Las
leyendas contienen un texto escrito en negro y se acompañan de
imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido
en rojo y cuya finalidad es razonar ideas).
Si desea leer el artículo entre líneas, bastará con seguir
la negrilla y las
letras rojas destacadas.
ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general de leyendas: http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com/2023/01/indice-de-leyendas-de-la-mota-del.html
ANTES
DE COMENZAR; HEMOS
DE AGRADECER A LA COORDINADORA CULTURAL AREPA XXI (Asociación
para la Recuperación del Patrimonio de Mota del Marqués)
LA AYUDA QUE SIEMPRE NOS FACILITA -EN ESTE CASO, QUE NOS PERMITA
DIVULGAR LAS IMÁGENES DEL PERRERO). EN ESPECIAL HEMOS DE
AGRADECER A DIEGO ALONSO ALONSO, LA INFORMACIÓN Y DATOS QUE NOS HA
PROPORCIONADO SOBRE ESTE MONSTRUO FUSTIGADOR DEL CARNAVAL, QUE A
“CARA DE PERRO” PERSIGUE A LAS GENTES EN MOTA. FIGURA QUE ÉL
ENCARNA Y QUE SE HA RECUPERADO A TRAVÉS DEL ESFUERZO Y EL RECUERDO
DE MUCHOS MOTANOS.
En la imagen junto a estas lineas, Diego Alonso (en este caso disfrazado de San Fermín santico). Incluimos esta divertida foto, para que podamos conocer a quién protagoniza El Perrero de Mota en nuestros años.
En la imagen junto a estas lineas, Diego Alonso (en este caso disfrazado de San Fermín santico). Incluimos esta divertida foto, para que podamos conocer a quién protagoniza El Perrero de Mota en nuestros años.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LINEAS: El
Perrero persiguiendo y descansando.
Arriba, imagen tomada el año
pasado (2017) y subida a Facebook por Arepa siglo XXI, donde les
vemos siguiendo a jóvenes. Abajo,
una fotografía de El Norte de Castilla, diario al que agradecemos
nos permita divulgarla (1) .
Tomada en la cafetería El Casino de la Plaza Mayor; en ella se
encuentra El Perrero, junto al Alcalde de Mota del Marqués (Sr. D.
Gerardo Hernández Álvarez) y a una de las directoras de Arepa XXI (Sra. Da. Gloria Hernández Martín).
El
Perrero
sale
en febrero.
Con
su flagelo
y
cual herrero
a
golpe de arriero
azota
guerrero... .
.
El
Perrero
sale
en febrero
y
corre torero.
¡Ay compañero
si no das dinero
te
pega fiero...! .
.
El
perrero,
el
perrero
carnavalero...
.
.
Comenzamos
esta leyenda con una copla infantil que se solía cantar en el siglo
XIX al famoso Perrero de Mota; cuyos orígenes son ancestrales y su
historia tan curiosa como divertida. Todo lo que iremos descubriendo
en el presente artículo, que comenzaremos con el análisis de las
Mascaradas en nuestro folklore peninsular (tal como las explica
una página que la Junta de Castilla y León ha liberado en la red
con el fin de que las conozcamos). Tras ello, seguiremos con una
investigación propia acerca de estas celebraciones, para terminar
narrando la leyenda de El Perrero de Mota.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Diversas
fotos de el Perrero de 2017 divulgadas
en la página de Mota del Marqués de Facebook. Al lado,
persiguiendo a jóvenes por las calles de Mota. Abajo y arriba, mientras
entraba en la cafetería Ruy Wamba de la Plaza Mayor, ante el asombro
de los allí reunidos (hemos
tapado los rasgos en el rostro de posibles menores de edad, por
previsión a la ley de protección).
A)
ORÍGENES Y SIGNIFICADO DE LAS MASCARADAS:
.
Como
dijimos, analizaremos primero estas fiestas comenzando desde las
páginas que la Junta de Castilla y León divulga en internet, con el
fin de dar a conocerlas. Resumiendo los diferentes epígrafes que han
incluido acerca de estas celebraciones; que comienzan con una
“Introducción” donde se explica
“que
máscaras, fiestas y religión formaron la trilogía que dieron
origen a nuestras mascaradas invernales. No
porque sean paganas, son menos religiosas que cualquiera de las
celebraciones litúrgicas cristianas. Tienen otro tipo de
religiosidad, incluso más intensa”
(3) .
Sigue el portal
digital de la Junta con el título “Carácterísticas”,
escribiendo:
“Las mascaradas
de invierno en Castilla y León tienen como caracteres definitorios
(...) los siguientes:
-La
época en que se desarrollan (…) de la Navidad al Día de Reyes
o Epifanía. Después, algunas se han ubicado en épocas distintas.
-Uso
de máscaras demoníacas o zoomorfas (...) hay que incluir también
las caras pintadas.
-El
empleo y sonido de cencerros, esquilas o campanillas, como recurso
purificador de los males de la localidad, por lo que recorren
todas sus calles, haciéndolos sonar sin parar.
-Uso
de instrumentos fustigadores (tenazas articuladas, vejigas
hinchadas, pelotas, ...), a las que hay que sumar el lanzamiento de
diversos materiales (ceniza, paja, harina,...) o el roce con otros
(corcho quemado, anilina,...). Unos y otros tienen sentido
fertilizador.
-Protagonismo
de los mozos solteros, como organizadores y actores de las
mascaradas; en muchos lugares, se concretaba y aún se concreta toda
la organización y realización en el subgrupo de los quintos.
-Las
mascaradas significan un rito de paso para estos jóvenes, que han de
demostrar su capacidad organizativa y fuerza física necesaria para
entrar en el mundo de los adultos.
-El
ámbito de actuación es la propia localidad (…) .
-Rasgo
inherente a la fiesta es la generación de desorden, carreras,
gritos, saltos,..., pues las máscaras les confieren un estatuto de
superioridad por encima de la normas, al tiempo que estos actos
reflejan el caos invernal de la naturaleza.
-Casi
todos los actos rituales que se ejecutan tienen importante carga
simbólica y componentes mágicos” (4)
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Dos
imágenes mías de
los campos de Mota del Marqués y sus trigales. Arriba, en el camino
de subida a Tiedra,
llamado por muchos “la cuesta tijeras”. Abajo,
la población y sus cultivos vistos desde el Camino de Santiago, en
el tramo entre Vega de Valdetronco y Mota.
Como podemos observar, la
agricultura fue y sigue siendo una de las dedicaciones más
importantes en este pueblo vallisoletano.
Consecuentemente,
hemos leído antes que todas las mascaradas tienen un sentido
fertilizador y de beneficio para las tierras o para el ganado. Las
celebradas en los meses de Febrero y Marzo (como la de El Perrero)
son a mi juicio herederas de las festividades del fin de año agrario
antiguo.
Una anualidad que comenzaba con Aries (el 21 de marzo) y terminaba
con Piscis (el 20, un día antes). Por su parte, este era el mes de
Marte -como dicta su nombre “marcial”-; durante el cual decidían
en Grecia y Roma, qué hombres y jóvenes se iban para servir al dios
bélico (lo que después fueron los “mozos” o “quintos”) .
Marchando los de Marte a la guerra, separados y distinguidos de
aquellos otros varones del pueblo que se quedaban para laborar la
tierra y cuidar del ganado. Estas
circunstancias y las fechas del Carnaval explican las numerosas
fiestas que
de celebran, descendientes de otras más antiguas: Unas
ancestrales, para celebrar la llegada de las lluvias y
el final de los fríos invernales; otras
-de origen grecorromano- para conmemorar la marcha de los que se iban
para servir a Marte,
luchando
en
tierras lejanas (tras ser elegidos como soldados).
Sigue
el texto que
analizamos, con un
apartado dedicado al recuerdo más antiguo de las mascaradas, donde
escribe: “El
origen de estas fiestas es controvertido (...) hunden sus raíces en
los ritos prerromanos de las sociedades agrícolas y ganaderas.
Estas creencias y ritos
primitivos van a integrarse en el cuerpo religioso romano,
principalmente en las celebraciones Lupercales,
Saturnales y Kalendas, cuyos ritos se difundirán por el Imperio
(...) las que más intensamente han influido en nuestras mascaradas
han sido las Lupercales, ligadas a Fauno y al mundo pastoril, lo que
se confirma con la atribución popular de las mascaradas a pastores
en bastantes de nuestras fiestas. (...) El
hecho de que hayan llegado al siglo XXI mascaradas con ritos tan
antiguos demuestra el arraigo de tales celebraciones entre la
población,
singularmente, entre la rural. Y eso
que desde muy pronto, la Iglesia empezó a condenar la celebración
(...) Tras este
primer intento por erradicar estas fiestas paganas sin conseguirlo,
viene un período caracterizado por el impulso hacia un sincretismo”
(5)
.
.
Pasa finalmente la
web de la Junta a explicar los diferentes estilos de mascaradas,
distinguiendo entre tres formas principales:
-Mascaradas
demoníacas: Aquellas
en las que el protagonista lleva máscara de carácter demoniaco,
que, la Iglesia, por su aspecto, las va a convertir en símbolo del
Diablo cristiano.
-Mascaradas
zoomorfas: En las que el protagonista es una máscara con forma
animal, bien sea de toro, características de la provincia de León
-Mascaradas
demoníacas al servicio de la liturgia cristiana:
(...) a partir del Concilio de Trento (…) potenciando la
fiesta de Corpus Christi”.
Termina
el texto exponiendo que:
“Todas
las máscaras demoníacas realmente representan a unos seres
intermedios entre los dioses y los hombres, los démones, en
quienes se encarnan los espíritus de los antepasados, que regresan a
la tierra, aprovechando el parón invernal, para pasar revista a
nuestras formas de vida, purificar nuestros pueblos y a sus gentes y
fertilizar nuestros campos, ganados y mujeres (...) por el rito que
realiza, golpeando con barro, también es símbolo de fertilidad
agraria y humana” (6) .
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Una extraña máscara que guarda el claustro de la Catedral de Braga
(Portugal) -a
la que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. En
foto, al lado, vemos ese raro ser mascarado, que nadie sabe qué
sentido tiene y que preside actualmente el patio de salida de la Seo
Bracariense
(una de las más importantes de la Edad Média). El tipo de trabajo
en piedra de la cabeza es tosco y popular, pareciendo una imitación
del siglo XVIII de modelos románicos. Por lo que quizás se
corresponda con una imagen hecha en épocas tardías (durante La
Ilustración y tras la expulsión de los jesuitas por el Marqués de
Pombal); queriendo parodiar la lucha que San Martín de Braga realizó
contra toda mascarada. Pues tal como explica la página que hemos
estudiado de la Junta de Castilla y León, este santo portugués “en
los concilios de Braga de los años 561 y 572, así como en sus
libros De correctione rusticorum y Capitula Martini, condena las
kalendas” y
toda fiesta relacionada con las máscaras. Celebraciones que
posteriormente dieron origen al Carnaval, que tan de moda puso la
Ilustración en el siglo XVIII (principalmente
en Venecia y Francia). Abajo,
foto del patio de la Seo Bracariense, donde se encuentra este extraño
ser “enmascarado”.
B)
SIMBOLISMO, PROCEDENCIA Y SIGNIFICADO DE SUS ATRIBUTOS Y RITOS:
.
1º-B)
EL FLAGELO:
.
A
mi juicio y sin lugar a dudas, se encuentra en el Egipto faraónico
el origen ritual de este instrumento que servía para azotar bestias
y personas. Donde en las primeras épocas dinásticas ya vemos
flagelos sagrados fabricados en metales preciosos y adornados con
gemas -iguales a los utilizados comúnmente, para golpear o quitarse
insectos-. Siendo este uno de los dos atributos que el faraón
lucirá siempre; reyes que veremos siempre representados con los
brazos cruzados y portando un cayado (o bastón corto) en
una mano, mientras sujetan el flagelo con la otra. El significado
de ambos objetos es tan obvio como ancestral, pues el cayado es el
símbolo ganadero y también bastón de mando militar; mientras el
flagelo se ostenta como signo de poder y represión, por cuanto sirve
para castigar o corregir. Siendo los dos instrumentos el
distintivo de la disciplina y del gobierno; tal como lo son todavía
el bastón de mando y los fasces en el mundo militar (cuyo simbolismo
es paralelo -por no decir, el mismo-).
.
De
tal manera, encontraremos ya el flagelo como atributo real en las
representaciones de Min o Minu; el dios de la fertilidad que se
considera primer faraón, fundador del Egipto dinástico y de su
capital homónima (Menfis -del nombre Min o Men-). La historia de
esta deidad faraónica la hemos relatado en numerosos artículos,
de los que recogeremos un breve resumen tras las imágenes, con el
fin de conocer el significado de su flagelo; que para la mayoría de
expertos es un símbolo de fertilidad, sexualidad y hasta de erotismo
(7) .
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Representaciones
del dios Min. Al lado relieve de la capilla blanca de Sestrosis I, en
Karnak
(XII dinastía). Abajo,
relieve del mismo dios en los pasillos del Templo de Luxor (también
Karnak; XVIII dinastía). Observemos
en las imágenes: El pene erecto (circuncidado, lo que indica su
rango de sacerdote-rey) y el flagelo en sus manos; ambos, símbolos
de fertilidad.
Decíamos
en anteriores artículos nuestros que: Entre todos los dioses de
fertilidad mediterráneos, el "padre" o "abuelo"
de aquellos fue Min (o Minu) de Egipto; dios-faraón del Nilo y una
de las deidades más antiguas del Antiguo reino. Su representación
es la de un hombre de piel oscura, con corona imperial, alas de
halcón y flagelo. Atributos reales, pero también sexuales; pues la
figura de Min es además itifálica y para colmo carente de un
brazo (o con uno de ellos atado al cuerpo). Más tarde explicaremos
el significado de esa representación de un faraón de tez oscura,
con el sexo erecto y manco; pero expondremos primeramente el
origen de tan extraña divinidad, cuyo culto se refería a las
siembras y a las buenas cosechas:
.
Creen los egiptólogos
que este Minu es la personificación del primer faraón llamado Men
(Min), cuya existencia histórica se testimoniaría hacia el 3150 a.C.
y que se considera el unificador del Alto y el Bajo Egipto. Pese
a ello, el dios de igual nombre se documenta mucho antes, y ya hacia
el 3500 a.C. en el valle del Nilo existen evidencias de su adoración.
Hecho por el que los expertos en esta civilización opinan que
aquel es el recuerdo de las tribus o gentes nubias, que llegaron del
Sur hacia mediados del IV milenio y alcanzaron las tierras del Bajo
Egipto (el delta). Debido a ello, se tiene al Min como una
deidad originada en la zona de Nubia, por lo que se deduce que su
representación sea la de un hombre de piel muy oscura; pero los
atributos reales que porta serían el recuerdo del mencionado primer
faraón (Mene).
.
Por lo demás, la
historia de esta deidad itifálica, narra que habiendo tenido que ir
todos los hombres del Nilo a la guerra, se quedó solo Minu en
tierras del Nilo cultivando las riberas. Un oráculo le advirtió que
todos los egipcios morirían en la lucha y que él debía preñar a
cuantas más ciudadanas pudiera, para perpetuar la raza en el lugar
(algo que parece hizo con gran efectividad). De ello que sea
tenido por dios de la fertilidad y de las cosechas, siendo su rasgo
el prominente pene erecto con el que siempre se le representa.
Siguiendo con su historia, en lo que refiere a la falta de un brazo,
unas versiones narran que no hubo de ir a batallas por carecer de
este, siendo ejecutado al regresar sus compatriotas y ver la prole
que había generado con sus mujeres. Aunque el mito más común es
aquel que cuenta cómo el apéndice le fue cortado por sus
compañeros, a su vuelta de la guerra y ver a sus mujeres con hijos;
todos del color de piel de Min.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, el faraón Akhenatón (Amenofis IV)
en una imagen de la fototeca universidad de Bruselas –a la que
agradecemos nos permita divulgarla-. Abajo,
el famoso Tuthankhamón (suegro del anterior) en su sarcófago de
oro; foto tomada directamente
en el Museo de El Cairo -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. Observemos en
ambos, el flagelo que portan en una de sus manos;
que en el caso de Tuthankhamón es de bronce, oro y gemas preciosas.
Posteriormente, aquellos
niños que generó el oscurito y recio nubio Min, crecieron con mayor
fuerza que el resto de los egipcios; por lo que se enfrentaron a los
blancos y les vencieron, llegando a reinar y gobernar en el Nilo.
Narrando la leyenda de este dios Min, la llegada de los fuertes
centroafricanos a Egipto; que en principio pudieron ser usados como
esclavos (o sirvientes para la agricultura), pero que por su mayor
fuerza física y resistencia, acabarían haciéndose con el reino.
Pese a ser Min el recuerdo de estas primeras dinastías tinitas,
el dios representa fundamentalmente a la casta de agricultores y a
las crecidas del Nilo, que cubrían de un denso y negro fértil limo
las llanuras del desierto. Siendo aquel Minu con su falo erecto, la
divinización del río desbordándose, cuyas aguas procedían del
mismo lugar que los nubios (el eje central de África). Su figura
simboliza el mestizaje, aunque es la única representación
verdaderamente obscena que existía en el panteón faraónico
(que carecía de formas explícitas en figuras sexuales). Pero que se
relaciona plenamente con el Osiris agrario, padre fallecido y
resucitado que simbolizaba la semilla que muere necesariamente, para
germinar tras ser enterrado.
.
Al parecer, muy
semejante en su valor simbólico debió de ser el "objeto
sagrado" que luce siempre Min: El flagelo. Pues aunque el
dios es representado comúnmente junto al símbolo del Ank; Min lleva
en la única mano que le queda, ese “látigo de faraón” (en
actitud de golpear -véase imágenes, más arriba-). Herramienta
que al parecer tiene un significado muy unido al del arado, por
cuanto "abre surcos al utilizarse" -aunque el flagelo
los deje sobre la piel y no en la tierra...-. Por lo que siempre
se ha considerado este atributo de Minu como un símbolo de
fertilidad; que unido a su carácter agrario completa sus similitudes
con Osiris. De cuanto vamos deduciendo y comentando, ya
podemos conocer las particulares aproximaciones entre el dios del Sol
y el faraón flagelador, itifálico y manco; deidad de la fertilidad
que se asimilaba a Príapo por los griegos. Un dios que se documenta
en el 3500 a. C., pero cuyos cultos y formas han permanecido hasta
nuestros días.
.
De tal manera,
terminaremos diciendo que no solo Príapo se parecía a Min en su
gran falo; sinó que el flagelo también era típicamente usado en
los ritos de fertilidad grecorromanos. Consecuentemente, era normal
celebrar las fiestas priápicas con procesiones en las que los
asistentes llevaban látigos con los que golpeaban a las mujeres.
Aquellas iban a estos rituales de flagelación, para hacerse más
fértiles. Así sucedía en Roma en las Lupercales, procesionadas por
jóvenes en taparrabos que simulando a Fauno, golpeaban con cintas de
cuero a toda fémina que se cruzaba en el camino. Mientras las
griegas o romanas asistían en masa a estas fiestas, pues se suponía
que ese flagelo Lupercal era de gran efecto fertilizador. Hechos y
costumbres que permanecieron hasta nuestros tiempos, en fiestas
principalmente celebradas en el Carnaval; donde es normal que los
mozos salgan disfrazados con sus látigos, para flagelar a la
ciudadanía -concediendo a la población, al ganado y a los campos, el
don de la fecundidad-.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, látigo córciro, tal como lo recoge Philip
Vandenberg en su magnífico libro EL SECRETO DE LOS ORÁCULOS
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En la obra,
Vandenberg explica cómo este flagelo -hecho con puntas metálicas-
se batía contra los calderos
y servía para ahuyentar los males del Oráculo de Dodona. Siendo
el látigo Corciro a mi juicio un espantapájaros, que en Dodona
hacía ir venir con sus sonajas a las palomas, y en cuyos vuelos los
augures leían el futuro. El
uso del flagelo como ahuyentador de demonios, es típico en las
religiones mediterráneas; incluso en las de Asia, donde es común
ver al sacerdote con un instrumento de este tipo en la mano,
gesticulando al oficiar ceremonias
(tal como sucede en las sintoístas).
Abajo,
los campos de Mota del Marqués, vistos desde el camino de San Cebrián -con su castillo y colina que le da el nombre de “mota”-. Estos
trigales han de regarse con las lluvias caídas del cielo; siendo las
más comunes aquellas que se producen desde febrero, cuando hay
que comenzar a preparar la labranza, para sembrar la primavera. De
todo ello, las fiestas de Carnaval indican el comienzo del año
agrario y el deseo de fertilidad durante la época de labor que
llega. Su nombre procede de la “carne” como símbolo de la
fecundación o del sexo; aunque en verdad se refiera más a la
fertilidad de los campos y del ganado.
2º-
B) LA FLAGELACIÓN RITUAL SEGÚN MARIANNA SCAPINI:
.
En
un trabajo publicado recientemente por esta autora, podremos
comprender qué significaba la flagelación ritual entre griegos y
romanos; tanto como su sentido de fertilidad.
El estudio que referimos de Scapini se intitula
WHIPPING IN MYTH, RITUAL AND MAGIC PRACTICE -flagelación
en el mito, en rituales y prácticas mágicas- (8)
;
donde
se exponen las siguientes ideas
(que resumo, traduciéndolas del libro):
Entre
las imágenes griegas y romanas -convenidas
tanto por la poesía como por la iconografía- los
instrumentos cotidianos como látigos, aguijones y aguijones
(μάστιγες,
κέντρα, οἶστροι, stimuli, verbera, flagella, virgae) se
representan como armas divinas muy comunes, básicamente
dirigidas en transmitir dos significados:
En primer lugar, los azotes son una representación frecuente del
castigo
divino.
En segundo lugar, a menudo representa una
intervención divina dirigida a obligar a algo o a alguien a
reaccionar en un asunto determinado. Ambas están claramente
inspiradas en las principales funciones de los latigazos en la vida
cotidiana de estas sociedades rurales: conducir animales, obligar o
castigar a los esclavos y castigar a los delincuentes (8a)
.
.
Como
vemos en los textos griegos, cuando los azotes punitivos o
estimulantes se dirigen a una persona, su primer efecto es a menudo
una identificación con lo sagrado.
Sobre
la base de
una posesión
tan sobrenatural, la persona azotada sufrirá
una paliza de castigo,
o reaccionará y será obligado de acuerdo con la voluntad de dios
-en
el caso de un azote estimulante-
(8b)
. Los
mitos griegos son ricos en ejemplos de
tales castigos divinos punitivos donde aparecen los azotes;
fundamentalmente,
en la descripción bien conocida de la posesión dionisiaca
(...) A partir de estos casos, vemos cómo
las posesiones tanto dionisíacas como eróticas frecuentemente
implican escapar de la sociedad o romper lareglas de la vida civil.
Tanto en la situación de las ménades Bacantes y de Phaedra, se
trata de mujeres que dejan sus roles y deberes tradicionales -como
Olivier de Cazanove tiene precisa-. (…)
En la literatura romana, un ejemplo de estimulación erótica
descrito con la metáfora del látigo y más definido del flagelo;
fue descrito y mencionado por Horacio
que habla del flagelo sublime de Venus.
(8c)
.
.
Tenemos
textos que aluden a las prácticas de azotes en Rituales griegos y
romanos de diferentes épocas.
Dos ejemplos de ello fueron recogidos por Pausanias
(8,23),
que habla
de mujeres azotadas en el templo de Dionisos en Alea y muchachos
espartanos azotados en honor a Artemis Orthia
(...) En cuanto al mundo
romano, los autores antiguos hablan del
ritual de la Lupercalia, donde los jóvenes nobles corrían subiendo
y bajando desnudos por toda la ciudad; golpeando a aquellos que se
encontraban en las calles, con sus correas peludas y sobre todo dando
en las manos a las mujeres, para propiciar su fertilidad.
Plutarco, (Caes. 61) escribe que: Muchos de los jóvenes nobles y de
la magistrados recorren la ciudad desnudos, de un modo impactante
(..) para divertir a los que se encuentran
con taparabos
lanudos (..)
Y muchas mujeres nobles vienen a ellos
con el propósito,
tirándoles como a un maestro; así le ofrecen sus manos para ser
golpeadas (..) creyendo que ello
propiciará
la fertilidad y el embarazo
(8d) .
.
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado; Carantoña, máscara del día de San Sebastián (20 de enero)
celebrada en el pueblo extremeño Acehuche -tal
como la muestra el Museo Provincial de Cáceres; al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen-.
Abajo,
los
campos de Mota del Marqués durante la siega en verano y que en estos
días de febrero se riegan con las primeras grandes lluvias,
augurando una buena cosecha.
En
nuestra cita (8e)
incluyo
-traducidos- el resto de párrafos interesantes de
este gran trabajo de Marianna Scapini, en el que podemos ver
claramente el significado del azote ritual durante las procesiones
grecorromanas.
En especial de aquellas que se celebraban al final del invierno y al
comienzo de la primavera.
Pudiendo concluirse a través de estos estudios, que toda celebración
primaveral donde se azotaba, se relacionaba con los cultos agrarios y
de fertilidad. Rogando al dios, a través del dolor y de esos golpes,
para que la cosecha fuera propicia y las lluvias benéficas;
sin enviar desde cielo granizos, ni hielos (en épocas de germinación). Todo lo que uniría
aquellas fiestas grecorromanas de Baco o de Dionisos, con las de Min
o Minu. El primer faraón egipcio, que simbolizaba las crecidas y los
limos del Nilo;
cuyos cultos de fertilidad fueron el origen de aquellos famosos ritos
orgiásticos de Príapo. El dios griego de enorme pene, que servía
para asustar a los extraños con su deformación (ahuyentando así a
los extranjeros de los campos) y simbolizaba la fecundidad de las
aguas y de las lluvias (con ese gran falo semejante a un arado).
.
Unos
extraños cultos, conservados en Egipto, Grecia y Roma; que procedían
-a mi juicio- desde rituales ancestrales nacidos en el Neolítico.
De celebraciones trogloditas o de
la última Edad de Piedra; donde el hombre realizaba danzas
semejantes a las de la “lluvia” y festivales de fertilidad,
celebrando orgías cavernícolas para aumentar la tribu y mejorar las
cosechas o el ganado. De aquellos remotos tiempos, procedería esta
costumbres de flagelar, como medio de fertilizar los campos. Debiendo
entenderse que aquellas gentes tan precarias y remotas del Neolítico
incitaban al sexo de ese modo (golpeándose). Todo
lo que tiene su origen en una psiqué de personas que desde niño han
sufrido el dolor y el azote (como sucedía el la Edad de Piedra).
Hechos
que estudiaremos de un modo más preciso en nuestro siguiente
epígrafe.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, Jarramplas; otra máscara del día de San Sebastián que sale
en la población castúa de Piornal -tal
como la muestra el museo provincial de Cáceres, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestras imágenes-. Este Jarramplas,
al igual que las anteriores Carantoñas de San Sebastián; actúan
cuando termina el invierno en Extremadura
(a fines de enero) y son
demonios o ancestros primitivos que golpean a cuantos encuentran por
las calles. Su sentido -a mi juicio- se relacionaría plenamente con
las celebraciones neolíticas de fertilidad; pidiendo a los dioses
lluvia y buen año de cosechas. Siendo
aquellos azotadores de las fiestas de iniciación a la primavera,
“daimones” que nos han llegado directamente de el Neolítico.
Simbolizando los tiempos en
los que el hombre dependía plenamente de la Naturaleza para
subsistir; cuando se organizaban las primeras Sociedades agrarias
(desde el 8000 a.C.). Por
cuanto expreso, la importancia
de conservar estos ritos y costumbres es crucial; todo lo que
agradecemos a AREPA MOTA XXI que ha recuperado El Perrero de
Mota (en este caso, en la figura de Diego Alonso, que en los días de
Carnaval luce su máscara, de tipología “daimónica”).
3º-B)
FLAGELACIÓN RITUAL EN LAS FIESTAS DE INICIACIÓN DE LA PRIMAVERA:
PROHIBICIÓN Y POSTERIOR SÍNCRESIS EN EL CRISTIANISMO:
.
Decíamos
en artículos míos anteriores (9)
, que el
año comenzaba en la Antigüedad hacia el 21 de marzo. Debido a que
en las zonas de latitud mediterránea (entre el paralelo 30 y el 45);
en
esta la época se inician las labores agrícolas. Siendo las fiestas
que se celebraban en estos meses, las que señalaban el final del
frío y el principio de las lluvias
-que hacen su aparición en estas tierras de latitud mediterránea
desde febrero-. De tal manera, con el ciclo de Piscis (del 22 de
febrero al 20 de marzo) concluía el año, que se iniciaba con el
nacimiento del Aries. Días
en los que se rendía culto a los dioses de la labranza; para
solicitarles lluvias, prosperidad y fuerzas en los trabajos del campo.
.
A
estos festivales de final de año agrícola, también se trasladaron
en época romana tardía, las Saturnales. Que antes de la
profusión del Mitraismo se habían celebrado al final del año solar
(entre el 15 y el 24 de diciembre, días en los que "muere y
renace" el Sol). Saturnales romanas, que como su nombre
indica, eran fiestas de orgía y desenfreno; aunque en su comienzo no
se relacionaban con las ceremonias agrarias, ni con los misterios
agrícolas que hablamos. Correspondiendo esos festivales de
Satuno más bien un tributo u homenaje que se rendía al dios de los
infiernos; permitiendo a los ciudadanos durante esos días -del 15 al
24 de diciembre-, cometer todo tipo de excesos y hasta atrocidades.
De la modificación calendárica, llevando Las Saturnales a los Idus
de Marzo (comienzo del año agrícola); creemos que derivaron
aquellas primeras celebraciones relacionadas con los misterios
paganos (del campo) hacia cultos más aberrantes. Puesto que en
un principio, los rituales agrícolas debieron ser simplemente de
adoración a la fertilidad y al sexo, en forma semejante y tal como
los egipcios realizaban sus Faleriadas (festival del Falo de Osiris,
que apenas tenía cultos obscenos, ni excesivos).
.
Desde estas
Saturnales, trasladadas al fin de año agrícola y unidas a ciertas
celebraciones del comienzo de la cosecha (de tipo orgíastico);
nacerían y permanecerían ciertos ritos, que nos llegaron
convertidos y sincretizados como los Carnavales de Occidente. Una
celebración que en tiempos de La Ilustración quiso recuperarse,
para devolverla al pueblo; por cuanto se recordaba que esos días
prohibidos del Carnaval, habían sido los más divertidos de la
Historia. Pese a ello, no está tan claro su carácter lúdico
inicial y ni siquiera su alegría en la participación o en sus
festivales; puesto que muchos de los cultos que se seguían eran
durísimos. Flagelando de manera terrible a quienes se ofrecían
voluntariamente; o incluso, dando muerte a los elegidos por sorteo
para este fin.
.
Conforme a todo ello,
hablaremos primero de las religiones frigias que se impusieron en
Grecia y Roma; donde al
parecer los piratas carios (cilicios de las costas anatólicas)
importaron los ritos de
Cibeles y su hijo Attis.
Cuyos misterios se celebraban al inicio de cada primavera del
modo que ya hemos relatado en algunos artículos nuestros;
principalmente recogiendo cuanto de ellas narra el profesor Alvar
(10)
. Quien trata sobre
las emasculaciones de Attis en su obra mencionada anteriormente,
citanto a Ovidio en Fastos (IV, 179; 372); expresando que en
las fiestas de Cibeles de primavera, los más devotos seguidores se
castraban. Siendo este un hecho que interesaba tremendamente a los
romanos para explicarse el significado de los misterios frigios.
Por su parte, Fírmico Materno
(11)
, enseña que todo ello puede comprenderse porque las fiestas de
Attis eran
consideradas como una acción de gracias a las cosechas; en las que
el dios y sus seguidores se identificaban con el trigo. Debido a
ello, el castigo que se aplicaban a sí mismos
-o unos a otros-
era similar al que realiza el segador en los campos. Debido
a esos ritos de sangre, los sacerdotes de Cibeles obligatoriamente
eran eunucos y estaban regidos por los superiores (de mayor rango)
que carecían de pene y testículos, llamados galli (galos). Aunque
existían otros tipos de castrados; que tan solo habían aplastado
sus testículos, o los que los habían quitado por ablación (unos al
cortárselos y los primeros al golpeárselos con piedras). Siendo
aquellos un "segundo grado" de oficiantes o de fieles
devotos, que conservaban el pene y tenían erecciones -pudiendo
participar en las orgías de aquellos misterios-.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, ostostato de la Diosa Kubaba ( fragmento ciudad Karkemish)
fechado en el siglo IX a.C.
-propiedad del Museo de Ankara al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen-. Esta
deidad hitita adorada desde
mediados del segundo milenio a,C., era
llamada Kuba-Ba y su nombre significaba la cúbica. Siendo el símbolo
del aerolito y por ende, del mineral del cual se extraía el metal.
Como diosa de la minería y del meteorito, su culto era ctónico
(referido al inter-nos, al interior de la tierra y de la mente) y se
la consideraba generadora de la civilización. Todo lo que se
comprende desde su significado como deidad de los metales, que
permitían la creación de sociedades avanzadas.
Tanto fue su simbolismo como deidad de las urbes, que su
nombre latinizado en la forma de Cibeles (Kybele desde Kubaba) dio
origen a Civile (de donde
deriva nuestra voz “civilización”). Abajo,
un dibujo mío de la estatua de Cibeles en
el centro de Madrid; lugar y plaza en la que dicen los madrileños se
celebraban ritos de “magia blanca”.
En
el artículo donde analizaba y relataba estos misterios agrarios de
Attis (12)
pedíamos perdón a los lectores, para poder seguir describiendo lo
que fueron aquellos cultos de flagelación y amputaciones.
Expresando nuestras disculpas del siguiente modo: Rogando
al lector nuestro perdón, pues sabemos lo poco grato que puede
resultar tener que entrar en menudencias acerca de un tema tan
"doloroso" (nunca mejor dicho...). Pero
en verdad, si no estudiamos la Historia tal como era, podemos
limitarnos a pensamientos o imágenes idílicas.
Con las cuales soñemos que aquella Roma Imperial era una gran
civilización y que todas las que se le opusieron, no fueron más que
un detritus que no comprendía la grandeza de la cultura latina.
Evidentemente, no cabe la menor duda de que Roma tuvo grandes
méritos; entre ellos ser la "madre de Europa". Pese a todo
-en mi opinión- entre las virtudes del latino no estaba la mística
ni la espiritualidad religiosa, quizás por herencia etrusca; quienes
les enseñaron a vaticinar el futuro destripando humanos... . Aunque
posiblemente la falta de misticismo del romano estuviera motivada por
la propia estructura de su Estado, basado en los éxitos y en la
ambición de expansión. Sea como fuere; parece
cierto que muchas de estas fiestas del Carnaval "clasico y
romano", tenían más de sanguinoliento que de carnales.
.
Destacaban entre todos
aquellos festivales de Cibeles en Roma, los que daban comienzo en
nuestro mes de marzo y en honor a Attis. Celebraciones que se
llevaban a cabo del 15 al 27 de ese mes y entre cuyos ritos era
principal el del día 24, llamado "jornada de sangre" y
donde se hacían las emasculaciones. Mientras, durante el resto
de días se representaba fundamentalmente el mito de este hijo de
Cibeles, con diferentes procesiones y actos (todos bastante
exaltados, por no decir de enajenación generalizada y en los que la
flagelación colectiva era contínua). Aunque el peor era el
denominado "Dies Sanguis", que sucedía tras el 23,
llamado "el Saliar"; en el que los sacerdotes de Marte
bailaban las famosas "saliares", acompañados de címbalos
e instrumentos de viento. Desfile y danzas que se consideran muy
relacionados con los rituales de los Curetas o los Coribantes (danzas
militares y de iniciación a la guerra). En todos ellos se sucedían
los azotes de los asistentes que deseaban ver estos ritos
sanguinolientos y que eran fuertemente flagelados dos por ayudantes
de sacerdocio (quienes a su vez se golpeaban a sí mismos, con
enorme furia).
.
Todo lo que hemos
relatado, se explicaría -a mi modo de ver- al ser esta de
Cibeles una religión procedente de gentes sometidas a la esclavitud
(principalmente libertos). Unos hechos que se demostrarían
observando como el atributo de Attis era el gorro frigio, prenda
típica de los esclavos liberados. Debido a ello, creemos que
los ritos de Cibeles darían a entender la esclavitud como un método
de civilizar pueblos; lo que concedería derecho a los
"civilizadores" para cometer atrocidades con quienes
llevaban hasta su estado cívico. Primero incorporándolos a su
Sociedad como esclavos y más tarde, concediéndoles la libertad
(hasta la ciudadanía romana). Por lo que en sus ritos se llevaba
a cabo la castración; una costumbre con la que se solía castigar al
prisionero de guerra antes de venderle y que se practicaba con muchos
de los esclavos domésticos (para evitar que tuvieran relaciones
sexuales con las mujeres de la casa).
.
Siguiendo
con este tipo de ceremonias agrarias de primavera, probablemente
nacidas en la Edad de Piedra y conservadas hasta el cristianismo.
Destacaron
también como duras y terribles, las flagelaciones de jóvenes ante
la Artemisa de Esparta. Unos feroces ritos que ya hemos descrito en
otros de nuestros artículos del siguiente modo
(13)
: En
el recinto
sagrado de la Artemis Orthia, se llevaban a cabo algunos de los
cultos más cruentos de la antigüedad, entre
los
que se encontraba la flagelación sagrada (denominada
en griego "diamastigosis" = "azotar
severamente").
Martirio
ritual, al que se sometían los jóvenes de la ciudad de manera
voluntaria, alentados
por
sus familias, pese a que en numerosas ocasiones les provocaba la
muerte
-siendo preciso en algunas
CiudadesEstado
iniciarse en esta ceremonia para poder ingresar en el ejército-. Un
sacrificio cruento que en muchos
casos
necesitaba del fallecimiento de un inmolado,
por lo que en algunos
templos
de Artemisa -como el de Éfeso o el de Esparta- ofrecían
anualmente una víctima propiciatoria
humana.
El elegido (en ocasiones por sorteo) era sometido a las más
aberrantes torturas o
azotes,
hasta que dejaba de vivir frente al altar de la diosa. Unos rituales
cruentos, de los que ningún ciudadano digno se podría librar; ya
que las familias o grupos
sociales
obligaban a sus hijos a ser uno de los flagelados, para poderse
considerar de ese modo, entre los má
valientes.
.
En
el epígrafe primero (A)
recogíamos
cuanto decía sobre las mascaradas una página de la Junta de
Castilla y León; donde explican
con las siguientes palabras el arraigo popular que estas debieron
tener, debido a lo que han sobrevivido:
“El
hecho de que hayan llegado al siglo XXI mascaradas con ritos tan
antiguos demuestra el arraigo de tales celebraciones entre la
población, singularmente, entre la rural. Y eso que desde muy
pronto, la Iglesia empezó a condenar la celebración
(...) San Martín de Braga, que en los concilios de Braga de los años
561 y 572, así como en sus libros De correctione rusticorum y
Capitula Martini condena las kalendas (...) Tras este primer intento
por erradicar estas fiestas paganas sin conseguirlo, viene un período
caracterizado por el impulso hacia un sincretismo” (14)
. Pese
a todo y en mi opinión, no eran iguales todas las celebraciones;
pues algunas mascaradas tendrían como misión la iniciación a la
guerra, mientras otras fueron de carácter puramente agrario. Cuanto
se comprende porque aquel mes de marzo era en el que reclutaban los
jóvenes para
llevarlos a servir a Marte -dios bélico-; mientras
otros varones quedaban guardando el ganado o las cosechas
(principalmente
por motivos de edad o minusvalías). Sea como fuere, parece
claro que cuando la Iglesia prohíbe las fiestas de máscaras y las
flagelaciones colectivas, la mayoría de la población del imperio
romano debió “descansar”. Pues
la depravación de las Saturnales y Lupercales, unida al horror de
ritos como los de Attis y Artemisa; harían
de las iniciaciones de primavera unas épocas de abusos, fechorías y
terror. Fiestas que finalmente se sincretizaron
en otras muy diferentes; como las múltiples mascaradas de Navidad,
La Candelaria, San Sebastián, San Blas, Las Águedas y un largo
etcétera de celebraciones a las que sumaron nuestros Carnavales (en
recuerdo de aquellos festivales agrarios y tras erradicar totalmente
las fiestas cruentas).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado, grabado antiguo con la famosa Artemisa de Éfeso; diosa a la
que se ofrecían jóvenes para ser azotados hasta la muerte. Su
figura va adornada con pechos en forma de testículos de toro (para
destacar el poder genésico de la diva) y con bestias como leones
(con el fin de recordarnos su unión con la antigua Kubaba y con la
Kybele griega). Es
muy conocida la predicación de San
Pablo a los Efesios; ante el santuario de esta Artemisa. Una plática
de la que se dice, motivó la destrucción del templo y la biblioteca
por parte de los cristianos; que acabaron con todo resto de esta
diosa de los bosques y los animales, llamada por los romanos Diana.
Tal fue el poco acierto de San Pablo al predicar ante los efesios,
aconsejando mantener posturas duras y patriarcales sobre las mujeres
(a cuenta de los ritos en el artemisión). Que comúnmente se
denomina un “Ad-Efesios” -adefesio- algo horrible o monstruoso.
Pese a ello, hemos de recordar que no eran muy recomendables las
celebraciones de la Artemisa efesia, donde se inmolaban jóvenes a
golpes del flagelo. Asimismo tampoco fueron ritos comprensibles los
de Cibeles (principalmente en Roma), por cuanto los cristianos
desearon elevar su ciudad de religión sobre el antiguo templo de esa
diosa. Habiendo investigadores que consideran cierto que el
baldaquino de San Pedro se encuentra en el lugar donde los “galos
cibelinos” realizaban las castraciones humanas rituales (pese a que
no se corresponde el lugar con el del Templo de Cibeles, Palatino).
Unos y otros cultos nos llevan
a comprender por qué los romanos abrazaron pronto la religión
cristiana; máxime desde el momento en que Diocleciano cometió todo
tipo de aberraciones contra los devotos de esa nueva fe.
Abajo, un
dibujito mío de San Pedro de Roma.
.
.
4º-B)
LA MÁSCARA DEL GUERRERO:
.
Lo
último que nos queda por estudiar en estas fiestas, es el sentido de
la propia máscara; que muchos identifican con demonios, otros con
totems como el toro y que a mi juicio se trata de caretas rituales
-neolíticas-, reconvertidas en un modo para esconderse del pueblo,
aquellos que daban o recibían los terribles azotes (en tiempos
antiguos y cuando las mascaradas eran muy cruentas). Pues desde mi
punto de vista, la máscara fundamentalmente servía para que los
mozos así ataviados no fueran del todo reconocidos, pudiendo hacer
cuanto desearan. Quizás como un uso ritual antiquísimo y heredado
de un “festín” previo a la guerra; donde los reclutados para ir
a batalla eran iniciados de esta forma. Dejándoles hacer lo que
quisieran con su propia población: Sometiéndoles, fustigándoles
y hasta abusando del pueblo; como un paso previo a lo que tendrían
que realizar en el campo de batalla. Todo ello expresado en las
mascaradas, como un derecho consuetudinario admitido por la
población a la que servirían aquellos nuevos soldados y que
cada mes de marzo partían para “los campos de Marte”.
.
De
esta forma, la
mascarada como iniciación a la guerra tendría un similar sentido a
la costumbre del “novio” en la caza; uso ancestral que aún
permanece en nuestras tierras
y que hemos tenido que sufrir quienes matamos por primera vez una
pieza mayor. Siendo
considerado el neófito cazador “el novio” del pobre guarro o del
infortunado venado que se cruzó en nuestro camino. Con el cual
compartiremos momentos de asco y risa, mientras los perreros nos
embadurnan con su sangre,
nos cortan el pelo, nos arrastran junto a las tripas del animal y
hasta nos hacen comer su carne o entresijos crudos... . Una
costumbre en la que los perreros son los dueños por unas horas de
aquel novato que ha cazado;
aplicando al que llaman “el novio” el castigo de haber acabado
con “la novia” (la pieza abatida).
Un rito ancestral y posiblemente neolítico, que se conserva intacto
en nuestra cultura y por el que aún pasan todos los cazadores (desde
el rey hasta el más humilde hombre).
.
Pero
regresando a la máscara griega -madre de las carnavaladas-, veremos
lo que sobre ella nos explican los expertos en religiones
grecorromanas. Entre los que he elegido a Friedich
Georg Jünger ;
que aplica el epíteto de “dios enmascarado” al hablar de
Dionisos
del siguiente modo: “El
dios, que cambia y se transforma, no adopta sólo apariencias
zoomorfas, sino que también se muestra caminando entre la multitud
festiva, cubierto por un ropaje bajo el que cabe sospechar su
presencia aunque su ser esté allí envuelto de un modo
irreconocible. Llega disfrazado, como un dios con máscara, como el
enmascarado Dioniso. Por todas partes se encuentran sus máscaras
(...) El dios con máscara da a conocer, como la máscara misma, una
duplicidad. La máscara oculta y revela.(...) La máscara es un
rostro y ha sido formada para el rostro, pero no es una imagen, no es
una copia que pretende la semejanza individual, pues el hombre con
máscara no se reproduce a sí mismo ni a otra persona sino al dios.
(...)
La máscara y el falo que se pasea en las procesiones celebradas en
honor a Dioniso guardan una relación: la máscara evidencia la
vitalidad fálica. Estas procesiones marcan el inicio de la
naturaleza bufonesca que se ha propagado por todas partes y que no
niega su origen dionisiaco. Bajo la máscara de su bufonada el bufón
es hombre dionisiaco, es el señor del mundo invertido, al igual que
Dioniso. Desde las Dionisiadas, pasando por las Saturnalias romanas y
el Festum Stultorum o el Festum Fatuorum, la verdadera fiesta de los
bufones de la Edad Media, llega hasta el presente la esencia del
payaso” (15)
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Los
cultos de flagelación en primavera son de origen ancestral. En Roma
y Grecia destacaban por su crueldad los de las diosas Artemisa y
Cibeles, cuyas raíces
se remontan al cuarto milenio a.C.. Como muestra de ello, traemos a
imagen dos dibujos míos de deidades previas
a Kubaba y a Kybele helena; tanto como a la Artemisa griega y la
Britomartis cretense. Al lado,
Hebat hurrita del III milenio a.C., amamantando sobre leones. Abajo,
Hana-hana diosa madre anatólica del IV milenio a.C. y antecesora de
Kubaba, Kybele o Cibeles; tanto como de las Artemisas helenas. Se
representa como una gran matrona de grandes pechos, sentada en un
trono sujetado por dos leones.
En
las anteriores palabras de Jünger podremos ver claramente la
diferencia entre el dios de la fertilidad enmascarado y el guerrero
con máscara. Pues el Dionisos con careta se refiere a las fiestas de
lujuria y lujo; a las celebraciones de primavera que tenían como
finalidad la fertilidad (la
procreación, la fecundidad del ganado y las buenas cosechas). Aunque
no hemos de olvidar que este dios Dionisos
fue asesinado de niño, “enmascarándose” para intentar evitar
que le dieran muerte. Lo que le sucede en la figura de
Dionisos-Zagreo, deidad cretense
cuyo culto y nacimiento es paralelo al de Zeus. Pues Zagreo, tras ser
engendrado por el rey del Olimpo y Perséfone; es ocultado en la
cueva del Dicte, en Creta (donde también nació y escondieron a su
padre). Pero
los Curetas -que simbolizan los soldados cretenses- atrajeron hacia
el exterior de la caverna a Zagreo, ofreciéndole juguetes y manzanas
de oro. Cuando
salió el niño de la gruta se
lanzaron contra él para matarlo, y el hijo de Zeus dio tremendas
muestras de valor, transformándose en distintos totems; aunque
finalmente los titanes lo capturaron, despedazándolo y devorándolo
(16)
. Esta forma de Dionisos cretense, según Robert Graves explica y
expone los terribles ritos dionisiacos que existían en la
antigüedad; entre los que no faltaban las inmolaciones de niños,
ricamente vestidos o enmascarados y representando así en efigie al
monarca, que se mataba en la figura del pequeño (lo que explicaría
las transformaciones de Zagreo en diversos animales).
.
Los
ritos del anterior Dionisos cretense (Zagreo) se explican mejor si
recordamos que en las flagelaciones de Artemisa Orthia o en las de
Artemisa de Éfeso, quienes portaban caretas eran los chicos
ofrecidos a la diosa
(para ser azotados hasta la extenuación). De ese modo, todo
lo explicado puede llevarnos a entender por qué “el enmascarado”
goza del derecho a repartir golpes o del deber de recibirlos (sea
Perrero, Carantoñas, Botarga, Demonio o Jarramplas). Pese a todo,
cuanto quedó de las fustigaciones y latigazos rituales antiguos, fue
tan solo la anécdota divertida. Donde la mascarada se centra en
producir la risa y -a lo máximo- propiciar algún susto. Hechos que
se sincretizaron por el catolicismo, que no permitió la flagelación
ritual ajena y que tan solo toleró la propia a quienes desearan
borrar sus pecados con dolor físico (permitiéndoles
auto-penitenciarse bajo unas normas de dignidad). Dejando tan solo la
autoflagelación en determinados ritos y celebraciones
-principalmente de primavera-; siempre bajo el control de todos (sin
que pudieran golpear libremente a quienes participaban de las
procesiones). Quedando
así la mascarada con azotes como una fiesta de risa y bufonadas;
donde los quintos o los mozos reparten “estopa” para celebrar el
comienzo del año agrario o su marcha a la Mili.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Dos
imágenes del rey D. Pedro I, sobre el que versa la leyenda de El
Perrero de Mota del Marqués. Al lado, grabado con la efigie de Pedro
de Castilla que encabeza la edición de la Crónica de Pédro López
de Ayala;
Tomo I "CRONICA DEL REY DON PEDRO IMPRENTA DE DON ANTONIO DE
SANCHA EN EL AÑO DE M. DCC. LXXIX".
Abajo, estatua del
rey Pedro en alabastro (tal
como la exhibe el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen). Es una estatua póstuma fechada
a mediados del siglo XV y procedente del desaparecido monasterio de
Santo Domingo, en Madrid; que pertenecía a un monumento funerario
levantado en memoria de este monarca de Castilla.
C)
LA LEYENDA DE “EL PERRERO” O “EL PEDRERO”:
.
La
leyenda del “perrero”
antes
llamado “pedrero”,
en
su recuerdo postrero
nos
habla del traicionero
que
mató a Pedro primero:
Duguesclin, perro rastrero
Duguesclin, perro rastrero
del
bastardo Enrique mercero;
es
el satán callejero
de
Mota. El carnicero,
fustigador,
bandolero.
.
Copla
motana, que recoge la leyenda del perrero; historia que antaño se
llamó “el pedrero”, al estar fundado su personaje en la afrenta
y muerte de Pedro I -asesinado por su hermano bastardo, con el
engaño y ayuda de Bertrand Duguesclin-. Don Pedro era muy querido
en la zona de Mota del Marqués, donde vivió sus mejores momentos,
junto a su amante (María de Padilla, que vivía en Urueña).
Así fue recordado en aquella mascarada protagonizada por un
demonio fustigador; quien rememora la figura del traidor que provocó
la muerte del rey castellano: Bertrand Duguesclin (que se supone
sale vestido de Bafomet, fustigando al pueblo).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado, grabado antiguo de Bertrand Guguesclin; terrible general
formado en la Guerra de los Cien Años, famoso por lograr cuanto se
proponía por cualquier medio (principalmente con la traición o con
su particular técnica militar llamada "arrasar tierra").
El general llegó a ser Condestable de Francia, aunque el odio que le
granjeaban sus sucios métodos de guerra, le provocó una pronta
enfermedad y la muerte (al poco de su nombramiento). Fue
este guerrero bretón, sin prejuicios,
ni honor; el que fraguó la traición del rey D.Pedro. Haciéndole
ir hacia un lugar, prometiéndole darle ayuda y escape; aunque le
llevaba a solas hasta la tienda de campaña de su hermano Enrique,
donde el bastardo le esperaba para darle muerte a traición y
proclamarse así rey de Castilla.
.
ABAJO:
Campos
de Montiel, con el castillo de la Estrella; donde se refugió el rey
Pedro, perseguido por su hermano. Conociendo que aunque
Duguesclin
fuera el general enviado por los franceses (para ayudar de su
hermanastro); era
mercenario y traidor. Pedro pensó en comprarle y que le procurase
escape de esas murallas, donde le sitiaban.
De ese modo, durante la noche del 23 de marzo de 1369, el monarca
intentó huir del castillo de Montiel siguiendo los consejos y la
ayuda que le ofreció el galo; quien realmente le llevó hasta el
campamento de Enrique. Al
llegar el verdadero rey a la tienda del bastardo, se enzarzaron ambos
en una pelea y Duguesclin sujetó a Pedro para que o apuñalase
libremente Enrique. Se dice que mientras le ayudaba de ese modo (para
que matase al hermano), Duguesclin pronunció la famosa frase de “ni
quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor...” (con
la que se disculpan muchos traidores...). Hemos elegido y trabajado
las imágenes del castillo de Montiel que el precioso blog “Buscando
Montasalvage” publica; recomendando a los interesados en el tema
de Montiel y Don Pedro, visiten esta web y su artículo dedicado al
Castillo de la Estrella:
1º-
C ) Pedro I y Mota del Maqués:
.
En
los epígrafes anteriores hemos visto cómo los orígenes de aquellos
ritos de Carnaval con protagonistas luciendo caretas y fustigando,
hunden sus raíces al comienzo de los tiempos. Aunque la historia del
perrero es un tanto diferente, pues parece que fue una adaptación de
las mascaradas de antaño, revitalizada tras la llegada de los
Trastamara. Todo ello para homenajear al rey Don Pedro; un monarca
muy querido en la zona y que -como sabemos- fue asesinado a traición
por su hermano bastardo Enrique; quien se proclama rey de Castilla de
ese modo tan aberrante. Siendo posteriormente conocido por la
Historia como Enrique “el de las Mercedes”; ya que al carecer de
autoridad, daba títulos y mercedes a cuantos se los pedían, ganando
solo así los adeptos. Pero comenzaremos por el principio, para
saber qué significó inicialmente aquel Perrero de Mota del Marqués,
tan ligado a Pedro I que originalmente se llamaba “El Pedrero” al
recordar la afrenta hecha a D. Pedro.
.
Este
monarca,
único en reinar nuestras tierras con el nombre del patriarca de la
Iglesia, nace
en 1334 por el enlace entre María de Portugal y Alfonso XI. Su padre
no se hizo nunca cargo de él (apenas
lo conoció); al
tener otra familia y vida, compartida con su verdadero amor: Leonor
de Guzmán. Una bellísima mujer que le dio a Alfonso diez hijos;
todos
ellos, hermanos bastardos de Pedro (17)
. Al
morir Alfonso XI (por peste) sube su único vástago legítimo al
trono, coronado como Pedro primero. Tenía el nuevo rey por entonces
solo quince años y ya era amante de una bella y delicada castellana
llamada María de Padilla. Pese a todo, su padre había acordado que
se casara con una princesa inglesa y a la vez concertó su matrimonio
con otra gala; todo lo que comenzó a dificultar la vida del
infortunado nuevo monarca. Pues Europa vivía la llamada Guerra de
los Cien Años, más de un siglo en los que Inglaterra y Francia
luchaban encarnizadamente; practicando de continuo razzias.
Sistema terrible de desgaste del enemigo también llamado
“cabalgadas”, en los que se pasaba a territorio ajeno, provocando
a la población civil todo el daño que se pudiera. Matando niños y
mujeres, infectando las ciudades con peste y enfermedades, quemando
poblados y cosechas, violando y torturando. Un
terrible sistema de guerra que generó una casta de generales
anglofraceses mercenarios, impíos y sin honra; quienes durante
ciento veinte años pretendieron acabar por esos medios tan horribles
con su contrario y en favor de quienes les pagasen.
.
Por
su parte, Aragón y Castilla vivían entonces una época de próspera
expansión -con los acostumbrados enfrentamientos-; habiendo
logrado retirar a los árabes al extremo sur de Iberia (tras la
batalla de Salado). Teniendo como gran negocio Castilla, la venta
y distribución de lana merina por toda Europa; lo peor en esa
situación era tomar partido entre Francia o Inglaterra -que
vivían una contienda centenaria-. Por ello, la decisión del
padre de Pedro I (Alfonso XI) prometiendo a su hijo desde niño con
una princesa francesa y a otra inglesa, era más que un despropósito
heredado. Pues obligaba a Castilla a no ser neutral, viéndose
adscrita en uno de los bandos; lo que provocaría ataques a sus
barcos que transportaban por el Cantábrico las lanas castellanas
(carabelas que partían desde puertos como los de Asturias, Santander
o Vizcaya, rumbo a las Islas Británicas, Francia, Flandes o
Alemania).
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Fotografías de Urueña.
Arriba, subida al castillo y muralla desde el Sur. Al lado, vista a
lo lejos, desde la carretera hacia Toro-Tiedra. Abajo, una imagen
interior; su lago y castillo (hoy cementerio).
En esta villa residió durante largo tiempo Maria de Padilla, junto a
sus parientes y caballeros de mayor fidelidad al rey D.Pedro. Aquí
acudía y se escondía el monarca, junto a su amante y sus hordas más
cercanas. Así lo hizo el 5 de junio de 1353, tras casarse con Blanca
de Borbón y huir de su recién desposada; seguramente al ver que
Francia le había traicionado, mandando a la princesa sin dote. Todo
lo que indicaba que la boda con la francesa había sido de nuevo una
patraña urdida por sus hermanastros, para crearle problemas
(en este caso con Inglaterra, que se hallaba en guerra con Francia
desde hacía casi un siglo).
Para
peor destino y presagio de lo que sería el reinado y vida de D.
Pedro; durante el entierro de su padre, tomaron prisionera a la
amante de Alfonso: Leonor de Guzmán (que en pleno sepelio pasó
a vivir bajo vigilancia; primero en Sevilla y luego en Carmona). Un
año después, fue enviada a Talavera; ciudad de la “reina” madre
(María de Portugal) y donde la verdadera viuda ordena que la
ejecuten. Una terrible venganza realizada de un modo tan cruel como
inhumano, realizada frente a alguno de sus vástagos. Esta impía
ejecución de Leonor de Guzman provocó el odio fratricida y atroz de
sus diez hijos, hacia su hermanastro Pedro. Quienes desde
entonces se sublevan en continuas revueltas y alzamientos,
pretendiendo siempre dañar o destronar al verdadero rey de Castilla.
En esta situación, el preceptor del monarca -llamado Alfonso de
Alburquerque- le convence de que la mejor solución para mantener la
paz, era casarse con Blanca de Borbón. Una francesa que sus
hermanastros aceptarían como reina; logrando con ello calmar los
ánimos de los hijos de Leonor y de su padre, acallando así las
continuas sublevaciones (que se producían por todo el reino, bajo el
mando de aquellos numerosos bastardos).
.
La
boda se celebró en junio de 1353, en Valladolid; prometiendo Francia
una gran dote y acompañando Don Fadrique (el segundo vástago de
Leonor de Guzmán) a la novia desde la Frontera, hasta la capital
castellana. Tras ello, el resto de hermanastros que acudieron al
enlace permanecieron en Cigales, en actitud semibeligerante, pero
acatando a Pedro como monarca. Aunque a los dos días de la ceremonia
y viendo el rey que Blanca llegaba sin dote alguna, decidió
abandonarla e irse con su amante a Urueña. Población donde solía
residir María de Padilla y en la que se refugió el rey Pedro desde
aquel 5 de junio de 1353 (huyendo de su séquito); ordenando
que encerrasen a su esposa Blanca de Borbón en el Alcázar de
Sigüenza -y más tarde en el de Toledo; quizás en espera de que
pagasen la dote-.
.
Desde
aquellos hechos, todo fueron sublevaciones y problemas para el rey
Pedro; cuyas iras y malos consejos, le llevaron incluso a matar
algunos de sus hermanastros -a Fadrique, Juan y Pedro-. Aunque
también es verdad que perdonó varias veces la vida al mayor de
ellos -Enrique- tras haberle vencido en batallas sucesivas. De
tal manera, tras lo narrado, comprendemos cómo la repudia de
Blanca de Borbón hizo que Francia apoyase la causa de los hermanos
bastardos; a los que más tarde conoceremos como Trastamara (por
el título que usaba Enrique: conde de Trastamara). Por todo ello,
el monarca -todavía con apenas veinte años- decide
divorciarse de la francesa; preparando casarse con una nueva
pretendiente al trono, en este caso española y llamada Juana de
Castro -hija de un fuerte noble gallego-. Logra el beneplácito
de nulidad matrimonial gracias a varios obispos (como el de Ávila o
el de Salamanca), celebrando bodas con Juana en la primavera de
1354; solo diez meses después de haberlo hecho con Blanca. Aunque de
nuevo, al poco tiempo del enlace vuelve a abandonar a la esposa (con
la que nunca más tendrá contacto pese a haberla dejado embarazada);
pensándose que actuó así porque el Papa le recrimina y excomulga
debido a la falsa nulidad y al matrimonio ilícito contraído con
Juana.
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Fotografías de Urueña.
En este caso, Nuestra Señora de la Anunciada (ermita de estilo
románico lombardo) sita en las faldas de su subida a la muralla.
Abajo, los muros y la entrada sur de la Villa.
Estos
últimos hechos enfurecieron a la familia Castro -fuertes nobles
castellano gallegos-, que ante la afrenta del abandono de su hermana
se adhieren al bando de Enrique de Trastamara (sumándose a los
bastardos en múltiples sublevaciones y revueltas). En esta
situación y momento, apareció muerto el preceptor del rey, quien le
aconsejó casarse con Blanca de Borbón: Juan Alfonso de
Alburquerque. Que asimismo había sido Alférez Mayor de Alfonso
XI y ayo de su hijo, cuando lo abandona su progenitor para vivir con
Leonor de Guzmán. Aunque aquel consejero y amigo del rey Pedro
había caído en desgracia desde que concertó la boda y el pacto con
Francia. Por lo que el monarca le destituye en 1353,
prescindiendo por entonces de todo hombre con confianza a
Alburqueque; pasando a situar en esos puestos principales a los
parientes de María de Padilla. Tras lo que su preceptor actuó de
forma traicionera, asociándose con los hermanastros del rey, con el
fin de que formasen una liga contra la corona -entregándoles él
mismo, las tierras entre Alburquerque y Ciudad Rodrigo; llegando los
bastardos pronto a dominar hasta Medina del Campo-. Tal fue la
inquina que tomó el rey contra su valido por aquella traición,
que cuando Juan Alfonso aparece muerto en Medina del Campo
-pocos meses después-, todos pensaron había sido envenenado por
orden real. Siendo convertido en mártir para la causa de los
hermanos del rey, que desde ese momento no cesaron en su intento por
derrocar al monarca.
.
Fue
entonces, cuando los contrarios a D.Pedro logran asediar la ciudad de
Toro; plaza hasta entonces de su madre y que pasa al bando contrario.
Pese a ello, Pedro llega hasta aquella ciudad ocupada, entrando en
ella (con solo veinte años); debido a que no temía los
encierros, ya que poco antes había sido sitiado en Tordesillas,
habiendo logrado batir el cerco perfectamente. En esta situación; el
monarca y sus principales caballeros permanecieron junto a la villa
de Toro, mientras los partidarios de los bastardos acamparon en San
Román de Hornija; donde le daban cerco. Tras ello, se consideró
preso el rey en aquella plaza de Toro; pero finalmente huye a Urueña,
donde permanecía su amada María de Padilla junto a los caballeros
más fieles. Pero la reina madre (María de Portugal) obliga al hijo
a volver a Toro, para conversar con sus adversarios. Momento que sus
rivales (ayudados por varios caballeros e incluso con la presencia de
los infantes de Aragón) le vuelven a dar cerco y le plantean unos
acuerdos. Unas “vistas” que se llevarían a cabo en varias
reuniones realizadas en Tejadillo -a medio camino entre Toro y
Morales, y a tres kilómetros de esas poblaciones-. Allí pactaron
que Pedro volvería con Blanca de Borbón, que repudiaría para
siempre a María de Padilla y que apoyarían todos a la causa
francesa. Cuanto firmó como pacto el rey (ya preso); aunque durante
una cacería celebrada en los campos de San Román en el mes de
diciembre, logró huir a Segovia y desde allí a Burgos (con el
fin de seguir reinando y quebrar aquellos acuerdos firmados bajo un
cerco).
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Fotografías y lugares
de los hechos que relatamos. Arriba, mapa donde recogemos las
poblaciones que están relacionadas con estos episodios de la vida
del rey D.Pedro. Hemos
marcado con un círculo y número cada una de estas; señalando
especialmente Tejadillo con el
3. Habiéndolo localizado desde la situación que menciona Pedro
López de Ayala (18)
y la referencia que nos da el “diccionario geográfico” de Isabel
II (19) .
Pudiendo determinar
finalmente que Tejadillo
-“sito a legua y media de Toro y a la misma distancia de Morales”-,
es un lugar al Sur de ambas poblaciones, cercano al Duero y también
a medio camino entre Toro y San Román (donde asentaron su campamento
los sublevados). Al lado,
fotografía del rio Duero a su paso por San Román de Hornija, vista
tomada desde Castronuño. Como
exponen las Crónicas de López de Ayala; los partidarios de Enrique
se establecieron en la famosa villa visigoda de San Román, mientras
asediaban al rey en Toro y paseaban el ataúd de Alburquerque por las
murallas exteriores de la urbe, gritando que el monarca había
envenenado a su preceptor. Finalmente, Pedro ya cansado del asedio y
de mentiras, decide huir a Urueña, aunque la madre le insta a
entablar un acuerdo con sus hermanos y los infantes de Aragón -que
le esperaban en San Román-. Aquellas
vistas falsas se celebraron en 1354 en ese lugar llamado Tejadillo, una población abandonada
desde 1490, pero que hemos localizado en un montículo entre Toro,
Morales y San Román de Hornija. Abajo,
imagen del lugar que yo identifico con Tejadillo.
Tras
los pactos rotos de Tejadillo y la huida del rey Pedro (en 1354), ya
no hubo más posibilidad de acuerdo entre ambas facciones. Se
sucedieron las batallas y las guerras entre hermanastros; y los
bastardos finalmente se alían con Francia, que les presta enorme
ayuda al saber que el rey había logrado el apoyo del Príncipe
Negro. Así llegará ese famoso guerrero británico hasta
nuestras tierras, acompañando a Pedro I, entrando por Bayona y
situándose en Navarra -tras haberle prometido el monarca español
entregarle Vizcaya si lograba la victoria frente a los bastardos-.
Conociendo los franceses la ayuda enviada desde las Islas
Británicas al rey de Castilla, deciden poner al mando de Enrique a
su más fiero y terrible general: Bertrand Duguesclin (famoso
como mercenario cruel, paro también por sus alianzas y su astucia).
Un guerrero tan bueno en sus intrigas como malo en el terreno
militar; que había caído preso de los ingleses varias veces, aunque
se libraría siempre de enemigo gracias a cuanto pagaban por él.
Pues el general era de gran utilidad para su país, ya que seguía
una durísima estrategia denominada “arrasar las tierras”;
por lo que su impericia en el manejo de armas, era suplida con sus
maldades. Logrando cualquier fin dañando sin miramientos a la
población civil, aplicando todo despropósito o por medio de la
traición. Tanto, que sabemos cómo Bertrand Duguesclin siquiera
manejaba la espada, siendo el hacha su único arma en el campo de
batalla; al igual que utilizaba cualquier método sucio, para batir y
combatir al enemigo.
.
Frente
a Duguesclin y sus “compañías blancas” -unidas a las fuerzas de
los bastardos-, se situaron en Nájera (en 1367) los ejércitos del
rey D.Pedro y del Príncipe Negro. Fue tal el miedo que el
francés siente al observar la superioridad del bando contrario, que
aconseja a Enrique se rinda sin ni siquiera batallar. Los del
hermanastro no le hicieron caso y presentaron la cara; siendo pronto
vencidos, aunque pudiendo huir. Mientras, Bertrand Duguesclin quedaba
en la retaguardia, entregándose como prisionero al final de la
contienda. De nuevo tuvieron que pagar rescate los franceses por
aquel general, que incluso llegó a considerar demasiado bajo para su
rango, el precio que D.Pedro y el Príncipe Negro ponían a su
libertad... . Tras regresar a Francia le llegó la suerte al
conocer que el inglés abandonaba nuestras tierras, porque el rey
castellano no le entregaba Vizcaya ni pagaba sus deudas bélicas. Por
cuanto fue a presentarse de nuevo para servir a Enrique, ya en 1369 y
en Toledo. Así lo hizo de nuevo, al mando de sus “compañías
blancas”; sus mesnadas particulares, temidas por traicioneras y
salvajes. Fue entonces cuando los del bastardo deciden dar un
golpe a D.Pedro; quien estando en Carmona se ve obligado a huir sobre
La Mancha, donde le vencen fácilmente en Montiel (mientras el
monarca huía hacia el Norte, con el fin de reclutar de nuevo la
ayuda del Príncipe Negro).
.
Es
en este desafortunado momento, cuando debe refugiarse el rey en el
castillo de la Estrella (en el alto de Montiel); pero Pedro,
conociendo que Duguesclin era un traidor, envía a uno de sus
caballeros a entablar contactos con el francés. Viéndose
sitiado y sin buena salida, pensó que podía comprar el favor del
galo, para que le facilitase una huida. Es así como Duguesclin se
ofrece para ayudarle, prometiendo sacarle de Montiel sin daño y
pidiendo a cambio una enorme cantidad de dinero. Confiado, el rey
D.Pedro se dirige solo y sin escolta, en la noche (del 23 de
marzo de 1369) hacia donde aquel francés le había indicado;
aunque pronto se da cuenta de que el canalla le había llevado hasta
el campamento enemigo. Haciéndole llegar hasta la tienda de su
hermano bastardo, con el que -al parecer- entabla una pelea en la que
interviene Duguesclin; sujetando al monarca para que Enrique lo
apuñale si problemas. Quien de ese modo tan indigno toma el
trono de Castilla; llegando la nueva dinastía (de origen bastardo) y
que conoceremos como los Trastamara o los Enríquez.
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Fotografías de Toro y
Mota del Marqués. Arriba,
Mota vista desde un lugar cercano a Morales de Toro. Al lado, la
colegiata de Toro, coetánea a los hechos que relatamos, sucedidos en
1354. Abajo, el Duero y el puente romano de Toro; a cuyo lado Este se
sitúa San Román de Hornija y el lugar de Tejadillo.
.
2º-
C ) El Pedrero:
.
Sabemos
que el rey D.Pedro fue muy querido en la zona de Mota, Tiedra,
Urueña, Morales y Toro; donde habitaban sus caballeros más fieles y
donde se refugiaba cuando se veía asediado por sus hermanastros.
Debido a todo ello, dicen que tras producirse su vil asesinato,
los de Mota cambiaron la mascarada, sacando al “Pedrero” en vez
del “Perrero”. Recordando con ello al que dio muerte a D.Pedro,
en la figura de un demonio vestido como un Bafomet. Pues decían
que Bertrand Duguesclin era el quinto Gran Maestre del Temple, tras
su disolución (llevada a cabo en 1314); comentando que aquellas
“compañías blancas” que formaba como ejército el general galo,
eran una copia y recuerdo de los caballeros templarios. Por todo
ello, al conceder el rey de Francia el título de condestable a
Duguesclin (tras la victoria de Montiel y el asesinato de Pedro I),
se dijo que su grado equivalía al de maestre de la Orden del
Temple. Debiendo considerarle un nuevo Bafomet; el diablo al que se
creyó adoraban aquellos caballeros extintos. Por todo ello, dicen
que en Mota del Marqués; desde el asesinato de Pedro I, salía en
Carnaval “El Pedrero”; que representaba la figura del traidor
Duguesclin convertido en un demonio, como el famoso Bafomet del
temple. Siendo llamado “pedrero” en recuerdo del rey Don
Pedro, al que traicionó y logró dar muerte de la forma más vil
imaginada.
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Arriba, posible figura
de Bafomet en la entrada de la iglesia de Amuscos (Palencia).
Al lado, escultura tenida como
un Bafomet en Tomar (centro
templario de Portugal). Abajo,
posible Bafomet en la iglesia templaria de Santoyo (Palencia).
JUNTO;
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS:
Arriba, mención a
El Perrero en el libreto de LAS FIESTAS DE VALDEMOTA
(1898, recientemente representada y reestrenada por miembros de AREPA
Mota XII; a los que agradecemos nos hayan hecho llegar el documento).
Al lado, vista desde el
alto de Mota, donde llegamos a divisar tierras de Toro, y de Morales;
la foto está tomada desde un arco de la caída ermita del Salvador
-que aún soporta los avatares climatológicos-. Abajo,
detalle del Monasterio de las Clarisas en Tordesillas. En esta ciudad
fue sitiado D.Pedro y en el palacio que allí tenía, construyó
varias estancias (creando
unos baños árabes). Posteriormente
el edificio fue convertido en convento, donde ingresó una de las
hijas de María de Padilla y D.Pedro: Beatriz, que fue abadesa de Las
Claras. Sus hermanas, Isabel y Constanza, se casaron con los hijos
del rey de Inglaterra Eduardo III (el
duque de York y el duque de Lancaster). Pensándose que quizás de
ese modo llegaría el trono de Castilla hasta Inglaterra; aunque
finalmente los Trastamara pudieron resolver su falta de legitimidad,
casando a sus descendientes con los de Pedro I.
BAJO
ESTAS LINEAS:
Terminamos esta
leyenda con algunas fotografías más de Urueña, Tordesillas y Toro;
poblaciones donde tuvo una gran relevancia la presencia de Pedro I y
María de Padilla. Sugiriendo que creemos sería un recuerdo merecido
que elevasen una estatua o un monolito en memoria de estos dos
grandes personajes.
-----------------------------------------------------
CITAS:
-----------------------------------------------------
(1):
PARA
QUIENES DESEEN VER EN VIDEO LA SALIDA DE EL PERRERO DE MOTA,
RECOMENDAMOS
VELO EN:
LA FOTO QUE VEMOS ESTÁ
RECOGIDA DESDE LA QUE CONTIENE El Norte de Castilla
EN, TRADICIONAL SALIDA
DEL PERRERO DE MOTA DEL MARQUÉS
VER:
.
(2):
MASCARADAS
DE CASTILLA Y LEÓN
Dirección
General de Patrimonio Cultural
Consejería
de Cultura y Turismo
Junta
de Castilla y León
noviembre
de 2012
.
(3):
INTRODUCCIÓN
.
(4):
CARACTERÍSTICAS
.
(5):
ORIGEN
.
(6):
TIPOS
DE MASCARADAS
.
(7):
VER
MI ARTÍCULO:
Dioses de la Fertilidad; Min o Minu egipcio. (de Lo invisible en la
mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte
XXX).
.
(8):
Los
papiros mágicos griegos: entre lo sublime y lo cotidiano
Madrid
2015 (VV AA)
PAG
94 y ss.
WHIPPING
IN MYTH, RITUAL AND MAGIC PRACTICE: A CASE OF CONVERGENCE
MARIANNA
SCAPINI
(8a):
Within
Greek and Roman imagery –conveyed
by both poetry and icono-graphy– everyday instruments such as
whips, goads and stings (μάστιγες,
κέντρα, οἶστροι, stimuli, verbera, flagella, virgae)
are depicted as very com-mon divine weapons basically aimed at
conveying two meanings. Firstly, whipping is a frequent
representation of divine punishment. Secondly, it often depicts a
divine intervention aimed at compelling something or someone
to react in a certain matter. Both functions are clearly modelled
upon the main functions of whipping in the everyday life of
these rural societies: to drive animals, to compel or punish
slaves and to punish criminals.
(8b):
As
we learn from Greek texts, when the punitive or stimulating whipping
is addressed to a person, its first effect is often a form of divine.
On the very basis of such a supernatural possession the whipped
person will suffer, in the case of a punitive whipping, or will react
or be compelled according to the god’s will, in the case of a
stimulating whipping.
(8c):
From
these examples we see how both Dionysiac and erotic possessions
frequently imply escaping from society or breaking the rules of civil
life. Both in the case of the maenads in Bacchae and of Phaedra, we
deal with women who leave their traditional role and dutie (…) In
Roman literature, an example of erotic stimulation described with the
metaphor of the whip, in this case defined as flagellum, is provided
by Horace, who speaks of the sublime flagellum of Venus
(8d):
We
have texts alluding to whipping practices in Greek and Roman rituals
of different epochs. Two examples are recorded by Pausanias (8,23),
who speaks of whipped women in the Dionysos’s temple in Alea and
Spartan boys whipped in honour of Artemis Orthia (...)
As
regards the Roman world, ancient authors speak of the ritual of the
Lupercalia, where noble youths ran up and down naked through the
city, striking those they met with shaggy thongs and the hands of
women in particular, in order to propitiate their fertility Plutarch,
(Caes. 61) writes that: Many of the noble youths and of the
magistrates run about the city naked, striking
(...)
for fun those they meet with shaggy thongs (...).
And many noble women come to them on purpose, and like with a teacher
offer their hands to be struck (...)
,
believing that it would propitiate fertility and pregnancy.
(8e):
“As
regards the divine punitive whipping which produces madness, in Greek
and Roman literature this action is usually ascribed to infernal
Furies, both in texts and iconography Furies, both in texts and
iconography. Indeed, as De Cazanove points out, the Furies, who
embody precisely human madness, are the ‘déesses aguillonnantes’
par excellence. It must be observed that the boundary between
stimulating and punitive whipping is often subtle, since in ancient
myths a divine uncontrolled possession is frequently a punishment in
itself”.
En lo que respecta al
azotes punitivos divinos que producen locura, en la literatura griega
y romana esta acción generalmente se atribuye a las Furias
infernales, tanto en textos como en iconografía. De hecho, como
señala De Cazanove, Las Furias, que encarnan precisamente la locura
humana, son los deseos de agujones por excelencia. Hemos de observar
que la unión entre estimulación y castigo en el azote esta ujnida
comúnmente; desde los antiguos mitos en que hay una divina e
incontrolable posesión que frecuentemente de autocastigo.
.
“The
old synthesis proposed by the anthropologist Arnold van Gennep in
1909 is still valid. The scholar underlines that ritual whipping and
beating may be either an instrument aimed at stimulation -which
was frequently sexual-
or an expiatory practice intended to expel an evil spirit or an
impurity. More generally, as a number of studies have underlined,
many societies of different epochs have ascribed to the whipping of
both living beings and in-animate objects an effect of renovation,
good health, happiness and fertility. No doubt we have to interpret
in this sense the tradition of Pheneus, where the priest of Demeter
hits the ground with a rod. In case of whipping aimed at propitiating
rebirth and good health, the expiatory meaning is not necessarily
excluded, since the good effects can be achieved only after a
purification from evil influences. In other words, the stimulating
and expiatory function of whipping are to some extent complementary.
When whipping regards human beings, such a positive effect of
renovation manifests itself as an improved fertility (as in the
Lupercalia) or as an ecstatic status, as is the case with many
practices, including several rituals of initiation of different epoch
and socie-ties, from New Guinea to Africa, as underlined by Van
Gennep”.
La
vieja síntesis propuesta por el antropólogo Arnold van Gennep en
1909 sigue siendo válida. El erudito subraya que los latigazos y los
latidos rituales pueden ser un instrumento dirigido a la estimulación
-que con frecuencia era sexual- o una práctica expiatoria destinada
a expulsar un espíritu maligno o una impureza. En términos más
generales, como han subrayado varios estudios, muchas sociedades de
diferentes épocas se han adscrito al azotar a los seres vivos y a
los objetos animados en un efecto de renovación, buena salud,
felicidad y fertilidad. Sin duda tenemos que interpretar en este
sentido la tradición de Fenéus, donde el sacerdote de Deméter
golpea el suelo con una vara. En el caso de los azotes destinados a
propiciar el renacimiento y la buena salud, el significado expiatorio
no se excluye necesariamente, ya que los buenos efectos se pueden
lograr solo después de una purificación de las influencias
malignas. En otras palabras, la función estimulante y expiatoria de
los latigazos es en cierta medida complementaria. Cuando azota a los
seres humanos, un efecto tan positivo de la renovación se manifiesta
como una fertilidad mejorada (como en la Lupercalia) o como un estado
de éxtasis, como es el caso de muchas prácticas, incluyendo varios
rituales de iniciación de diferentes épocas y sociedades. , de
Nueva Guinea a África, como lo destaca Van Gennep.
.
“As
Van Gennep underlines, the mechanism of ritual stimulating whipping
is often based upon the transfer into the body of the energy of the
plant or animal whose parts are used as a whip. The scholar calls
this particular type of stimulating whipping a ‘rite of
incorporation’. It is the case, for example, of the fecundative
whipping of the Lupercalia, where whipped women are given the
vitality of the billy or nanny goats whose skin is used to fabricate
the whip. The same mechanism occurs in the etiological myth of Faunus
whip-ping Bona Dea proposed by the ancients in order to explain
precisely the rite of the Lupercalia. Indeed, as we have seen, the
god uses a scourge of aphro-disiac myrtle to seduce his daughter. An
expiatory function, however, might also be ascribed to the ritual, as
suggested by Piccaluga, who connects the lashes addressed to Bona Dea
to the fabrication of the passum , a syrupy ‘raisin wine’ .”
Como
subraya Van Gennep, el mecanismo de estimulación ritual de los
latigazos a menudo se basa en la transferencia al cuerpo de la
energía de la planta o animal cuyas partes se utilizan como látigo.
El erudito llama a este tipo particular de azotes estimulantes un
"rito de incorporación". Es el caso, por ejemplo, de los
latigazos fecundativos de la Lupercalia, donde a las mujeres azotadas
se les da la vitalidad de las cabras monteses o niñeras cuya piel se
usa para fabricar el látigo. El mismo mecanismo ocurre en el mito
etiológico de Faunus whip-ping Bona Dea propuesto por los antiguos
para explicar con precisión el rito de la Lupercalia. De hecho, como
hemos visto, el dios usa un azote de mirto afrodisíaco para seducir
a su hija. Una función expiatoria, sin embargo, también podría ser
atribuida al ritual, como lo sugiere Piccaluga, quien conecta las
pestañas dirigidas a Bona Dea con la fabricación del passum, un
vino espumoso de pasas.
.
(9):
NOS
REFERIMOS PRINCIPALMENTE AL ARTÍCULO DEDICADO A LOS DIOSES DE LA
FECUNDIDAD; A LOS INTERESADOS LES FACILITAMOS LINK
Dioses
de la Fecundidad y su posible significado calendárico -de Egipto a
Japón-.
.
(10):
LOS
MISTERIOS Religiones "orientales" en el Imperio Romano;
Jaime Alvar (Crítica; Bacelona 2001)
.
(11):
Idem
cita anterior;
Jaime Alvar (página 71) citando a Fírmico Materno, en SOBRE EL
ERROR DE LAS RELIGIONES PROFANAS (III, 2)
.
(12):
LA
INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA, EN EL COLLAR DE EL
CARAMBOLO; PARTE SEGUNDA: Cultos y ritos heredados desde Frigia.
.
(13):
PARA
CONOCER MÁS SOBRE EL TEMA, RECOMENDAMOS CONSULTAR EL LIBRO:
LA
RELIGIÓN GRIEGA, FERNAND ROBERT, Mexico 1991, pags 27 y ss-.
.
(14):
IDEM
CITA
(2)
MASCARADAS
DE CASTILLA Y LEÓN // Dirección
General de Patrimonio Cultural
Consejería
de Cultura y Turismo // Junta de Castilla y León // noviembre de
2012
.
(15):
Friedich
Georg Jünger // Los Mitos Griegos // BARCELONA 2006 (pag 70)
“El
dios, que cambia y se transforma, no adopta sólo apariencias
zoomorfas, sino que también se muestra caminando entre la multitud
festiva, cubierto por un ropaje bajo el que cabe sospechar su
presencia aunque su ser esté allí envuelto de un modo
irreconocible. Llega disfrazado, como un dios con máscara, como el
enmascarado Dioniso. Por todas partes se encuentran sus máscaras,
que a menudo son de tamaño colosal y constituyen una especie de
envoltura de su ser, en la que se introduce y de la que sale (...)
El dios con máscara da a conocer, como la máscara misma, una
duplicidad. La máscara oculta y revela. Es encubrimiento, una forma
rígida e inerte que sólo deja pasar la luz y el aire a través de
la rendija de los ojos, de la cavidad de la boca. La máscara retiene
el instante de la vida petrificada, el instante de la vida que se ha
detenido, inamovible, y que, detenida con violencia, se desfigura de
un modo fantástico y demoníaco. En sus rasgos puede haber miedo,
asombro, sorpresa, pero siempre una extrañeza de la que emana un
estremecimiento capaz de conmover al hombre en lo más profundo. La
máscara es un rostro y ha sido formada para el rostro, pero no es
una imagen, no es una copia que pretende la semejanza individual,
pues el hombre con máscara no se reproduce a sí mismo ni a otra
persona sino al dios. (...) La máscara y el falo que se pasea en
las procesiones celebradas en honor a Dioniso guardan una relación:
la máscara evidencia la vitalidad fálica. Estas procesiones marcan
el inicio de la naturaleza bufonesca que se ha propagado por todas
partes y que no niega su origen dionisiaco. Bajo la máscara de su
bufonada el bufón es hombre dionisiaco, es el señor del mundo
invertido, al igual que Dioniso. Desde las Dionisiadas, pasando por
las Saturnalias romanas y el Festum Stultorum o el Festum Fatuorum,
la verdadera fiesta de los bufones de la Edad Media, llega hasta el
presente la esencia bufonesca”.
.
(16):
Menciona
Robert Graves, en LOS MITOS GRIEGOS II (30) como fuentes del mito a:
Diodoro
Sículo: v.75.4; Nono; Dionisíacas vi.269 y xxvii.228; Harpócrates
sub apomatton;
Tzetzes: Sobre Licofrón 355; Eustacio sobre la Ilíada de Homero
ii.735; Firmicus Maternus: Respecto a los errores de las religiones
profanas vi; Eurípides: Los cretenses, Fragmento, 475. Fragmentos
Órficos (Kern, 34).
.
(17):
De
la relación que mantuvo con el rey Alfonso XI nacieron diez hijos:
Pedro
Alfonso (1330–1338), señor de Aguilar de Campoo, muerto en la
infancia.
Sancho
Alfonso (1331–1343), llamado «el Mudo», fue señor de
Ledesma, Béjar, Galisteo, Montemayor del Río y Granadilla.
Enrique
II de Castilla (1333–1379),
señor de Trastámara, fundador de la Casa de Trastámara, de quien
vienen las casas reales de Castilla y de Aragón.
Fadrique
Alfonso (1333–1358), gemelo
del anterior, maestre de la Orden de Santiago y señor de Haro, de
quien descienden los Almirantes de Castilla-Duques de Medina de
Rioseco (Casa de Enríquez). Fue el primero de los hermanos asesinado
por orden del rey Pedro. Fue maestre de la Orden de Santiago, señor
de Haro, adelantado mayor de la frontera de Andalucía y camarero
mayor del rey, y fue asesinado en la ciudad de Sevilla en 1358 por
orden de su hermanastro, el rey Pedro I de Castilla.
De
Fadrique desciende el linaje de los Enríquez.
Fernando
Alfonso (1334–1350), señor
de Ledesma, Haro, Béjar y otras villas
Tello
Alfonso (1337–1370), primer
señor de Aguilar de Campoo y Lara, señor de Vizcaya y de quien
descienden los marqueses de Aguilar de Campoo;
Juan
Alfonso (1341–1359), señor
de Badajoz y de Jerez de la Frontera a quien su hermano Pedro mandó
matar;
Juana
Alfonso (1342–¿?), señora
de Trastámara, casada en primeras nupcias con Fernán Ruiz de Castro
y en segundas con Felipe de Castro;
Sancho
Alfonso (1343–19 de febrero
de 1374), conde de Alburquerque, señor de Ledesma, de Alba de Liste,
Medellín, Tiedra y Montalbán. Sucedió a su hermano Tello como
alférez mayor en 1371;
Pedro
Alfonso (1345–1359), lo mandó
matar su hermano Pedro.
.
(18):
Nos
dice la crónica de los reyes de Castilla
ACUERDOS
DE TEJADILLO Y REY PEDRO EN CRÓNICAS
Cronicas De Los Reyes De
Castilla
Escrito por Pedro Lopez
De Ayala
CAPITULO
XXXII.
COMO
EL REY SE VIO CON LOS INFANTES de Aragon , é el Conde Don Enrique ,
e el Maestre Don Fadrique , / Don Tello , é Don Ferrando de Castro ,
é Don
Juan
de la Cerda , / los otros Caballeros , segund
era
tratado,
El
trato de las vistas fué fecho segund dicho avernos: é vieronse el
Rey é estos Señores entre Toro é Morales
en
un lugar que dicen Tejadillo , ca aíli fueron las vistas acordadas,
é es á media legua de Toro, é á otra media de Morales. E vinieron
de caballo , armados todos (...) E fueron estos de cada parte : de la
parte del Rey eran estos cincuenta (...) Alvar González Moran
.
CAPITULO
XXXIIL
COMO
LOS INFANTES DE ARAGON Don Ferrando i Don Juian , / el Conde Don
Enrique , é los otros Señores pasaron delante de la tilla de Toro ,
donde el
Rey
estaba : / como el Rey partió de Toro , e la Reyna Dona María su
madre envió por los Señores
,
é los
acogió
en Toro.
.
Estando
el Rey Don Pedro en Toro , é los Señores, de quien avernos contado
, en Morales, é en Sant Román, e en otros lugares do posaban (...)
partió el Rey de la villa de Toro , é con él fasta ciento de
caballo , castellanos é ginetes, é fuese para Urueña , una villa é
castillo muy fuerte do estaba Doña María de Padilla; ca allí la
avía dexado el Rey, é con ella algunos sus parientes , porque la
villa es muy fuerte (...) vieron cartas de la Reyna Doña María
madre del Rey , que estaba en Toro, faciéndoles saber , que luego
que ellos pasáran por Toro , partiera el Rey de Toro , é se fuera
para Urueña , do estaba Doña María de Padilla : é que fuesen
ciertos que el Rey non curaba de estar á ninguna ordenanza de lo que
entre él é ellos era acordado en las vistas de Tejadillo , de lo
qual á ella pesaba mucho.
.
CAPITULO
XXXIV.
COMO
EL REY ACORDÓ DE SE PONER EN
poder
di la Reyna su madre , é de los dichos Señores :/ lo que y
acaesció.
CAPITULO
XXXV.
COMO
EL REY DON' FEDRO VINO A TORO, dó las Reynas é los Señores estaban
, é lo que y acaesció.
.
(19):
DICCIONARIO
GEOGRÁFICO UNIVERSAL DEDICADO A NUESTRA SEÑORA LA REINA
TOMO IX
BARCELONA 1833
“TEJADILLO:
desp R de Esp provincia obísp y á 5 1/2 s leguas de Zamora part y á
1/ 2 al E. N.E. de Toro y a 36 de Madrid. Este despoblado fué aldea
muy conocida en otro tiempo y célebre en el año de 1 354 quinto del
reinado de D Pedro I el Justiciero en que fué el teatro de las
visitas famosas de 50 por 50 entre los caballeros del reino y del rey
para que hiciese vida marital con la reina, su legítima muger, la
infeliz Doña Blanca de Borbón y se mantuvo poblado hasta el año
1490. Situado entre Toro y Morales á igual distancia de ambos cerca
de una laguna que aun subsiste”
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