de que el inquisidor Valdés Salas promovía la idea de investigar un pacto del emperador con la herejía (refiriéndose a los jesuitas). Nada pudo hacer Carlos V para defenderse, pues en septiembre de 1558 fallece. Tras ello, Francisco de Borja conoce que era su albacea testamentario; lo que empeora su relación en la Corte y aumenta las trabas con Felipe II. Comienza entonces una investigación del inquisidor Valdés, contra un foco hallado en Castilla, de supuestos protestantes; entre los que se hallan numerosos familiares del padre Borja. Es en ese momento cuando el fundador de los jesuitas empieza a sentirse enfermo (con síntomas nerviosos); posiblemente por las preocupaciones, al verse perseguido por el Santo Oficio. En mayo de 1559 condenan a los herejes de Castilla, durante un terrible Auto de Fe, donde serían penitenciados varios familiares del santo. Por lo que semanas después, numerosos jesuitas desearon abandonar sus votos. Produciéndose, asimismo, una estrangulación en los fondos y limosnas que llegaban a la Compañía, acelerando una crisis interna en la organización.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes del palacio de Los Borja, en Gandía (institución a la que agradecemos nos permita divulgarlas). Arriba, uno de los corredores exteriores, que une las habitaciones y salones. Al lado, ventanales en las estancias del duque de Gandía. Abajo, habitación de San Francisco de Borja en su palacio; en que se conserva la máscara mortuoria.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, máscara mortuoria del santo. Abajo, carta autógrafa de Francisco de Borja (imágenes del palacio de Los Borja, en Gandía al que agradecemos nos permita divulgarlas).








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, otra carta autógrafa de San Francisco. Abajo, pasillos y corredores del palacio de los Borja (al que agradecemos nos permita divulgar las fotos).











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Exteriores del palacio de los Borja (al que agradecemos nos permita divulgar las fotos). Al lado, salida al patio; puerta con escudos y esculturas. Abajo, terrazas y fachada con esgrafiados.









             Acerca de este Auto celebrado en Valladolid el 21 de mayo, nos dice la ya referida página de M.J.: “De los condenados a muerte, solo uno, el bachiller Herrezuelo sería quemado vivo. A los restantes, que expresaron arrepentimiento y suplicaron clemencia, se les concedió la gracia de morir estrangulados por el garrote. Luego, sus cuerpos fueron reducidos a cenizas para prevenir que se utilizaran sus restos como reliquias. Incluso la madre de Agustín Cazalla, doña Leonor de Vivero, fue desenterrada para que sus restos ardieran en la hoguera. Ana Enríquez «fue condenada a que saliese al cadalso con el sambenito y vela y ayunase tres días, y volviese con su hábito a la cárcel y desde allí fuese libre» . Henry Kamen sostiene que le fue retirada la pena de vestir sambenito perpetuo por la influencia de Francisco de Borja, que habría intercedido por ella para salvar el honor de la familia. No consta que esto sea cierto. De hecho, en agosto de ese mismo año 1559, el propio Borja va a experimentar el poder del Santo Oficio, cuando aparezca publicado su nombre en el Índice de Libros prohibidos de Valdés (…) No le valió a Borja alegar la verdad, ni haber sido confesor de doña Juana de Austria, ni gran privado del emperador, ni virrey de Cataluña… Tuvo que retirarse discretamente a Roma para evitar males mayores”. (14)

              Ante esa situación creada en verano de 1559 y al incluir Valdés Salas obras de Francisco de Borja como heréticas; el comisario de la Compañía de Jesús se ve obligado a huir hacia Portugal, permaneciendo dos años en Évora. Pues, como sabemos, el 8 de octubre, del mismo año; se celebra un segundo Auto de Fe (esta vez presidido por Felipe II); donde se quemarán las obras del clérigo, a más de llevar a la hoguera vivo a un tío de su yerno (marqués de Alcañices). En 1560 permanece en Portugal y manifiesta una enorme preocupación por la persecución que La Inquisición sigue contra sus libros; pidiendo ayuda al padre Lainez (General de los jesuitas). De ese modo, Francisco comienza a padecer enfermedades, mientras sigue oculto entre Oporto, Lisboa y Évora; describiendo que sufre temblores, palpitaciones y parálisis en algunas extremidades (especialmente en los dedos de las manos). Síntomas, posiblemente debidos a crisis de pánico y a un enorme estrés, al sentirse investigado por El Santo Oficio. En esta situación, el padre Lainez le invita a ir definitivamente a Roma; aunque el de Borja no se atreve a salir de la Península (donde ocupaba el cargo de comisario). Por cuanto, en un mar de dudas, escribe a Felipe II para que le ayudase; recordando los años de infancia y el modo en que cuidó al rey de niño. Sin recibir respuesta del monarca a su carta del 2 de junio de 1561.

          En julio de 1561 acepta la orden del papa para viajar a Roma y refugiarse allí; sin pedir permiso a Felipe II para trasladarse al Vaticano. Ello, hace que el monarca tome represalias contra los hermanos del sacerdote, que serán hechos prisioneros en el castillo de Játiva. Un año más tarde (septiembre de 1562) la Corona condena al patíbulo a su hermanastro Diego de Borja; acusado de haber matado al hijo bastardo del hijo de Segorbe. Mientras el segundo (Felipe Manuel de Borja) será enviado al exilio; tras la degollación del mayor y con los cargos de colaborar en el mismo delito. Por su parte, mientras continúa oculto en Roma, el jesuita es elegido General de la Compañía en 1565 y escribe al rey de España para poner a la Orden a su mando y disposición; sin obtener respuesta (carta del 9 de octubre de 1565). En 1570 se documenta la primera misiva escrita por Felipe II al General de los Jesuitas (con fecha 26 de abril). Como actitud de respuesta al soberano, San Francisco decide regresar a España; en la primavera 1571, tras la preparación de la Batalla de Lepanto y el paso de numerosos españoles por El Vaticano. Lo hace ya muy enfermo y tampoco será recibido por Felipe II, a su llegada a Madrid; debiendo dirigirse a Lisboa (donde residía su hijo Juan como embajador). Finalmente, en octubre de 1571 (tras la victoria en Lepanto), el rey celebrará audiencia con Francisco de Borja; para encomendarle numerosas embajadas en Francia y Portugal. Encargos reales, que empeoran su salud; por lo que el santo morirá en Roma, el 30 de septiembre de 1572.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes más del palacio de los Borja en Gandía (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos). Arriba y al lado, salones y corredores. Abajo, el patio y su escalera de acceso.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tordesillas; donde San Francisco de Borja comenzó su carrera como Paje de la reina Juana I -la Loca-, volviendo a este lugar varias veces para asistirla (siendo finalmente su confesor, en el lecho de muerte.










            Hemos querido incluir los anteriores hechos como colofón final a nuestra leyenda; ya que en ellos podemos comprender el tormento al que sometieron a Francisco de Borja. Todo lo que explicaría la quema de sus partituras, salvadas del fuego por el Señor de Valoria. Una injusta y obsesiva persecución llevada a cabo por Felipe II y su terrible inquisidor, Fernando Valdés Salas. A quienes no bastó con destruir parte de la familia del santo, acusándoles de herejía, en el proceso del Doctor Cazalla (1559). Unos penitenciados de los que tan solo podemos dilucidar que eran personas de una enorme cultura, interesadas por leer cuanto se publicaba en la Europa de su tiempo. Destacando entre ellos, los Enríquez y especialmente Ana (cuñada de Juana Borja); famosa por su firme preparación y el respeto hacia la filosofía. Que, junto a un grupo de estudiosos, deseaba conocer los libros de Erasmo y de nuevos teólogos europeos; muy leídos y admirados entre las nobles familias toresanas. Como fue el caso de los obispos Fonseca; prelados igualmente originarios de Toro, villa que vivía un ambiente de enorme cultura. Por cuanto llegaban hasta esa ciudad, gran cantidad de cuadros, muebles y publicaciones, procedentes de Centro Europa. Generándose así, entre los grandes linajes toresanos, un enorme interés por aumentar sus estudios de teología o por conocer nuevas ideas. Todo lo que les valió la persecución y la investigación del Santo Oficio; a manos de Valdés Salas.

              Los hechos antes referidos, demuestran la enorme miseria espiritual de Valdés Salas y la persecución que por entonces sufrieron numerosas personas cultas y dedicadas a la mística o al pensamiento. Todo ello, durante el reinado de Felipe II; que sin duda fue una época de grandeza nacional; pero con unas terribles sombras morales y de corrupción. Entre ellas, la del famoso inquisidor Fernando Valdés Salas, que persiguió a San Francisco de Borja, a Bartolomé de Carranza y a Fray Luis de Granada; con el fin de subyugar el poder eclesiástico a la Corona. Aunque no fueron mejores sus sucesores, también nombrados por el rey para ocupar el mismo cargo: Diego Espinosa (1567/1572) y Gaspar de Quiroga (1573/1594). Que procesarían a los más famosos místicos y santos españoles; como lo fueron: Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Para terminar, diremos que pese a esos grandes problemas de justicia, corrupción e intolerancia, vividos en época de Felipe II. Hemos de destacar que fue uno de los mejores soberanos de la Edad Moderna española. Al menos, si analizamos a los de Austria y a los Borbón; lo que muestra la absoluta escasez de principios y de bondad, entre quienes han sido coronados en nuestra nación.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Arriba, un dibujito mío de Cogolludo; lugar especialmente asociado a los Mendoza. Al lado, fachada del Convento del Carmen, en Cogolludo; fundado en 1590 por Juan Fonte de la Cruz y recuperado en 2004 por Yñigo Míguez del Olmo. Abajo, dibujo mío del palacio de los Mendoza, en Cogolludo.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes más del Convento de Cogolludo; fotos de Ýñigo Míguez del Olmo.











JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
El Convento del Carmen en Cogolludo; exterior e interior (fotos de Ýñigo Míguez del Olmo).











VIDEO SOBRE LA LEYENDA: Pulsando el siguiente enlace, podremos acceder a un video en Youtube, donde oiremos la música del Ave Verum de Valoria del Carmen; en versión, interpretada y variada por el autor de este texto: https://www.youtube.com/watch?v=HdypxvX0yLE&list=RDHdypxvX0yLE&start_radio=1


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CITAS:

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(1): A los interesados en la figura de Ana de Mendoza y de La Cerda, princesa de Éboli. Ver en RAE:

https://historia-hispanica.rah.es/biografias/30497-ana-mendoza-de-la-cerda

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(2): La Santa Espina (https://es.wikipedia.org/wiki/La_Santa_Espina) . Se trata de una pequeña localidad nacida desde el monasterio homónimo (San Rafael de la Santa Espina); fundado por Da. Sancha de Castilla. La zona comprende un antiguo cazadero real que ya frecuentaban los reyes godos (en tiempos de Recesvinto, cuyas tierras estaban en Gerticos, hoy Wamba). Dehesas que Felipe II frecuentaba, por motivos cinegéticos y porque en sus cercanías mantenía encuentros con algunas de sus amantes (destacando Isabel de Osorio, que vivía en Toro). Fue famoso el encuentro que allí se produjo entre el rey Felipe y su hermano bastardo, Don Juan de Austria; presentado al soberano de adolescente y mientras el monarca cazaba en la zona.

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(3): Sobre Juan Fonte de la Cruz y la fundación del Monasterio del Carmen, en Cogolludo: Ver en A. Herrera y Casado:

https://www.herreracasado.com/1990/01/01/fundacion-del-convento-de-carmelitas-descalzos-de-cogolludo/

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(4): El texto y la leyenda refiere a la persecución sufrida por Francisco de Borja tras la muerte de Carlos V, sucedida en 1559 y del que fue albacea testamentario. Pues, al no ser bien visto por el nuevo rey, comienza a ser investigado por La Inquisición; que en 1559 actúa contra un foco luterano muy cercano a la familia del santo. Nos referimos a los Enríquez, residentes en Toro; marqueses de Alcañices y unidos en matrimonio a Juana de Borja. Quienes se ven involucrados en el caso del Doctor Cazalla; tanto, que la cuñada de la hija de Francisco de Borja es procesada y llevada al Cadalso en Valladolid. Allí subió acompañada y ayudada por el santo, que logró no la ejecutasen. Aunque poco después los libros del fundador de los jesuitas fueron declarados heréticos y muchos de ellos quemados en la hoguera.

VER: https://www.rutaborjaborgia.com/es/epoca/2-364/francisco-de-borja-perseguido-por-la-inquisicion.php?ciudadF=142

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(5): A continuación facilitamos una página del Ayuntamiento de Villagarcía, que contiene los datos básicos sobre la Colegiata de San Luis; su desamortización en tiempos de Mendizábal y su recuperación como Colegio, internado y residencia de jesuitas jubilados (abierta en 1959) https://villagarciadecampos.ayuntamientosdevalladolid.es/-/str_turismo_176

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(6): Sobre Aldea Colorada y sus propietarios, recomendamos ver en internet las ofertas y ubicaciones, ya que se tarta de un centro de turismo rural y eventos, de enorme importancia.

ABAJO RECOGEMOS LA ENTREGA DEL PREMIO A MEJOR PROYECTO TURÍSTICO, GALARDÓN DE EL NORTE DE CASTILLA:

https://laaldeacolorada.com/premio-la-labor-turistica-promotor-la-aldea-colorada/

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(7): Textus explicativus de partituris "Ave Verum" Valoria et del Carmen compositis:

En el anno de nuestro Senor Ieshus Christo, de 1559; por la Gracia y para la protecsión de la bonna fides, del uno y Deo verdadero. Promoviose en Valladolid y derredores, la persecución de gran numero en grupos jéreticos. Destacose aquellos qe predicaron y segían al Doctoris Cazalla, de Pedrossa del Rey et su fermano Petro Vibero. Juncto a inumerosos subditos de su gente en heregia, muchos eran afincadoes en aquesta capital den. Vallatolid; y otros mas en la provinzia y villa zamorana del Toro. Per sus delittos q fuesen muchos, por quanto aquestos demonios alumbrados llegaron a la paça de la ciudat, para facer justicia, donde recibieren garrote y quemaron en la foguera el resto desos principales. Et otros menores llevaron al cadalso, por imponerseles penas muy graves, con carceles y san benitos. Todo aquesto sucediose el 20 de las calendulas de maio; en Acto de Fe mayor y presencia de la reyna regente. Donde el duc de Gandia, Françisco de Borgia fizo et qiso acompañar os penitenciados. Entre aquestos de San Benito, estaba Anna Enrichez, fermana del su ierno, marqués de los Alcañizes, espoço e marido de la fija deste clerigo, denombrada Xuana de Borgia. Fuese asi como el gran duc de Gandía y frayle de la Campaña de Ieshus, vio a se involucro en la herejia e muchos dixeron que el era tan bien alumbrado. Porcuanto es q ilutrise Sennor Don Ferdinando de Valdes et Salas, regidor mas et inquisitor del Sancto Ofizio, abrio causa contra Françisco el de Borja. Proceso de inchisicion q declara herege mucho des escritos, de musica y de libros, fechos por el padre Borgia de Gandia.


Fuese así, quel a dia 7 de octubre del mesmo anno, 1559, prohivieron aquestos escritos e un dia mes tarde, ficieron Auto de Fe de la escritura e algun frases musicales dal frayle en Campaña de Ieshus. Presenciaron la hoguera, el mesmo Rei Nstro Sennor Don Felipe, emperator y soberano de las Hispanias, las Americhas, Flantes e Italia. Mas cuendo estaba ardiendo la obra de Borgia, sopló fuerte vento che fizo volar parte de la fogera. Principalmente salio del fogo pauta de musica, donde havía uma obra para Maria dal Ave Verum, considerada herege, al ser canto luterano e no chatolico. Aquestas partiduras fueron a caer a manos de sennor de Valoria la Bona, questaba en palco junto al monarcha. Por cuanto faciendo alarde de devolverlas a las yamas, el e Valoria las tomo en sus manos. Mas sin cherer exarlas al fogo, fizo que las qemaba pero guardolas. Salvando de Auto de Fe, ochto partes de musica de pater Borja y dos más, che guardan en aqueste sobre en becerro.


Sucediose aquello en 8 de décimo mes, octobre el 1559. E guardo en Valoria la Bona su duenno aquestas obras tomadas del fogo. Masque despos de veitisete annos, siendo a 1586, vinose a Valladolit un tal presbitero Iohanes Fontes Crucis, vecino de Cogoyudo, en tierras de los Mendoza. Chlerigo qe buscaba as pautas e musica fechas por el de Borgia, por comprar sirviendo a orden de su señora, Princesa de Eboli. Aquesta duchesa de Pastrana, estava ayi reclusa a orden del Rei, deseando ser soltada. Pensose che con aquesas partiduras del padre Françisco se ablandara el corazon real e lograria ser libre. Ya che por carta le diria ser eran inocente, como ese duque de Gandia, al tan perseguido en Valladolid che termino juyendo de España. Por tal fin llegose Iohannes Fontes Crucis a Valoria e mas tarde fuese a la VillaGarcia de los Campos, dove estaba la dama famosa y rica Magtalena de Ulloa. Entrego en la Colegiata de fundacion de la Sennora de Ulloa la nove pautas de musica y dos mas, para que aquella noble muxer lo ficiera legar todo al Rei Nuestro Sennor, por regalo de esa Eboli Pastrana. Concertose facer la entrega al soberano en el Monsaterio dedic. a Sancta Espina, nombrado Sant Rafael. Pensaban che asise ablandara el Rey, por soltar de presa a la Sennora de Pastrana. Mas Nostro Sennor Don Felipe, emperador y monarcha, dixo no querer recibir nada de aquesta noble infiel, ni menos verse en La Sancta Espina con el mensajero.


Asin fuese, che no saviendo mas facer, Iohanes Fontis Crucis, enviado por la Eboli, vio a regresar en Guadalaxara. Mas fue propuesto por La Sennora de Ulloa, recuperar lo pagado en las partituras, e vender las a su Colegiata en VillaGarcía. No supo que facer aquese mensajero, e decide pedir diez veces mas de lo pagado en Valoria, por devolver y legar ganancias a su sennora en Pastrana. Dineros che pronto estipulo la de Ulloa, e por comprar las nove partituras e dos mas. Pagando gran fortuna por aquestas octavas en la musica del padre Borja. Regresando asin aqueste emisario a Guadalaxara, por entregar a su sennora la Eboli, tamaña cantidad en dinero. Mas la princesa solo tomo achello dado al salir en la mision, dejando a Iohanes Fontes Crucis todo resto de beneficio. Bona fortuna che uso el presbitero para fundar bien en Cogoyudo su convento Carmelo, dedicado a la mesma Virgen de Carmen. Asimesmo, por cuanto narrado se ha; sabemos che las musicas fueron llevadas a la foguera en 1559 por ser de herege el canto del Ave Verum, que no ha entre catolicos. Salvadas por el Sennor de Valoria y legadas hasta VillaGarcía por aqueese presbitero que funda convento dedicado al Carmen, en Cocoyudo. Porcuanto aquesas partituras se llamaron “Ave Verum de Valoria e del Carmen”. Primero por el sennor que las salvo del fogo; segundo por el que las fizo llegar a la Sennora de Ulloa.

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(8): Los hechos biográficos que recogemos sobre el Santo, se podrán contrastar con la siguiente página, que contiene una cronología absoluta sobre la familia Borja: https://sites.google.com/site/diarioborjaborgia/1554-1557

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(9): De su lustre el Oriente despojado a tus altares viste de trofeos y en ondas el aroma lagrimado dan a los aires árboles sabios: sus rubíes con flujo despeñado vierte Ceilán con pródigos empleos siendo a la gloria, que a tu honor se debe escaso culto no, tributo breve. Calle la voz, que a la sonante trompa de sacros socios éxtasis sucede pues de tus triunfos la sublime pompa sus destemplados números excede: ni mi instrumento vanamente rompa los silencios del viento; que mal puede de cuerdas ya la cítara desnuda cantarte sorda, celebrarte muda

TRASCRIPCIÓN DE ANA MARÍA LILLO

Poema al V Duque de Gandía: San Francisco de Borja

Archivo Histórico de la Nobleza

https://www.cultura.gob.es/gl/cultura/areas/archivos/mc/archivos/nhn/actividades/memoria-lectores/literatura-en-archivo-nobleza/villagonzalo-c-1-d-221.html

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(10): Para escuchar la referida obra musical del Santo y sus colaboradores; pulsar:

https://www.youtube.com/watch?v=r6X1JqA3TSM

https://www.youtube.com/watch?v=O3N1AJUwysg

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(11): SOBRE ANA ENRIQUEZ PODEMOS VER ESTE TEXTO DONDE RESUME EL AUTO DE FE Y SU CONDENA:

https://delaruecaalapluma.com/2013/03/15/la-amiga-de-teresa-sentenciada-por-la-inquisicion-ana-enriquez-i/

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(12): Sobre la familia Cartagena, originariamente conversa y descendiente del rabino de Burgos, convertido al catolicismo en 1390; tomando el apellido de Pablo Ga. de Santamaría y así nombrado obispo de Burgos. Recomendamos ver lo que nos dice Paloma Torrijos en:

https://palomatorrijos.blogspot.com/2021/04/el-poeta-pedro-de-cartagena-y-sarabia.html

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(13): Sobre Manuel Franco de Guzmán, que instituye el mayorazgo de Valoria la Buena y se casa con la heredera de los Cartagena, señora de Olmillos de Sasamón. Ver: EL MANUSCRITO 7433 DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA

Pag 67: PDF chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.revistaazogue.com/Azogue5-4.pdf

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(14): SIC: https://delaruecaalapluma.com/2013/03/15/la-amiga-de-teresa-sentenciada-por-la-inquisicion-ana-enriquez-i/