viernes, 11 de octubre de 2019

MOTA DEL MARQUÉS: MIRADOR DE CASTILLA.

Los capítulos contienen un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido en rojo). Si desea leer el artículo entre líneas, bastará con seguir la negrilla y las letras rojas destacadas.
ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general de leyendas: http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com/2023/01/indice-de-leyendas-de-la-mota-del.html
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, imagen de Mota del Marqués tomada por el famoso fotógrafo Jose Ortiz-Echagüe, hacia 1960 (agradecemos al archivo Ortiz-Echagüe, a sus herederos y a la Universidad de Navarra, nos permitan divulgarla). En ella podemos ver la iglesia de El Salvador -bajo el castillo- aún en buenas condiciones. Porque durante los años sesenta, se descuidó la techumbre de esta iglesia, hasta el punto de dejar caer varias de sus vigas, provocando el hundimiento del tejado. En esta situación, las obras de arte que se conservaban en el interior, se trasladaron a otras iglesias del pueblo; aunque la mayoría fueron expoliadas o vendidas (creyéndose que su rejería del siglo XVIII, actualmente se encuentra en el extranjero).
Abajo: Desde hace varios años, el fotógrafo japonés K. Asai recorre la Península Ibérica, tomando imágenes en algunos de sus lugares más singulares. Ha publicado con ellas varios libros, de una serie intitulada “El viento que recorre España” (1) . En su capítulo II, contiene entre sus principales imágenes, una muy parecida a la que reproducimos bajo estas lineas (tomada por mí hace unos meses, desde el mismo punto y a similar hora que lo hizo el artista nippón). Se trata la subida al castillo de Mota del Marqués durante el atardecer, con la iglesia de El Salvador en primer término. Templo que se actualmente encuentra en plena ruina, pero que conserva aún su espadaña, como un verdadero milagro (pues se sustenta más por efecto de la gravedad que por el de sus cimientos). Si comparamos el estado de este edificio en la fotografía de Ortiz-Echagüe -arriba- y en la que hicimos meses atrás, nos asombrará el modo en que se ha dejado al abandono -tanto como para haber entrado en la Lista Roja de Patrimonio (2) -. Más aún tratándose de un monumento cuya importancia no solo reside en su belleza arquitectónica, al haber sido levantado en el Renacimiento y reconstruido durante el Barroco. Sino -que además- corona toda la ladera de aquella “mota”, componiendo un paisaje maravilloso.
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I - DEL EQUILIBRIO ARQUITECTÓNICO AL EQUILIBRISMO DE LA ARQUITECTURA:
Al iniciar nuestro artículo citábamos a dos famoso fotógrafos que tomaron imágenes en Mota del Marqués (Ortiz-Echagüe y Asai); aunque sabemos que han sido centenares los artistas que pararon en esa ladera, con el fin de inspirarse en su luz y su faz -tan bonita como decadente-. Este aspecto legendario y derruido del cerro motano, lo definíamos en uno de nuestros artículos del siguiente modo: “gran colina, en cuya cumbre veremos lo que queda de su castillo y de la ermita que lo acompañaba. Destacando sobre ese “alto” una torre del homenaje circular, con casi ochocientos años de antigüedad; que se sostiene a duras penas, bajo el milagro de sus contrafuertes... . Así es como se aparece Mota del Marqués; naciendo ante todo viajero convertida en una mágica ruina sobre un montículo y cuyas paredes nadie sabe el modo en que se mantienen en pie. Donde tras distinguir lo que queda de la gran fortaleza que antaño cerró con murallas el pueblo; veremos una ermita. Una pequeña iglesia dedicada a El Salvador, situada bajo los restos del castillo y cuya espadaña parece de cartón; pues también se mantiene erguida gracias a otro milagro pétreo”.
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En el mismo capítulo, intitulado MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE LEYENDA (3) ; definíamos la imagen de este lugar del siguiente modo: sus piedras en equilibrio y las construcciones en plena decadencia, dan a este pueblo una primera imagen cargada de misterio, y hasta tristeza. Configurando una linea en la que se confunden ruinas, con terrones y montañas; pareciendo que estas colinas llamadas Torozas, desearan engullir los últimos restos arquitectónicos, que tanto destacan sobre esa mota. Pero una vez vista y conocida aquella amalgama que une piedra con paisaje; aún pudiendo sorprender su pobre estado, el viajero queda admirado con el romanticismo que todo ese grupo arquitectónico expresa. Ya que el enigma de las ruinas se produce, cuando quien las observa, intenta completar con su imaginación lo que fue el edificio caído; momento en que comienza lo que podemos denominar `arquitectura legendaria´. Un hecho por el que se inicia el `sueño del espacio´, por el cual el espectador va cubriendo y llenando con su mente, aquellos vanos que el tiempo ha derruido; pretendiendo completar gran parte de la construcción, antes de deteriorarse. Así nace la leyenda arquitectónica, cuya belleza pertenece a nuestra idea y no a la realidad”.
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Con las frases anteriores, describí lo que sentíamos al observar aquella “mota” cargada de ruinas -todas en peligro de desaparecer-. A lo que hemos de añadir como uno de los misterios que envuelve esta visión, radica en el esfuerzo que realizan sus piedras para lograr mantenerse en pie, día tras día. Un ejercicio basado en la fuerza y la contra-fuerza, unido a la causalidad o la casualidad; determinando la esencia misma de la beldad en la arquitectura, cuyo enigma primigenio radica en el equilibro... . Aunque cuando hablamos de construcciones como estas motanas, deberíamos utilizar el término “equilibrismo”; pues es de un modo -cuasi circense y absolutamente espectacular- como logran mantenerse los muros que todavía aguantan en esa ladera. Pudiendo comprobarse allí (in situ) los conocimientos constructivos, ochocientos años atrás. Porque quienes levantaron esos muros, la torre circular y una bóveda interior; lograron que aguanten sin caer, después de ocho siglos, y pese a no tener casi paredes... . Del mismo modo, en este lugar se prueba que un campanario de iglesia, puede sostenerse gracias a la fuerza de sus cimientos. Sin apoyo alguno y pareciendo que su lienzo es capaz de vadear el viento, como si se tratase de una cortina colgada del cielo. Y aunque nada ni nadie ha logrado derribar totalmente el castillo, siquiera tirar la ermita de esa mota -edificios que lograron soportar la ferocidad de las tropas de Napoleón; e incluso la incultura ibérica (capaz de derrumbar las Pirámides)-. No cabe la menor duda de que esa ruinas tienen sus días contados, si no se consolidan con prontitud y no se cuidan de un modo adecuado. Ya que sus muros se encuentran en estado límite; lo que bastará comprobar acercándonos a ellos, viendo como provoca miedo situarnos junto a sus paredes o junto su bóveda (temiendo que caigan sobre nosotros).
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas se observa el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que ya se encuentran.
















JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas comprobamos el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que se encuentran.













JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes más de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas se observa nuevamente el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que se encuentran.

















JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de la espadaña de la iglesia de El Salvador, en ellas se ve el modo en que milagrosamente se sostiene su campanario torre.













JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos fotos más de la subida al castillo de Mota. Al lado, la espadaña de la iglesia de El Salvador, vista desde su interior. Observemos de nuevo el lateral de sus muros, que de modo tan frágil se mantiene en pie. Realmente esta iglesia se debería llamar ya la “de los milagros”, al igual que fue apodado el acueducto de Mérida, cuando todos pensaron durante años que se derrumbaría, aunque sus arcos no terminaron de caerse totalmente. Abajo, la bóveda interior del castillo teutón. Observemos la complejidad arquitectónica de esta construcción que ya tiene más de ocho siglos. Una magnífica estructura que ha logrado que aún se mantenga en pié; casi sin paredes.





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes más de la espadaña de la misma iglesia. Al lado, vista de la torre desde su frente, con una persona en lo que queda de la puerta (el arco), para que apreciemos sus proporciones. Abajo, la misma iglesia, desde el lado Este. En la zona inferior derecha de la imagen, la gran iglesia de San Martín, en el centro del pueblo. A nuestra izquierda y en primer plano, la de El Salvador (sobre la colina). La foto no está torcida (como parece) es la torre la que se encuentra vencida, amenazando de caerse... .






JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes del interior de la torre de los teutones, en Mota del Marqués. Torreón que se había mantenido más o menos en buen estado, hasta que en 1810 lo bombardearon las tropas de Napoleón (durante su retirada desde Arapiles, al ser derrotados). Tras ello y después de sufrir algunos ataques de la rapiña decimonónica, que robó los dinteles de puertas, ventanas y lo que quedaba de sus sillares labrados. Los restos del castillo fueron fotografiados por Germán Gamazo -hacia 1880-; seguramente al pensar que muy pronto desaparecería, pues en esa época sus paredes ya se encontraban en estado de equilibrismo. Asimismo, a mediados del siglo XX, uno de los más ilustres artistas plásticos también se inspiró en su preciosa ruina. Nos referimos al referido Ortiz-Echagüe, fotógrafo etnográfico y folklorista, que tan solo retrató los pueblos de España más destacados, por su carácter y belleza.
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II – EL PRECIO DE UNA PUESTA DE SOL:
Pocas veces nos paramos a pensar que aquellas cosas cuyo valor es incalculable; podemos disfrutarlas sin tener que pagar casi nada por ellas. Ese es el caso de un precioso paisaje, de un bello amanecer o de una maravillosa puesta de Sol. Aunque, por fortuna, en nuestros días también puede incluirse en este catálogo de placeres sin apenas coste; disfrutar gratis de la Cultura (con mayúsculas). Ya que a través de internet, las bibliotecas o de los medios de comunicación; se obtienen libremente todos los libros y la música que deseamos. Pese a ello -increíblemente- es hoy cuando parece que menos interesan las artes clásicas; las mismas que no hace tanto, movían y conmovían a todos (ricos y pobres, ignorantes y sabios, urbanitas y rurales). Asimismo, actualmente no se valoran algunos lujos que antaño se consideraban maravillosos tesoros, de los que la Humanidad no podría prescindir. Nos referimos a hechos comunes, pero prodigiosos; como lo es: Un bello paisaje, el cantar de los pájaros y sentirse parte de la Naturaleza. Considerándose decenios atrás un lujo sin parangón, poder disfrutar de un amanecer o de un atardecer de preciosas luces. Placeres gratificantes y prácticamente gratis -en su costo-, pero que hoy se tienen como “gratuitos” (por no decir innecesarios). Ya que en nuestro tiempo se han sustituido por entretenimientos caseros y sobre todo por otros pasatiempos que la Sociedad moderna ha creado -algunos con carácter enfermizo...-.
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Pese a ello, creemos que aun no es tarde para despertar el interés y dar a conocer uno de los grandes prodigios que se producen en Mota del Marqués, como son sus Puestas de Sol. Atardeceres, que si los observamos desde el alto de su loma, resultarán algunos de las más bellos de Castilla. Solo comparables a los que se observan en los campos de Zamarramala, a los que se disfrutan desde el Alcázar de Segovia; y también a los que divisamos en “el espolón” de Toro, o sobre las murallas de Ávila. Todo ello, sin olvidar los ocasos que podemos ver desde las montañas segovianas y avuleneses, como en Las Cogotas, en el Puerto del Pico o en El Barco; junto a los que se dan en la Sierra de Ayllón. Lugares donde no hay un solo anochecer que no sea bello -de un modo u otro, y cada día del año-. Guardando todos estos puntos y sus Puestas del Sol magníficas, un secreto mistérico, que les permite tener a diario esos ocasos preciosos. Uno tras otro y jornada tras jornada; aunque resultan especialmente bellos los que se producen en Mota del Marqués, donde no solo son bellas sus luces durante la caída solar, sino también en los amaneceres. Observándose al astro rey naciendo tras el castillo, mientras emergen los tonos del día, tras esa “mota”. Cubriendo de rosas con azules las colinas y llanos, creando una cortina de extrañas sombras que se expanden sobre quienes observan a contraluz, aquellas luces vespertinas.
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Así pues, no podemos tener la menor duda de que los atardeceres y alboradas de Mota del Marqués, son de los más prodigiosos que podemos disfrutar en nuestras tierras. Ello, pese a que en Castilla, los ocasos y ortos solares se hacen bellos en casi todos sus lugares (a excepción de aquellos que sufren nieblas o que acostumbran a estar nublados). Siendo -a mi juicio- el secreto de los preciosos cielos castellanos; la altitud de la meseta, sus campos abiertos, los vientos ligeros, la reflacción del Atlántico y la sequedad de su aire (fresco y poco húmedo). Un entorno ambiental que definirían los lugareños como “recio”; aunque en verdad es el que crea un medio ideal, para que la luz sea cuasi mágica.
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Una luminosidad de la que disfrutaron artistas como Zuloaga y Machado; genios que sucumbieron a la belleza y al color de los Campos de Castilla. Tierras a las que cantó el gran poeta, junto a otros muchos enamorados de su increíble imagen. Esa Castilla, compuesta por caminos, páramos y bosques; adornados con pueblos preciosos e iluminada con luces y sombras, nacidas del véspero continuo y continuado. Toda ella envuelta en una naturaleza cuasi mística; con infinitos lugares que nos asombrarán por su atractivo geológico, por la extraña vegetación y principalmente por su sobria monumentalidad. Lo que hace de esta región central, una “gran mesa” donde la luz es verdaderamente arte y donde el arte realmente sorprende y aparece por doquier.... . En ocasiones de forma previsible, pero también aflorando espontáneamente; en cualquier punto, hasta en el más inesperado... . Asustando en ocasiones al viajero, que por casualidad encuentra entre las lomas -o en sus extensas llanuras- maravillosas iglesias, castillos, murallas, ruinas y yacimientos. Pero sobre todo, sus maravillosos pueblos. Parajes de enorme belleza, pese a que la mayoría no se mencionen en guía alguna... . Porque hay tanto en Castilla por disfrutar, que para incluirlo en un catálogo deberíamos viajar con varios tomos. Ya que un solo volumen, apenas podría contener los puntos de valor cultural en una de sus provincias -y no creamos que exagero-.
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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Tres imágenes del atardecer, junto a la Iglesia en ruinas de El Salvador; en Mota del Marqués.














JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, atardecer en los campos de Mota. La imagen recoge la zona de subida hacia Tiedra, llamada comúnmente “cuesta de tijeras”. Abajo, el castillo y su loma, vistos desde la lejanía durante un ocaso de verano.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Cielos del atardecer en Mota del Marqués. Las imágenes fotografían las montañas de subida hacia Tiedra.









JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo, cielos del atardecer en Mota del Marqués. Las imágenes fotografían las montañas de subida hacia Tiedra.






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III – LUCES Y SOMBRAS VESPERTINAS:
El planeta Véspero fue el que dio el nombre a Iberia y a España; al menos, esta es la teoría en la que creo. Porque mi etimología de estas dos voces que denominan nuestro país y Península, defiende que ambas significarían en su radicales primigenios: “Occidente” o “atardecer” (y por ende: “ocaso” u “Oeste”). Debido a que aquellas tierras, eran en la antigüedad el último lugar donde se ponía el Sol y por ello fueron consideradas como una zona maldita (el comienzo del infierno). Allende el Mundo acababa y allí donde dominaba Véspero, el planeta Luxifer, también conocido como Venus (diosa del sexo). Pues al final de todo lugar conocido por entonces, estaba esa Iberia, que luego llamada Hispania. Pero asimismo, en este lugar del Finis Terrae, también acababa “el mar de los hombres” (el Mare Nostrum), dando comienzo allí las aguas infernales. Lo que sucedía tras las Columnas de Hércules (Gibraltar y Ceuta), Estrecho que antecedía al temido Océano; el gran mar que muchos creían desembocaba en el infierno. Cayendo desde el Atlántico las aguas, al mismo Averno; como si en ese Occidente remoto se acabara el Mundo y sus mares se dirigían hacia el Cosmos, formado una gran catarata. Todo lo que se concebía desde una Tierra plana, cuyas aguas se desbordaban por los lados; como un plato cuando lo llenamos demasiado. Visión de nuestro entorno que interpretaba los continentes e islas cual corchos que flotaban sobre el aquel recipiente llano y lleno de líquido. Donde sus aguas exteriores (los Océanos) desembocarían finalmente en el infierno, cayendo por el Este y por el Oeste al fuego cósmico; para así, retornar de nuevo a los cielos -provocando de ese modo, las nubes y la lluvia (cuando hervían al tocar el Sol, en su nacimiento y en su ocaso)-.
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Esta cosmovisión ancestral, superada ya durante la Edad del Bronce entre las culturas superiores (como Egipto o las de Mesopotamia). Fue la que hizo situar nuestras tierras en el fin del Mundo y en la entrada al Erebo. Pero también la que daría nombre a aquel extremo Occidental, al que llamarían “Sol en el agua”; una voz que en idiomas indoarianos se expresaba “Svari” -del radical “Svar” (Sol) unido al de “Vari” (agua). Significando entre los indoeuropeos esta crasis de palabras conformadas por “Sol y agua”-SVARI-: “atardecer”. Término que lógicamente también indicaba el Oeste, un lugar que marcaba nuestra geografía. Así, de esos radicales indoarianos se derivaron otras sucesivas voces; como las griegas “Hesperis” o “Hésperos”, que denominaban en idioma heleno el ocaso y el planeta vespertino (Venus). Astro que también marca el amanecer y el oriente puro; saliendo del agua cada mañana por el Este y junto al Sol. Pero que “regresa al mar” en tarde y por el Oeste; acompañando también en su caída al Helios; el padre solar que en ese momento se separa de la madre Luna para dormir junto a Véspero (su bella amante Luxiferos). Así pues, el Este y el Oeste se denominaron “Sol en el Agua”, entre los indoeuropeos, pronunciado como “Svari”; lo que a mi juicio daría nombre a Hesperia, a Hésperos y al Véspero latino. Un término que originó -en mi teoría-, las palabras Siberia e Iberia; marcando el punto de salida y entrada en las aguas, del astro rey. Además, considero que este importante radical indoariano (Svari), incluso se impuso entre las lenguas semitas; ya que esos idiomas de origen mesopotámico igualmente llamaron “SEFAR” al “Oeste” -Sefarad (sefardi)-. Siendo aquel -a mi parecer- la raíz de la voz púnica Spal; nombre que dieron los fenicios a Sevilla y que originaría el posterior de Híspalis, palabra desde la que nació Hispania.
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Así pues Iberia y España habrían sido términos inicialmente sinónimos y referirían las tierras del extremo Occidente, el reino del atardecer. Todo lo que explica que autores como Floro dijeran que en la costa Oeste de Iberia; al caer el Sol sobre las aguas, estas entraban en ebullición. El lugar del ocaso, al final del Mundo, cuyo último punto era conocido por los antiguos como Hieron Akroterion; “cabo sagrado” que actualmente se identifica con Sagres (en Portugal) o bien con el Finisterre gallego. Donde según el científico Artemidoro, el Sol crecía de tamaño hasta alcanzar cien veces su volumen, para luego hundirse en el océano; momento en que provocaba sonidos mientras se apagaba entre las olas, haciendo hervir los mares. Todo lo que Posidonio recriminaba, advirtiendo que ese aumento del astro rey, no se debía a que este se hiciera más grande; sino a que veía mayor por efecto del vapor que nacía del Atlántico -cuando entraba el disco ardiendo, en sus aguas- (ver citas 4a y 4b).
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes del ocaso en Mota del Marqués. Al lado, durante el verano; al fondo, la iglesia de San Martín y a nuestra derecha, mi mujer (Chiho). Abajo, los Montes Torozos, que rodean a Mota.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes del atardecer en Mota del Marqués.

















JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: El atardecer en Mota del Marqués.






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IV – POSIBLE ORIGEN DEL CAMINO DE SANTIAGO:
Es indiscutible que desde la más remota antigüedad, Iberia e Hispania fueron famosas por sus atardeceres. Eran consideradas las tierras del Ocaso; donde diariamente se ocultaba el Sol, junto a su amada Venus. Todo lo que a mi juicio dio nombre a nuestro país (España) y a nuestra Península (Iberia), cuyo significado no sería otro más que el de “Occidente”. Ello explica lo que escribe Estrabón en su Geografía, al iniciar su capítulo sobre Iberia, diciéndonos:es preciso comenzar de nuevo por Európe y sus regiones (…) La primera parte de ella es, como decíamos, el Occidente; es decir, Ibería” -frase del geógrafo heleno que muestra como ambas palabras eran análogas (Ἰβηρία y `esperia)- (4a) . Además, narra que en aquel principio de Europa, se veneraba un cabo considerado el extremo Oeste, de toda tierra conocida. La última punta de continente, donde daba comienzo el inmenso mar, cuyas olas caían al Cosmos. Océano, al que llamaban los helenos Atlántico, por encontrarse junto a la cordillera del Atlas. Dios “atleta” que aguantaba el peso del cielo; tal como sus cumbres montañosas parecían sujetar la bóveda celeste, en ese punto y en el fin del Mundo -cual columnas, sustentando el techo de un edificio-.
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Así pues, describe Estrabón, que en aguas atlánticas se hallaba este promontorio sagrado de los iberos; denominado “Hieron Akroterion” -refiriéndose a Sagres (en Portugal) aunque muchos creen que se trataría de Finisterre-. En cuya punta existía un último islote, al que llegaban los dioses cada noche; motivo por el cual nadie podía pernoctar allí. Aunque durante el día, eran numerosos los peregrinos que acudían hasta esta ínsula y al promontorio venerado, para libar piedras y luego voltearlas (en memoria de sus antepasados) (4b) . A mi juicio, este pasaje datado en el siglo I a.C., es el primer dato que tenemos sobre el origen de un culto hacia el “fin del Mundo”; lo que considero que más tarde, se convertiría en el Camino de Santiago. Una ruta hacia el “campo de la estrella”, que el cristianismo sincretizaría en la forma que hoy conocemos. Tal como hizo con otros tantos ritos ancestrales que el catolicismo encontró a su llegada y expansión por nuestras tierras (desde el sigo III d.C.). Costumbres religiosas romanas y prerromanas, que en vez ser anuladas, fueron reconvertidas, dándoles una forma católica. Aunque en el caso de la Ruta Jacobea, a mi entender, la nueva fe no solo sustituyó el rito de veneración al Sol; sino también cambió al santo cristiano que primero se veneraba. Ya que quien probablemente visitó España (la Hispana romana) no fue Santiago, sino San Pablo; cuyas reliquias -tras ser martirizado- se trasladaron hasta muchos de los lejanos lugares, donde viajó predicando. Por todo ello, no sería de extrañar, que al morir San Pablo, trajeran hasta las tierras atlánticas algunos de sus restos; para depositarlos en el lugar más occidental -una de las tierras más apartadas de Oriente Medio a las que pudo llegar el santo- . Sincretizando de ese modo, la fe a esos promontorios del Oeste y las peregrinaciones precristianas hasta el “Finisterre” (la adoración al fin del mundo y al comienzo del Hades; donde se hallaba la entrada al reino de los muertos y la morada de Dis Pater).
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Aunque en nuestra hipótesis quedaría explicar por qué fue sustituido San Pablo, por Santiago. Lo que a mi juicio se debería a perfeccionar la identificación e cultos -confundiendo los ritos antiguos con los católicos-. Pues parece cierto a que en aquel punto último de la Tierra, en época precristiana se rendía culto a la “venera” de Venus -Luxíferos-. Una adoración que -como sabemos- da nombre a la “veneración” y estaba unida a las de Baco; cuyos ritos tenían enorme carácter sexual (rindiendo fe a la fertilidad y a la riqueza). Todo ello nos puede explicar por qué la famosa “Leyenda dorada” (5) , narra como en el Finisterre reinaba la malvada reina Lupa Luparia, antes de llegar los restos del apóstol. Lo que nos indicaría la relación de esta peregrinación precristiana hasta el extremo occidente, con ritos de Lupercales. Es decir, con festividades de las bacantes, o prostitutas de Baco; que durante sus celebraciones actuaban como mujeres de lupanar (de ello la reina Lupa Luparia). Por su parte, aquel dios del vino y de las orgías, era llamado por sus seguidores Yaco (no Baco); voz que parece ser de origen egipcio y significa “dios”, pero que asimismo se identifica con Iaco (Eako) Dis Pater de los infiernos. Este sería el motivo -a mi juicio- por el que cambiarían el santo católico que se veneró primero en el Finisterre; dedicando el culto finalmente a Santiago (que en hebreo se dice Ya´ko). Y aunque las reliquias importadas en su momento desde Israel, fueran las de otro santo; como los de Pablo, cuyos huesos y vestimentas se distribuyeron por los lejanos lugares a los que viajó predicando. A mi juicio, con el fin de realizar una síncresis mejor, asimilando los referidos rituales precristianos, unidos a Venus y Baco, cambiaron finalmente el nombre del santo Saulo, por el del apóstol Santiago. Que como hemos dicho, en hebreo se decía Ya´Ko, voz de procedencia egipcia y que significa “dios”. Denominación que coincide con la que daban los seguidores de Baco a su deidad; llamádole “Yako” principalmente cuando le celebraban en procesiones. Aunque el verdadero y primer Iako mitológico, fue Eako; dios de los infiernos. Deidad que pudo identificarse plenamente con el Dis Pater (Hades) al que adorarían los celtíberos, rindiéndole culto en punto más occidental -en la entrada al Averno-.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Más fotografías de la Puesta de Sol en Mota. Al lado, de nuevo la subida al castillo. Abajo, podemos ver la A-6 a su paso por esta población (bajo el Sol y a la derecha, se observa un camión).






SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Amanecer en Mota. Observemos la preciosa linea que forman el pueblo, su “mota” y los monumentos que la adornan (un conjunto que pese a su estado ruinoso, sigue siendo bellísimo).


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Así pues, mi teoría es que tras la muerte de San Pablo, enviaron sus reliquias hasta un lugar tan lejano, como nuestras tierras; al igual que se hizo en otros lugares donde predicó. Aunque que más tarde, debieron reconvertir su culto hacia el de Santiago. Principalmente en Finisterre y en el Atlántico, con el fin de sincretizar los ritos del Eako grecorromano (dios del Hades y de los muertos), con el “Ya´ko” hebreo (apóstol mayor). Reconvirtiendo de ese modo al cristianismo, las adoraciones báquicas, tanto como la peregrinación hasta el final de la Tierra. Sincretizando así el camino que realizaban los iberos -descrito por Estrabón-; para venerar el Hieron Akroterion. Lugar santo entre las culturas prerromanas, al que se dirigían en procesión, celebrando allí la caída del astro rey; y que inicialmente hubo de ser el Cabo de Sagres -tal como se deduce de las palabras del geógrafo griego-. Aunque en tiempos de Roma, su culto se transformaría en celebraciones de Iako (dios del Fin del Mundo). Siendo finalmente modificado por el cristianismo y trasladado al Finisterre; al internarse esta nueva religión en la Península a través de la Ruta de la Plata.
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Es en este momento cuando debió cambiarse la referencia del “Finis Terrae”, situado hasta entonces en Cabo de San Vicente, por La Coruña. Habida cuenta que aquel promontorio junto al Cantábrico, era tan occidental como el portugués; pero además, se situaba al final del Camino de la Plata. En un lugar tan remoto como desconocido, muy apartado de todo acceso y principalmente cerca de las ricas minas de oro, estaño y argento gallego. Posteriormente, tras crearse desde el siglo VI algunas de las primeras diócesis católicas, nacidas junto a la referida calzada que cubría desde Huelva a Orense -como lo fueron Astorga y Braga-. La nueva religión daría origen a ritos transformados, en la zona Atlántica; generando a mi juicio lo que se denominó el Camino hacia el fin del Mundo, que terminaría convertido la “Ruta Mozárabe” de Santiago (coincidente con la prerromana, de la Plata). Surgiendo más tarde otras vías hacia el Finisterre y sus ricas minas; como fue la que venía desde Francia y la del Levante -que unía Roma y Jerusalén, con Compostela; pasando por zonas como Mota del Marqués; donde los caballeros teutones, cuidaban de los peregrinos en el siglo XIII- (6) . De tal manera, cuanto hemos narrado explica que aquel culto ibérico al “occidente extremo” y a la muerte del Sol; se convirtiera con el cristianismo en la veneración al Santiago de Finisterre (más próximo a Astorga, que a Sagres). Acabando a través de esta síncresis con las bacanales de Baco y las celebraciones de Iako; sustituyéndolas por las formas de adoración católicas que nos han llegado.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos preciosas tablas del siglo XV, que a mi juicio son obra del Maestro de Astorga; propiedad del Museo Diocesano de Astorga (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). En ellas se representan escenas de “La Leyenda Dorada” de Jacobo de la Vorágine, escritor del siglo XIII que recoge la historia de los restos del apóstol. Narrando que cuando Santiago el Mayor fue decapitado (al igual que San Pablo), sus discípulos introdujeron su cuerpo en una barca, a la que subieron -huyendo así de la persecución en Judea-. La nave les llevó hasta Finisterre (guiada por la providencia); y allí bajaron los restos del Santo, llegando a pie hasta Iria Flavia, donde gobernaba la famosa Lupa. Esta reina les puso numerosas condiciones y trampas, intentando que no enterrasen en sus dominios a Santiago. Finalmente, viendo la monarca que aquellos discípulos superaban toda prueba, llegando a amansar toros bravos o moviendo milagrosamente rocas de miles de kilos. Quedó convencida de la santidad de su misión y de la veracidad de quienes le transmitían la fe cristiana (a la que finalmente se convirtió aquella Lupa). Todo lo que puede interpretarse como una leyenda que idealiza la síncresis, desde ritos de lupercales hasta los cristianos -tal como hemos referido-.
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V – LA APARICIÓN DE “EL ARCÓN”:
Año y medio ha pasado, desde que vino a Mota del Marqués uno de los grandes de Castilla. Nos referimos a Javier Pérez Andrés (7) , que llegó junto a Argimiro Pérez Barahona y el equipo de sus documentales. Programas que -sin duda alguna- son los mejores emitidos y producidos por el Canal Castilla y León “7” (presentados por él, bajo la dirección Pérez Barahona). Nos referimos a “El Arcón” (8) ; que -como digo- es uno de los más importantes reportajes que se graba en las televisiones de habla española. Un informativo cultural, etnográfico, histórico y de empresa; dedicado a localidades de Castilla y León; transmitido desde hace años semanalmente, con enorme éxito. Realizando una labor encomiable de documentación y promoción, que con el paso de los años quedará como un “clásico” de la televisión -tal como actualmente lo es “Un país en la mochila”, de J.A. Labordeta-.
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En los referidos documentales de Javier Pérez Andrés, se muestran los pueblos, campos y ciudades, sus monumentos y gentes; entrevistando a las personas de interés que viven o trabajan en la zona. Realizando una crónica de enorme valor etnográfico, cultural, histórico y folklórico; a la que se une una redacción actualizada, relatando el estado económico y social de cada lugar -explicando los problemas y mejoras que últimamente han logrado-. Todo ello se adorna en “El Arcón”, con anécdotas del pasado, con gastronomía y con la participación de empresarios. Quienes explican los pormenores de sus negocios y enseñan las posibles fórmulas para emprender, en el campo o en los pueblos. Poniendo especial foco en lugares que desde hace años quedaron casi abandonados; por los que muchos van recuperando brío gracias a este semanario -“El Arcón”-, que potencia el turismo y las nuevas ideas de quienes deciden reinstalarse en el medio rural.
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En el programa dedicado a Mota del Marqués, Pérez Andrés entrevistó primeramente a Clara Justo (arquitecta), más tarde a Chiho Onózuka (mi mujer), para terminar con Rebeca Justo (como directora del Camino de Santiago en Mota) -todo aquel que desee verlo, puede hacerlo pulsando en enlace que facilitamos en cita (9) -. En un momento de la larga e interesante conversación que mantuvo con la arquitecta Clara Justo, sobre la colina, en la torre de los teutones. El periodista le preguntó: Qué haría, si ella tuviera el don de reconvertir esas ruinas del castillo y de la iglesia. Ante esa cuestión, con gran criterio, la entrevistada respondió: -“consolidarlas y mantenerlas”-. Al oír aquello, comprendí perfectamente lo que nos decía; pues el valor de ese grupo arquitectónico (hoy semiderrumbado), es adornar la mota y crear un ambiente legendario sobre el pueblo. Además, nada hay peor que la reconstrucción de una sobria ruina; ni nada más dañino, que las recreaciones medievales -tipo Disney y que tanto han proliferado...-. Pese a ello, me quedé pensativo; pues si nada en concreto proponemos hacer con un edificio caído, posiblemente jamás se intervenga, ni se restaure. Ya que la simple idea de consolidación de una ruina, supera el criterio de los que hoy nos dirigen. Quienes parece ser que solo ven útil aquello que tiene un uso; por lo que un espacio al que no se le asigne una actividad, se verá siempre como una obra y una intervención inútil.
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Así fue como reflexioné, considerando que si aquellas ruinas no eran usadas para algo, una vez consolidadas; jamás llegaría el dinero para restaurarlas. De ello, aún creyendo firmemente en las palabras de Clara Justo; sabiendo que hemos de mantenerlas y nunca reconstruirlas; sabiendo que es eso lo único que debe hacerse con lo que queda del castillo y de la iglesia -en la cumbre del cerro-. También parece cierto que si no presentamos un proyecto, otorgando una función posterior a lo que queremos recuperar; nadie vendrá a ayudarnos para su consolidación. Pues el hecho verdadero, es que quienes estudian y prestan las subvenciones, siempre desean que los edificios recuperados cumplan una misión social o civil. Es decir, que aquel dinero invertido, sirva para la mejora del pueblo; lo que no sucedería si se consolidan las ruinas, sin utilizarlas posteriormente para “algo”. Pero... . ¿Cuál puede ser esa función que demos a los restos del castillo y a la iglesia de El Salvador, sin que rompamos la armonía que supone el dejarlas como están...? .
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JUNTO ESTAS LINEAS: Javier Pérez Andrés el día en que fue a rodar a Mota del Marqués su programa El Arcón. Este periodista es una de las personas de España más ha luchado para la recuperación de los pueblos, potenciando el medio rural, el campo, sus monumentos y sus empresas. Incansable trabajador y viajero inagotable, domina absolutamente cualquier rincón de Castilla-León y conoce a todas las personas relevantes que habitan en ellos. Sea ciudad, pueblo o campo; allí donde haya un individuo interesante, allí llega Pérez Andrés -para conocerle, apoyarle en sus proyectos y animar a todos-. Igualmente, se desplaza a cualquier lugar donde haya un monumento o yacimiento de importancia, con el fin de recoger sus imágenes y promocionarlo. La verdad, es que Pérez Andrés ha hecho tanto por los campos y los pueblos castellanoleoneses; que a mi juicio deberían ponerle calle en la mayoría de las localidades de la meseta. Tierras que ha promocionado desde hace decenios, logrando impulsar sus empresas y promover la vuelta al medio rural.
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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Clara Justo Alonso y su estudio de arquitectura, situado en la plaza de Mota del Marqués. Arriba, fotografía del lugar en que se sitúa el estudio (imagen tomada del Facebook de Clara Justo; atardecer en Mota). Al lado, la arquitecta en el día de Las Águedas, con el precioso vestido de “mandona” (imagen también del Facebook de Clara Justo). Abajo, Clara Justo en la puerta de su estudio. Esta motana es una de las mejores profesionales que he conocido; algo que puedo decir, al haber sido yo hijo, hermano, cuñado y tío, de arquitectos. No solo eso -además-, como mi padre trabajó durante cuarenta años de profesor en el COAM (Colegio de Arquitectos de Madrid); he conocido desde mi infancia a innumerables personajes de este mundo. Refiriéndome a figuras como: Francisco Sáez de Oiza, Javier Carvajal, Fernando Higueras y César Manrique, Victor D´Ors, Miguel Fisac, Antonio Lamela, Fernando Chueca y largo etcétera de genios de la arquitectura de antaño. Pese a ello, pocas veces he dado con un profesional de la talla y humanidad de Clara Justo; que no solo comprende la arquitectura, sino también entiende a las personas que la sostienen y la viven. Además, Justo Alonso es una de las grandes esperanzas para que los pueblos de Valladolid se conserven; incluso para que resuciten gracias a su enorme labor profesional y a su tesón. Un trabajo magnífico que realiza a diario; sin temor al frío, a las distancias o a las dificultades que dan el adobe y la piedra. Pero, sobre todo, sin miedo al abandono en el que se halla el medio rural; ayudando esta arquitecta allí donde la llaman y actuando como un verdadero médico para los edificios de su zona.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos momentos de la entrevista de Javier Pérez Andrés a Chiho Onozuka (mi mujer) en su casa de Mota del Marqués; para EL ARCÓN (TV Castilla y León). Al lado, en imagen: De espaldas Javier Pérez Andrés; a su lado Chiho Onozuka; detrás, Pérez Barahona (director del programa). Abajo, plano general del rodaje. Al margen de este programa, desearía también destacar una entrevista posterior que Pérez Andrés hizo a Chiho y que podemos leer en cita (10) .










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos fotografías tomadas durante la entrevista de Javier Pérez Andrés, a Chiho Onozuka.













JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos momentos del rodaje. Al lado, Pérez Andrés encuentra un admirador suyo en las calles de Mota, frente a la casa de Chiho. Se trata de Jacinto, que reside en Tiedra y es un fiel seguidor del programa El Arcón. Ambos conversan junto a mi mujer; ante la sorpresa de Jacinto, al encontrarse con el periodista que tanto le gusta. Abajo, en la plaza del pueblo y subida al castillo, preparando últimas tomas. En primer plano, Chiho Onozuka; a nuestra derecha, Pérez Andrés habla del rodaje; en el centro, cámaras e ingeniero de sonido de TV Castilla-León; detrás, I. Domínguez (esposo de Clara Justo), a nuestra izquierda, Nuria Castaño y Diego Alonso (actuando como peregrino).





JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes del rodaje. Al lado, Diego Alonso (actual concejal de Mota) preparándose para salir a actuar como peregrino, en el reportaje sobre el pueblo. Abajo, final del programa. En la foto, de derecha a izquierda:
Sra. de Alonso (madre de Diego), Javier Pérez Andrés, Rebeca Justo, Ignacio Domínguez (esposo de Clara Justo, con sus niños), Diego Alonso (concejal) Clara Justo, Leticia Castaño, Chiho Onózuka, Nuria Castaño.

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VI – EL MIRADOR DE CASTILLA:
Hasta que no subimos a la loma que hay tras Mota del Marqués, no podremos comprender qué se divisa desde aquel pequeño montículo. Un alto, al que se accede apenas en unos diez minutos andando y que se corona con el castillo en ruinas. Donde la vista alcanza hasta Tiedra y sus lomas -al Oeste-; dominando Toro, al Sur. Aunque si dirigimos la mirada hacia el Este -en días claros- llegaremos a observar Gredos; al igual que si nos situamos cara al Norte, disfrutaremos de la enorme belleza de los Montes Torozos y sus llanos. Un paisaje pleno de colores y de contrastes, que nos hacen creer que estuviéramos en Turquía, o más bien en la Luna; porque algunas de esas colinas llamadas Torozas parecen cráteres, tanto como sus explanadas contienen aires lunáticos. Aunque mayor es lo que se disfruta, si accedemos a la cumbre de esa “mota” durante un atardecer o una alborada. Cuando a diario sus cielos y campos toman colores rosáceos, verdes, azulados o grises. Con tal fuerza, que si los viéramos pintados en un cuadro, pensaríamos que solo son obra de la imaginación del artista y nunca tonos reales. Pues en verdad, si observamos la Puesta de Sol o el amanecer desde aquella loma motana, no creeremos que su cielo es obra de la naturaleza; sino un lienzo pintado por un genio del oleo.
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Así pues, considero que junto a Mota del Marqués, deberían colocar en la A-6 un cartel, indicando que este punto es el Mirador de Castilla. Tal como se ha hecho en Trijueque, donde en la A-2 veremos su indicación marcando “El Mirador de la Alcarria”. O también, como sucede en Autilla del Pino (a unos 20 kilómetros de Palencia); cuyos cruces y carreteras cercanas están marcadas con el distintivo del “Mirador de Tierra de Campos” -en dirección a esta población-. Señalizando de este modo unos miradores, que ayudan a disfrutar al viajero del descanso y a conocer la tierra que recorren. Parando en sus recorridos los interesados, para dirigirse a aquella zona que se ha habilitado como mirador (con algunos bancos y hasta mesas, para ver desde allí el paisaje). Por cuanto he expuesto, creo firmemente que Mota del Marqués es el lugar más indicado para ser considerado “El Mirador de Castilla”; no solo por sus inimaginables vistas, sus atardeceres y alboradas; sino también por su situación privilegiada (a medio camino, entre El Cantábrico y Madrid). Pero además, porque frente a esta población pasan millones de viajeros al año. Un cálculo que me he permitido realizar, observando durante unas horas la A-6 a esa altura y cronometrando sus vehículos en ambas direcciones. Llegando a la conclusión de que pasa un coche -o camión- cada segundo; llevando ello a pensar, que diariamente más de 86.000 vehículos circulan ante Mota del Marqués. Lo que supone que al año recorren este tramo unos treinta millones de coches. Por lo que deduciendo que la media es de dos viajeros por cada vehículo, la cifra de quienes viajan anualmente por este punto, superaría con creces la población total de España... .
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, la iglesia de Trijueque, que se encuentra en un estado muy semejante a la de El Salvador de Mota. Abajo, vista y paisaje desde los muros de la referida iglesia de Trijueque, convertida en Mirador de la Alcarria.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, espadaña de la referida iglesia de Trijueque. Abajo, Vista de La Alcarria desde Trijueque; en su centro -a nuestra derecha-, la famosa Hita (donde fue arcipreste el autor del Libro del Buen Amor).



JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, una de las iglesias de Hita, también en estado de ruina. Abajo, paisajes desde Trijueque. Este altozano que domina la Alcarria fue de gran importancia en la Batalla de Guadalajara -durante la Guerra Civil- y uno de los destacamentos que intentaron tomarla fue el Corpo Truppe Volontarie, que allí dirigía el General Aníbal Bergozoni. Como sabemos, las tropas italianas de voluntarios enviadas a España; venían muy bien equipadas y vestidas -con sombrero de plumas o casacas de cuero-; pero eran famosas por lo poco valientes que resultaban en combate. De ello se hizo famosa una copla que los soldados dirigían al general italiano durante las vigilias, cantándolas desde este alto -hoy convertido en mirador-, para que las oyese el otro bando.
Versos que así decían:
- “Bergonzoni `sinvengüenzi´,
general de las derrotas.
Que para tomar Trijueque
no basta con pelotones,
hay que venir con pelotas”-.
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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de Autilla del Pino (Palencia), Mirador de Tierra de Campos. Arriba, vista de sus paisajes. Al lado, el mirador. Abajo, otra imagen de Tierra de Campos observada desde este altozano.


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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia de El Salvador.










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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia de El Salvador.




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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia de El Salvador. Abajo, este pueblo fotografiado desde Casasola de Arión (a unos quince kilómetros de distancia).








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Anochecer en Mota del Marqués. Al lado, la iglesia de El Salvador. Abajo, vista del pueblo desde el alto del cerro.





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VII – LA POSIBILIDAD DE REALIZAR UN PEQUEÑO ANFITEATRO:
Vamos a referirnos a “anfiteatro” cuando en verdad deberíamos usar el término “teatro”; ya que la diferencia entre ambos es que el primero fue oval (con forma de circunferencia), mientras el teatro era un semicírculo. Además, sabemos que históricamente el anfiteatro nació al unir dos teatros móviles; de los muchos que había en la Italia antigua -construidos con entablamientos de madera, para representar obras dramáticas grecorromanas-. De tal modo, conociendo los latinos algunos espectáculos como los que se realizaban en Hispania (con toros o con caballos, a modo de circo). Parece que ingeniaron el modo de representarlos en el interior de las grandes poblaciones, a través de unir dos teatros y crear una arena, o ruedo central. De ese modo pusieron de moda en Italia el anfiteatro, imitando los estadios olímpicos griegos; aunque dándoles un tamaño mucho menor. Denominando aquellos edificios de doble grada “circus” (circulares); pero conocidos por los helenos como amphi-teatro, lo que en la lengua de Homero significa “doble teatro -unidos-”.
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Parece que fue en España donde vieron los romanos por primera vez el uso común del circo, en el interior de las poblaciones. Debido a que muchas de las ciudades ibéricas tenían desde antiguo esos “ruedos”; seguramente para espectáculos taurinos y para celebrar juegos gladiatorios (tan comunes en los funerales prerromanos de la Península). De esta tradición ancestral ibérica -a mi juicio- se ha conservado hasta nuestros días la costumbre que guarda nuestra España, donde no hay fiesta patronal, en la que no se celebre algo sobre un “circo”. Sea “rapa das bestias”, corridas de toros, encierros, carreras de caballos o simples concursos; pareciendo que el anfiteatro cumple una función de divinización en nuestra cultura. Tanto y de tal modo, que desde la Iberia de Viriato; un joven no era hombre, hasta que no luchaba en la arena (frente a todos), o bien mientras no domase un buen caballo en el ruedo; pero sobre todo, hasta que no corriera y torease una res brava en esas plazas. Costumbre iniciática y religiosa, que une el anfiteatro con lo más sagrado del corazón español. Hasta el punto de que desde nuestro Siglo de Oro y hasta el XX, no hubo intelectual, noble o militar; que no disfrutase de aquellos espectáculos -celebrados por entonces en las plazas principales de cada población-.
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De manera muy parecida a la de los teatros y anfiteatros en Roma antigua; es como se siguen realizando los espectáculos taurinos en Mota del Marqués. Colocando durante las fiestas, una plazuela semicircular frente al ayuntamiento (tal como podemos ver en imágenes inferiores). Todo lo que conlleva la pena y el gasto de tener que desmontarla anualmente; pues en verdad aquella “placita” tiene una imagen preciosa -aunque no puede permanecer allí, porque se encuentra en el paso y el centro del pueblo-. Por todo ello, se me ocurre que quizás, podría ser buena idea colocarla en el alto de la mota, de manera más permanente y frente a la iglesia de San Salvador. Creando allí un anfiteatro (o teatro) en la ladera; sin tocar ruinas, ni menos mover las piedras. Tal como lo describo en fotografías más abajo. Aprovechando aquel lugar, que tendría como telón de fondo las paredes caídas de la iglesia de El Salvador y las vistas que se divisan desde el altozano. Esta es mi propuesta; considerando que podría hacerse el graderío y su escenario, con una “obra menor”; no desmontable, pero que pudiera cambiarse o mejorarse con el paso del tiempo. Creando allí un teatro, un mirador y -a su vez- un lugar donde se celebrasen las fiestas (realizando en ese cerro las corridas y encierros de toros, durante las celebraciones de La Patrona).
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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Lugar donde podría hacerse el graderío; teatro mirador de Mota. Arriba, explicación de a ubicación. Al lado, la plaza del pueblo con las gradas montada para fiestas. Abajo, de nuevo explicación del lugar en que irían las gradas.











JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, el castillo de Mota entre cardos borriqueros (una metáfora fotográfica...). Abajo, de nuevo explicación del escenario y gradas.












JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos nuevas imágenes explicativas del lugar para montar el teatro.












JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes, en la de abajo podemos ver cómo sería el fondo de la escena. Con la iglesia en ruinas y las vistas desde la mota.








JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes tomadas desde la entrada al pueblo, donde se marca el lugar en que estaría el graderío.










JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, explanadas que ya existen a a subida al castillo, donde podrían aparcar los coches los visitantes. Abajo, de nuevo vista del teatro a lo lejos.




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SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo, fotografías de la subida al castillo, y de los lugares (tal como están actualmente). Habría que consolidar y respetar la ruina; incluso dejando el empedrado de acceso a la loma, que es de gran belleza.













JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Famoso anfiteatro prerromano excavado en la roca, de Termantia (Tiermes; Soria). Este teatro natural puede considerarse una de las primeras “plazas de toros” de nuestra Península.








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CITAS:
(1): Para quienes estén interesados en consultar los libros del fotógrafo Kazuki Asai, podrán hacerlo en esta página de intenet que incluyo a continuación (donde se contiene la mencionada fotografía suya de Mota) https://www.amazon.es/Viento-Recorre-Espana-1993-2006-Japanese-ebook/dp/B01GF7KIPS/ref=sr_1_3?_encoding=UTF8&qid=1569396660&refinements=p_27%3AKAZUKI+ASAI&s=digital-text&sr=1-3
(2): Para quienes deseen consultar la referida LISTA NEGRA DE PATRIMONIO; bastará pulsar.
(3): MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE LEYENDA; para llegar a este capítulo, pulsar
(4a): Estrabón, IBERIA (III, 1,2)
(4a): Asimismo narra Estrabón, en IBERIA (Geografía III, 1, 4 y 5); lo siguiente sobre este cabo sagrado (que lógicamente ha de identificarse con Sagres):
4- “Hagamos una descripción detallada, empezando por el Hierón Akrotérion. Éste es el punto más
occidental no sólo de Európe, sino también de toda la "oikouméne", pues el mundo habitado se termina por el ocaso con los dos continentes, es decir, con la península de Európe y con la extremidad de Libýe, de las cuales una ocúpanla los íberes y otra los mauroúsioi. Los confines de Ibería se extienden unos mil quinientos stadios más allá de la citada extremidad. De ahí el nombre con que se designa al territorio contiguo a dicho confín, que en lengua latina llaman "Cuneus", con lo que quieren significar "sphén". Este promontorio se proyecta dentro del mar, y Artemídoros, que según afirma visitó el lugar, lo compara a una nave, y dice que tres pequeñas islas contribuyen a darle esta figura: una ocupa el lugar del espolón, y las otras dos, con regulares condiciones para aportar, el de las "epotídes". Y dice que no hay allí ningún templo de Heraklés, como falsamente afirmó Éphoros, ni ningún altar dedicado a él ni a ningún otro dios, sino piedras esparcidas por doquier en grupos de tres o cuatro, las cuales, según una antigua costumbre, son vueltas del revés por los que visitan el lugar y después de ofrecida una libación reintegradas a su postura primera. Y no está permitido ofrecer sacrificios ni aun estar allí durante la noche, pues dicen que los dioses lo ocupan en aquellas horas. Los que van a visitarlo pernoctan en una aldea próxima, y después, de día, entran allí llevando consigo agua, ya que el lugar no la tiene”.
5- Estas afirmaciones cabe que respondan a la verdad, y debemos creerlas; pero lo que nos cuenta [Artemídoros], siguiendo las tradiciones populares, hemos de recharzarlo por entero. Según Poseidónios(, es opinión vulgar que en las orillas del Océano el Sol es más grande en su ocaso, y se pone con ruido casi como si al extinguirse, en el momento de caer en lo profundo, la mar chirriase. Pero esto -dice- es falso, como lo es que la noche siga inmediatamente tras la puesta del Sol, sino que sobreviene después de un breve iontervalo, tal como acaece en los otros grandes mares; porque en las regiones donde el Sol se pone detrás de montañas, el día perdura después de oculto el Sol por virtud de la luz difusa; pero en las costas no sigue ningún intervalo considerable, si bien las tinieblas no acvienen al instante, como tampoco advienen al punto en las dilatadas llanuras. En cuanto a la ilusión visual del tamaño del Sol, en los mares éste crece a la puesta como a la salida, porque del agua se eleva en tales ocasiones una mayor cantidad de vapor; es decir, que los rayos visuales, al pasar a través de este vapor como a través de una lente, se refractan, y por ello la imagen se hace mayor, como sucede cuando el Sol o la Luna se ven en su puesta u orto a través de una niebla seca y tenue, en cuyos casos los astros aparecen algo rojizos. Y dice [Poseidónios] que se convenció de la falsedad de las mencionadas aserciones cuando, durante su estancia de treinta días en Gádeira, pudo observar las puestas del Sol. Mas Artemídoros afirma que el Sol al ocultarse es cien veces mayor que de ordinario, y que la noche adviene de un modo repentino. Si nos atenemos a sus propias manifestaciones, no es creíble que él mismo haya visto este fenómeno desde el Hierón Akrotérion, puesto que afirma que nadie puede pisarlo durante la noche, y como la noche sucede bruscamente al día, no habría podido permanecer en él a la caída del Sol. Tampoco pudo ver esto en otro lugar a orillas del Océano, porque, aunque Gádeira está ciertamente sobre él, Poseidónios y otros más atestiguan lo contrario.
(5): Nos referimos a: “La leyenda dorada” Santiago de la Vorágine (1228-1230). Asimismo, la reina Lupa se cita en el Codex Calistinus.
(6): EL CAMINO JACOBEO DE LEVANTE PASA POR SIGUIENTES PUNTOS: Valencia, Alfafar, Benetúser, Masanasa, Catarroja, Silla, Almusafes, Benifayó, Algemesí, Alcira, Carcagente, Puebla Larga, Játiva, Alcoy, Anahuir, Canals, Vallada, Mogente, Fuente la Higuera, Almansa, Higueruela, Hoya-Gonzalo, Chinchilla del M.Aragón, Albacete, La Gineta, La Roda, Minaya, Casas de los Pinos, San Clemente, Las Pedroñeras, El Pedernoso, Santa Ma. de los Llanos, Mota del Cuervo, El Toboso, Quintanar de la Orden, la Puebla de Almoradiel, La Villa de Don Fadrique, Villacañas, Tembleque, Mora, Mascaraque, Almonacid de Toledo, Nambroca, Toledo (capital), Rielves, Barcience, Torrijos, Maqueda, Escalona, Almorox, El Tiemblo, Cebreros, San Bartolomé de Pinares, Herradón de Pinares, Ávila (capital), Cardeñosa, Gotarrendura, Hernansancho, Villanueva de Gómez, El Bohodón, Tiñosillos, Arévalo, Medina del Campo, Nava del Rey, Siete Iglesias, Castro Nuño, Villafranca de Duero, Toro, Villalazán, Villaralbo y Zamora (allí se une con el Mozárabe). Pese a ello, hay otro posterior que llega desde Medina del Campo a Olmedo y a Valladolid (capital), pasando por Tordesillas y Mota del Marqués, hasta alcanzar Benavente (para unirse con el camino francés a la altura de León). Siendo más conocido aquel que desde Valladolid se dirige a Wamba, Torrelobatón, La Santa Espina y Mota del Marqués; tomando luego hacia Toro-Zamora, o bien hasta Santa María de Tera y Zamora. Pudiendo seguirse la misma ruta desde Mota del Marqués a Benavente, para unirse al Camino Francés, en León.
(7): Sobre Javier Pérez Andrés, recomendamos leer esta página.
(8): Sobre EL ARCÓN, podemos ver:
(9): EL ARCÓN 219 II; sobre el restaurante Carmelas de Villardefrades y sobre Mota del Marqués
(10): UNA MUJER / UN PAÍS / CHIHO ONOZUKA (por Javier Pérez Andrés)
«Es necesaria más promoción de historia de España sin tener complejo de conquistadores»
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INDICE DE LEYENDAS DE LA MOTA DEL MARQUÉS

-CAPÍTULO I: EL CABALLERO DE SUABIA
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-CAPITULO II: DON JUAN DE AUSTRIA EN MOTA Y SU VISIÓN DEL EMPERADOR.
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-Capítulo III: San Francisco de Borja en el Castillo de Mota del Marqués (Parte primera: LA LIBERACIÓN DE CESAR BORJA Y SU TUMBA SECRETA)
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-Capítulo III: San Francisco de Borja en el Castillo de Mota del Marqués (Parte segunda: LA ENFERMEDAD DEL SANTO Y SU CURACIÓN GRACIAS A UN "CUERNO DE RINOCERONTE" HABIDO EN MOTA)
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-Capítulo IV: FRAY CALDERO Y EL LICOR DE CAFÉ
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-Capítulo V: EL ÚLTIMO VIAJE DE DON JUAN DE AUSTRIA (parte primera).
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-Capítulo VI: EL ÚLTIMO VIAJE DE DON JUAN DE AUSTRIA (parte segunda).
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-Capítulo VII: JUAN DE AUSTRIA Y EL HEREDERO AL TRONO DE FELIPE II
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-Capítulo VIII. LA MUERTE DE DON JUAN DE AUSTRIA
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-Capítulo IX: EL REGRESO DE DON JUAN DE AUSTRIA
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-Capítulo X: CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA (parte primera)
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-Capítulo X: CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA (parte segunda)
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-CAPÍTULO X (parte tercera): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-CAPÍTULO X (parte cuarta): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-CAPÍTULO X (parte quinta): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-Historia del Marqués de Almeida (quien fuera Felipe de S. Roboredo y Almeida, héroe en la Guerra de la Independencia)
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-ISABEL CLARA EUGENIA Y LAS ÁGUEDAS, EN LA MOTA DE MARQUÉS.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-La leyenda del chorizo y del pimentón Jeromín.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-Del modo en que Nuestra Señora de Castellanos inspiró uno de los palacios más bellos del islam.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-LAS SIETE DONCELLAS DE SANTIBÁÑEZ (de cómo ganaron la batalla de Simancas, los caballeros de Mota del Marqués).
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-LA FUNDACIÓN DE SANTIBAÑEZ DE MOTA (el origen de Mota del Marqués)
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-ESPAÑA Y SU SIGNIFICADO (EL PODER DE LAS LEYENDAS Y LAS LEYENDAS DEL PODER)
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-EL PERRERO, O “EL PEDRERO” DE MOTA DEL MARQUÉS
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
- HADA LÍA Y EL CABALLERO DE RODAS (SOBRE LA FUNDACIÓN DE MOTA Y DE ADALIA).
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
- EL REY DON PEDRO Y SU LEYENDA EN JAPÓN
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
- DE LAS NOCHES DE SAMAÍN AL DÍA DE TODOS LOS SANTOS.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
- MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE LEYENDA.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:

- RUTAS LEGENDARIAS EN MOTA DEL MARQUÉS. Parte primera: Ruta de los orígenes pincianos y Ruta de los reyes godos.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:

- RUTAS LEGENDARIAS EN MOTA DEL MARQUÉS. Parte segunda: Ruta de Abderamán III y Ruta del rey Don Pedro -recuerdo de la Ruta de Don Juan de Austria-.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:

- MOTA DEL MARQUÉS: MIRADOR DE CASTILLA.
PARA LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:

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ADEMÁS:
Para celebrar que este blog ha superado los treinta y nueve mil lectores (más de 39.000 lecturas), aprovechamos incluir mi música para quienes quieran escucharla.
En primer lugar podremos oir PLÉYADES, sexto movimiento de los doce que tiene mi ballet TARTESSOS, compuesto y terminado cuanto estaba en La Mili en Sevilla, en 1982 (grabación en semidirecto en Japón 1991). PULSAR SOBRE:
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Tras ello invito a mis lectores a oir, la primera parte de MAEBASHI (LUZ); una de mis últimas obras. Suite de guitarra que también consta de doce movimientos, compuesta entre 2010 y 2011, dedicada a la ciudad en la que vivo (en Japón). En grabación semidirecta en Japón, pueden escuchar las tres piezas de la primera parte: LUZ (Atardecer, Amanecer y Luz de Maebashi).
PULSAR SOBRE SUS ENLACES:


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