ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general de leyendas: http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com/2023/01/indice-de-leyendas-de-la-mota-del.html
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas comprobamos el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que se encuentran.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de la espadaña de la iglesia de El Salvador, en ellas se ve el modo en que milagrosamente se sostiene su campanario torre.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes del ocaso en Mota del Marqués. Al lado, durante el verano; al fondo, la iglesia de San Martín y a nuestra derecha, mi mujer (Chiho). Abajo, los Montes Torozos, que rodean a Mota.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos momentos de la entrevista de Javier Pérez Andrés a Chiho Onozuka (mi mujer) en su casa de Mota del Marqués; para EL ARCÓN (TV Castilla y León). Al lado, en imagen: De espaldas Javier Pérez Andrés; a su lado Chiho Onozuka; detrás, Pérez Barahona (director del programa). Abajo, plano general del rodaje. Al margen de este programa, desearía también destacar una entrevista posterior que Pérez Andrés hizo a Chiho y que podemos leer en cita (10) .
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos fotografías tomadas durante la entrevista de Javier Pérez Andrés, a Chiho Onozuka.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Arriba,
imagen
de Mota del Marqués tomada por el famoso fotógrafo Jose
Ortiz-Echagüe, hacia 1960
(agradecemos al archivo Ortiz-Echagüe, a sus herederos y a la
Universidad de Navarra, nos permitan divulgarla).
En ella podemos ver la iglesia de El Salvador -bajo el castillo- aún
en buenas condiciones. Porque durante los años sesenta, se descuidó
la techumbre de esta iglesia, hasta el punto de dejar caer varias de
sus vigas, provocando el hundimiento del tejado.
En esta situación, las obras de arte que se conservaban en el
interior, se trasladaron a otras iglesias del pueblo; aunque la
mayoría fueron expoliadas o vendidas (creyéndose que su rejería
del siglo XVIII, actualmente se encuentra en el extranjero).
Abajo:
Desde hace varios años, el fotógrafo japonés K. Asai recorre la
Península Ibérica, tomando imágenes en algunos de sus lugares más
singulares.
Ha publicado con ellas varios libros, de una serie intitulada “El
viento que recorre España” (1)
.
En su capítulo II, contiene entre
sus principales imágenes, una muy parecida a la que reproducimos
bajo estas lineas (tomada
por mí hace unos meses, desde el mismo punto y a similar hora que lo
hizo el artista nippón). Se
trata la subida al castillo de Mota del Marqués durante el
atardecer, con la iglesia de El Salvador en primer término. Templo
que se actualmente encuentra en plena ruina, pero que conserva aún
su espadaña, como un verdadero milagro (pues
se sustenta más por efecto de la gravedad que por el de sus
cimientos). Si
comparamos el estado de este edificio en la fotografía de
Ortiz-Echagüe -arriba- y en la que hicimos meses atrás, nos
asombrará el modo en que se ha dejado al abandono -tanto como para
haber entrado en la Lista Roja de Patrimonio
(2)
-.
Más aún tratándose de un monumento cuya importancia no solo reside
en su belleza arquitectónica, al haber sido levantado en el
Renacimiento y reconstruido durante el Barroco. Sino -que además-
corona toda la ladera de aquella “mota”, componiendo un paisaje
maravilloso.
I
- DEL EQUILIBRIO ARQUITECTÓNICO AL EQUILIBRISMO DE LA ARQUITECTURA:
Al
iniciar nuestro artículo citábamos a dos famoso fotógrafos que
tomaron imágenes en Mota del Marqués (Ortiz-Echagüe y Asai);
aunque sabemos que han sido centenares los artistas que pararon en
esa ladera, con el fin de inspirarse en su luz y su faz -tan bonita
como decadente-. Este aspecto legendario y derruido del cerro motano,
lo definíamos en uno de nuestros artículos del siguiente modo:
“gran
colina, en cuya cumbre veremos lo que queda de su castillo y de la
ermita que lo acompañaba. Destacando
sobre ese “alto” una torre del homenaje circular, con casi
ochocientos años de antigüedad; que se sostiene a duras penas, bajo
el milagro de sus contrafuertes... . Así
es como se aparece Mota del Marqués; naciendo ante todo viajero
convertida en una mágica ruina sobre un montículo y cuyas paredes
nadie sabe el modo en que se mantienen en pie.
Donde tras distinguir lo que queda de la gran fortaleza que antaño
cerró con murallas el pueblo; veremos una ermita. Una pequeña
iglesia dedicada a El Salvador, situada bajo los restos del castillo
y cuya espadaña parece de cartón; pues también se mantiene erguida
gracias a otro milagro pétreo”.
.
En
el mismo capítulo, intitulado MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE
LEYENDA (3)
;
definíamos la imagen de este lugar del siguiente modo: “sus
piedras en equilibrio y las construcciones en plena decadencia, dan a
este pueblo una primera imagen cargada de misterio, y hasta tristeza.
Configurando una linea en la que se confunden ruinas, con terrones y
montañas; pareciendo que estas colinas llamadas Torozas, desearan
engullir los últimos restos arquitectónicos, que tanto destacan
sobre esa mota. Pero una
vez vista y conocida aquella amalgama que une piedra con paisaje; aún
pudiendo sorprender su pobre estado,
el viajero queda admirado con el romanticismo que todo ese grupo
arquitectónico expresa. Ya que el enigma de las ruinas se produce,
cuando quien las observa, intenta completar con su imaginación lo
que fue el edificio caído; momento en que comienza lo que podemos
denominar `arquitectura legendaria´.
Un hecho por el que se inicia el `sueño del espacio´, por el cual
el espectador va cubriendo y llenando con su mente, aquellos vanos
que el tiempo ha derruido; pretendiendo completar gran parte de la
construcción, antes de deteriorarse. Así
nace la leyenda arquitectónica, cuya belleza pertenece a nuestra
idea y no a la realidad”.
.
Con
las frases anteriores, describí lo que sentíamos al observar
aquella “mota” cargada de ruinas -todas en peligro de
desaparecer-. A lo que hemos de añadir como uno de los misterios que
envuelve esta visión, radica en el esfuerzo que realizan sus piedras
para lograr mantenerse en pie, día tras día. Un ejercicio
basado en la fuerza y la contra-fuerza, unido a la causalidad o la
casualidad; determinando la esencia misma de la beldad en la
arquitectura, cuyo enigma primigenio radica en el equilibro... .
Aunque cuando hablamos de construcciones como estas motanas,
deberíamos utilizar el término “equilibrismo”; pues es de
un modo -cuasi circense y absolutamente espectacular- como logran
mantenerse los muros que todavía aguantan en esa ladera. Pudiendo
comprobarse allí (in situ) los conocimientos constructivos,
ochocientos años atrás. Porque quienes levantaron esos muros,
la torre circular y una bóveda interior; lograron que aguanten sin
caer, después de ocho siglos, y pese a no tener casi paredes... .
Del mismo modo, en este lugar se prueba que un campanario de iglesia,
puede sostenerse gracias a la fuerza de sus cimientos. Sin apoyo
alguno y pareciendo que su lienzo es capaz de vadear el viento, como
si se tratase de una cortina colgada del cielo. Y aunque nada ni
nadie ha logrado derribar totalmente el castillo, siquiera tirar la
ermita de esa mota -edificios que lograron soportar la ferocidad de
las tropas de Napoleón; e incluso la incultura ibérica (capaz de
derrumbar las Pirámides)-. No cabe la menor duda de que esa
ruinas tienen sus días contados, si no se consolidan con prontitud y
no se cuidan de un modo adecuado. Ya que sus muros se encuentran
en estado límite; lo que bastará comprobar acercándonos a ellos,
viendo como provoca miedo situarnos junto a sus paredes o junto su
bóveda (temiendo que caigan sobre nosotros).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de
la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la
Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas se observa el
lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que ya se encuentran.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII) y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas comprobamos el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el que se encuentran.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes
más de la torre de los teutones (restos del castillo del siglo XIII)
y de la Iglesia de El Salvador, en Mota del Marqués. En ellas se
observa nuevamente el lamentable y peligroso estado de derrumbe en el
que se encuentran.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de la espadaña de la iglesia de El Salvador, en ellas se ve el modo en que milagrosamente se sostiene su campanario torre.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos fotos más
de la subida al castillo de Mota. Al lado,
la espadaña de la iglesia de El Salvador, vista desde su interior.
Observemos de nuevo el lateral de sus muros, que de modo tan frágil
se mantiene en pie. Realmente
esta iglesia se debería llamar ya la “de los milagros”, al igual
que fue apodado el acueducto de Mérida, cuando todos pensaron
durante años que se derrumbaría, aunque sus arcos no terminaron de
caerse totalmente. Abajo,
la bóveda interior del castillo teutón. Observemos la complejidad
arquitectónica de esta construcción que ya tiene más de ocho
siglos. Una magnífica estructura que ha logrado que aún se mantenga
en pié; casi sin paredes.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes
más de la espadaña de la misma iglesia. Al
lado, vista de la torre desde su
frente, con una persona en lo que queda de la puerta (el arco), para
que apreciemos sus proporciones. Abajo,
la misma iglesia, desde el lado Este. En
la zona inferior derecha de la imagen, la gran iglesia de San Martín,
en el centro del pueblo. A nuestra izquierda y en primer plano, la de
El Salvador (sobre la colina).
La foto no está torcida (como parece) es la torre la que se
encuentra vencida, amenazando de caerse... .
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes
del interior de la torre de los teutones, en Mota del Marqués.
Torreón que se había mantenido más o menos en buen estado, hasta
que en 1810 lo bombardearon las tropas de Napoleón (durante su
retirada desde Arapiles, al ser derrotados).
Tras ello y después de sufrir algunos ataques de la rapiña
decimonónica, que robó los dinteles de puertas, ventanas y lo que
quedaba de sus sillares labrados. Los
restos del castillo fueron fotografiados por Germán Gamazo -hacia
1880-; seguramente al pensar
que muy pronto desaparecería, pues en esa época sus paredes ya se
encontraban en estado de equilibrismo. Asimismo,
a mediados del siglo XX, uno
de los más ilustres artistas plásticos también se
inspiró en su preciosa ruina.
Nos referimos al referido Ortiz-Echagüe,
fotógrafo etnográfico y folklorista, que tan solo retrató los
pueblos de España más destacados,
por su carácter y belleza.
II
– EL PRECIO DE UNA PUESTA DE SOL:
Pocas
veces nos paramos a pensar que aquellas cosas cuyo valor es
incalculable; podemos disfrutarlas sin tener que pagar casi nada por
ellas. Ese es el caso de un precioso paisaje, de un bello amanecer o
de una maravillosa puesta de Sol. Aunque, por fortuna, en nuestros
días también puede incluirse en este catálogo de placeres sin
apenas coste; disfrutar gratis de la Cultura (con mayúsculas). Ya
que a través de internet, las bibliotecas o de los medios de
comunicación; se obtienen libremente todos los libros y la música
que deseamos. Pese a ello -increíblemente- es hoy cuando parece
que menos interesan las artes clásicas; las mismas que no hace
tanto, movían y conmovían a todos (ricos y pobres, ignorantes
y sabios, urbanitas y rurales). Asimismo, actualmente no se valoran
algunos lujos que antaño se consideraban maravillosos tesoros, de
los que la Humanidad no podría prescindir. Nos referimos a hechos
comunes, pero prodigiosos; como lo es: Un bello paisaje, el cantar de
los pájaros y sentirse parte de la Naturaleza. Considerándose
decenios atrás un lujo sin parangón, poder disfrutar de un amanecer
o de un atardecer de preciosas luces. Placeres gratificantes y
prácticamente gratis -en su costo-, pero que hoy se tienen como
“gratuitos” (por no decir innecesarios). Ya que en nuestro tiempo
se han sustituido por entretenimientos caseros y sobre todo por otros
pasatiempos que la Sociedad moderna ha creado -algunos con carácter
enfermizo...-.
.
Pese
a ello, creemos que aun no es tarde para despertar el interés y dar
a conocer uno de los grandes prodigios que se producen en Mota del
Marqués, como son sus Puestas de Sol. Atardeceres, que si los
observamos desde el alto de su loma, resultarán algunos de las más
bellos de Castilla. Solo comparables a los que se observan en los
campos de Zamarramala, a los que se disfrutan desde el Alcázar de
Segovia; y también a los que divisamos en “el espolón” de Toro,
o sobre las murallas de Ávila. Todo ello, sin olvidar los ocasos que
podemos ver desde las montañas segovianas y avuleneses, como en Las
Cogotas, en el Puerto del Pico o en El Barco; junto a los que se dan
en la Sierra de Ayllón. Lugares donde no hay un solo anochecer
que no sea bello -de un modo u otro, y cada día del año-. Guardando
todos estos puntos y sus Puestas del Sol magníficas, un secreto
mistérico, que les permite tener a diario esos ocasos preciosos. Uno
tras otro y jornada tras jornada; aunque resultan especialmente
bellos los que se producen en Mota del Marqués, donde no solo son
bellas sus luces durante la caída solar, sino también en los
amaneceres. Observándose al astro rey naciendo tras el castillo,
mientras emergen los tonos del día, tras esa “mota”. Cubriendo
de rosas con azules las colinas y llanos, creando una cortina de
extrañas sombras que se expanden sobre quienes observan a contraluz,
aquellas luces vespertinas.
.
Así pues, no podemos tener la menor duda de que los atardeceres y alboradas de Mota del Marqués, son de los más prodigiosos que podemos disfrutar en nuestras tierras. Ello, pese a que en Castilla, los ocasos y ortos solares se hacen bellos en casi todos sus lugares (a excepción de aquellos que sufren nieblas o que acostumbran a estar nublados). Siendo -a mi juicio- el secreto de los preciosos cielos castellanos; la altitud de la meseta, sus campos abiertos, los vientos ligeros, la reflacción del Atlántico y la sequedad de su aire (fresco y poco húmedo). Un entorno ambiental que definirían los lugareños como “recio”; aunque en verdad es el que crea un medio ideal, para que la luz sea cuasi mágica.
Así pues, no podemos tener la menor duda de que los atardeceres y alboradas de Mota del Marqués, son de los más prodigiosos que podemos disfrutar en nuestras tierras. Ello, pese a que en Castilla, los ocasos y ortos solares se hacen bellos en casi todos sus lugares (a excepción de aquellos que sufren nieblas o que acostumbran a estar nublados). Siendo -a mi juicio- el secreto de los preciosos cielos castellanos; la altitud de la meseta, sus campos abiertos, los vientos ligeros, la reflacción del Atlántico y la sequedad de su aire (fresco y poco húmedo). Un entorno ambiental que definirían los lugareños como “recio”; aunque en verdad es el que crea un medio ideal, para que la luz sea cuasi mágica.
.
Una
luminosidad de la que disfrutaron artistas como Zuloaga y Machado;
genios que sucumbieron a la belleza y al color de los Campos de
Castilla. Tierras a las que cantó el gran poeta, junto a
otros muchos enamorados de su increíble imagen. Esa Castilla,
compuesta por caminos, páramos y bosques; adornados con pueblos
preciosos e iluminada con luces y sombras, nacidas del véspero
continuo y continuado. Toda ella envuelta en una naturaleza cuasi
mística; con infinitos lugares que nos asombrarán por su atractivo
geológico, por la extraña vegetación y principalmente por su
sobria monumentalidad. Lo que hace de esta región central, una “gran
mesa” donde la luz es verdaderamente arte y donde el arte realmente
sorprende y aparece por doquier.... . En ocasiones de forma
previsible, pero también aflorando espontáneamente; en cualquier
punto, hasta en el más inesperado... . Asustando en ocasiones al
viajero, que por casualidad encuentra entre las lomas -o en sus
extensas llanuras- maravillosas iglesias, castillos, murallas, ruinas
y yacimientos. Pero sobre todo, sus maravillosos pueblos. Parajes de
enorme belleza, pese a que la mayoría no se mencionen en guía
alguna... . Porque hay tanto en Castilla por disfrutar, que para
incluirlo en un catálogo deberíamos viajar con varios tomos. Ya que
un solo volumen, apenas podría contener los puntos de valor cultural
en una de sus provincias -y no creamos que exagero-.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Tres
imágenes del atardecer, junto a la Iglesia en ruinas de El Salvador;
en Mota del Marqués.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado,
atardecer en los campos de Mota. La
imagen recoge la zona de subida hacia Tiedra, llamada comúnmente
“cuesta de tijeras”. Abajo,
el castillo y su loma, vistos desde la lejanía durante un ocaso de
verano.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Cielos del
atardecer en Mota del Marqués. Las
imágenes fotografían las montañas de subida hacia Tiedra.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo, cielos
del atardecer en Mota del Marqués. Las imágenes fotografían las
montañas de subida hacia Tiedra.
III
– LUCES Y SOMBRAS VESPERTINAS:
El
planeta Véspero fue el que dio el nombre a Iberia y a España; al
menos, esta es la teoría en la que creo. Porque mi etimología
de estas dos voces que denominan nuestro país y Península, defiende
que ambas significarían en su radicales primigenios: “Occidente”
o “atardecer” (y por ende: “ocaso” u “Oeste”). Debido
a que aquellas tierras, eran en la antigüedad el último lugar donde
se ponía el Sol y por ello fueron consideradas como una zona maldita
(el comienzo del infierno). Allende el Mundo acababa y allí donde
dominaba Véspero, el planeta Luxifer, también conocido como Venus
(diosa del sexo). Pues al final de todo lugar conocido por
entonces, estaba esa Iberia, que luego llamada Hispania. Pero
asimismo, en este lugar del Finis Terrae, también acababa “el mar
de los hombres” (el Mare Nostrum), dando comienzo allí las aguas
infernales. Lo que sucedía tras las Columnas de Hércules (Gibraltar
y Ceuta), Estrecho que antecedía al temido Océano; el gran mar que
muchos creían desembocaba en el infierno. Cayendo desde el Atlántico
las aguas, al mismo Averno; como si en ese Occidente remoto se
acabara el Mundo y sus mares se dirigían hacia el Cosmos, formado
una gran catarata. Todo lo que se concebía desde una Tierra plana,
cuyas aguas se desbordaban por los lados; como un plato cuando lo
llenamos demasiado. Visión de nuestro entorno que interpretaba los
continentes e islas cual corchos que flotaban sobre el aquel
recipiente llano y lleno de líquido. Donde sus aguas exteriores (los
Océanos) desembocarían finalmente en el infierno, cayendo por el
Este y por el Oeste al fuego cósmico; para así, retornar de nuevo a
los cielos -provocando de ese modo, las nubes y la lluvia (cuando
hervían al tocar el Sol, en su nacimiento y en su ocaso)-.
.
Esta
cosmovisión ancestral, superada ya durante la Edad del Bronce
entre las culturas superiores (como Egipto o las de Mesopotamia). Fue
la que hizo situar nuestras tierras en el fin del Mundo y en la
entrada al Erebo. Pero también la que daría nombre a aquel extremo
Occidental, al que llamarían “Sol en el agua”; una voz que en
idiomas indoarianos se expresaba “Svari” -del radical “Svar”
(Sol) unido al de “Vari” (agua). Significando entre los
indoeuropeos esta crasis de palabras conformadas por “Sol y
agua”-SVARI-: “atardecer”. Término que lógicamente también
indicaba el Oeste, un lugar que marcaba nuestra geografía. Así,
de esos radicales indoarianos se derivaron otras sucesivas voces;
como las griegas “Hesperis” o “Hésperos”, que denominaban en
idioma heleno el ocaso y el planeta vespertino (Venus). Astro que
también marca el amanecer y el oriente puro; saliendo del agua cada
mañana por el Este y junto al Sol. Pero que “regresa al mar” en
tarde y por el Oeste; acompañando también en su caída al Helios;
el padre solar que en ese momento se separa de la madre Luna para
dormir junto a Véspero (su bella amante Luxiferos). Así pues, el
Este y el Oeste se denominaron “Sol en el Agua”, entre los
indoeuropeos, pronunciado como “Svari”; lo que a mi juicio daría
nombre a Hesperia, a Hésperos y al Véspero latino. Un término que
originó -en mi teoría-, las palabras Siberia e Iberia; marcando el
punto de salida y entrada en las aguas, del astro rey. Además,
considero que este importante radical indoariano (Svari), incluso se
impuso entre las lenguas semitas; ya que esos idiomas de origen
mesopotámico igualmente llamaron “SEFAR” al “Oeste” -Sefarad
(sefardi)-. Siendo aquel -a mi parecer- la raíz de la voz púnica
Spal; nombre que dieron los fenicios a Sevilla y que originaría el
posterior de Híspalis, palabra desde la que nació Hispania.
.
Así
pues Iberia y España habrían sido términos inicialmente sinónimos
y referirían las tierras del extremo Occidente, el reino del
atardecer. Todo lo que explica que autores como Floro dijeran que
en la costa Oeste de Iberia; al caer el Sol sobre las aguas, estas
entraban en ebullición. El lugar del ocaso, al final del Mundo,
cuyo último punto era conocido por los antiguos como Hieron
Akroterion; “cabo sagrado” que actualmente se identifica con
Sagres (en Portugal) o bien con el Finisterre gallego. Donde
según el científico Artemidoro, el Sol crecía de tamaño hasta
alcanzar cien veces su volumen, para luego hundirse en el océano;
momento en que provocaba sonidos mientras se apagaba entre las olas,
haciendo hervir los mares. Todo lo que Posidonio recriminaba,
advirtiendo que ese aumento del astro rey, no se debía a que este se
hiciera más grande; sino a que veía mayor por efecto del vapor que
nacía del Atlántico -cuando entraba el disco ardiendo, en sus
aguas- (ver citas 4a y
4b).
.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes del ocaso en Mota del Marqués. Al lado, durante el verano; al fondo, la iglesia de San Martín y a nuestra derecha, mi mujer (Chiho). Abajo, los Montes Torozos, que rodean a Mota.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos
imágenes del atardecer en Mota del Marqués.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: El atardecer en
Mota del Marqués.
IV
– POSIBLE ORIGEN DEL CAMINO DE SANTIAGO:
Es
indiscutible que desde la más remota antigüedad, Iberia e Hispania
fueron famosas por sus atardeceres. Eran consideradas las tierras del
Ocaso; donde diariamente se ocultaba el Sol, junto a su amada Venus.
Todo lo que a mi juicio dio nombre a nuestro país
(España) y a nuestra Península (Iberia), cuyo significado no sería
otro más que el de “Occidente”. Ello explica lo que escribe
Estrabón en su Geografía, al iniciar su capítulo sobre Iberia,
diciéndonos:
“es
preciso comenzar de nuevo por Európe y sus regiones (…) La primera
parte de ella es, como decíamos, el Occidente; es decir, Ibería”
-frase
del geógrafo heleno que muestra como ambas palabras eran análogas
(Ἰβηρία
y
`esperia)-
(4a)
.
Además,
narra
que en aquel principio de Europa, se veneraba un cabo considerado el
extremo Oeste, de toda tierra conocida.
La última punta de continente, donde daba comienzo el inmenso mar,
cuyas olas caían al Cosmos. Océano, al que llamaban los helenos
Atlántico, por encontrarse junto a la cordillera del Atlas. Dios
“atleta”
que
aguantaba el peso del cielo; tal como sus cumbres montañosas
parecían sujetar la bóveda celeste, en ese punto y en el fin del
Mundo -cual columnas, sustentando el techo de un edificio-.
.
Así
pues, describe
Estrabón, que en aguas atlánticas se hallaba este promontorio
sagrado de los iberos; denominado “Hieron Akroterion”
-refiriéndose
a Sagres (en Portugal) aunque muchos creen que se trataría de
Finisterre-. En
cuya punta existía un último islote, al que llegaban los dioses
cada noche; motivo por el cual nadie podía pernoctar allí. Aunque
durante el día, eran numerosos los peregrinos que acudían hasta
esta ínsula y al promontorio venerado, para libar piedras y luego
voltearlas (en memoria de sus antepasados) (4b)
.
A mi juicio, este pasaje datado en el siglo I a.C., es el primer dato
que tenemos sobre el origen de un culto hacia el “fin del Mundo”;
lo que considero que más tarde, se convertiría en el Camino de
Santiago. Una ruta hacia el “campo de la estrella”, que el
cristianismo sincretizaría en la forma que hoy conocemos.
Tal como hizo con otros tantos ritos ancestrales que el catolicismo
encontró a su llegada y expansión por nuestras tierras (desde el
sigo III d.C.). Costumbres religiosas romanas y prerromanas, que en
vez ser anuladas, fueron reconvertidas, dándoles una forma católica.
Aunque en
el caso de la Ruta Jacobea, a mi entender, la nueva fe no solo
sustituyó el rito de veneración al Sol; sino también cambió al
santo cristiano que primero se veneraba. Ya que quien probablemente
visitó España
(la Hispana romana) no
fue Santiago, sino San Pablo; cuyas reliquias -tras ser martirizado-
se trasladaron hasta muchos de los lejanos lugares, donde viajó
predicando. Por todo ello, no sería de extrañar, que al morir San
Pablo, trajeran hasta las tierras atlánticas algunos de sus restos;
para depositarlos en el lugar más occidental -una
de las tierras más apartadas de Oriente Medio a las que pudo llegar
el santo- .
Sincretizando de ese modo, la fe a esos promontorios del Oeste y las
peregrinaciones precristianas hasta el “Finisterre” (la
adoración al fin del mundo y al comienzo del Hades; donde se hallaba
la entrada al reino de los muertos y la morada de Dis Pater).
.
Aunque
en nuestra hipótesis quedaría explicar por qué fue sustituido San
Pablo, por Santiago. Lo que a mi juicio se debería a perfeccionar la
identificación e cultos -confundiendo los ritos antiguos con los
católicos-. Pues parece cierto a que en aquel punto último de la
Tierra, en época precristiana se rendía culto a la “venera” de
Venus -Luxíferos-. Una adoración que -como sabemos- da nombre a
la “veneración” y estaba unida a las de Baco; cuyos ritos tenían
enorme carácter sexual (rindiendo fe a la fertilidad y a la
riqueza). Todo ello nos puede explicar por qué la famosa “Leyenda
dorada” (5) ,
narra como en el Finisterre reinaba la malvada reina Lupa Luparia,
antes de llegar los restos del apóstol. Lo que nos indicaría la
relación de esta peregrinación precristiana hasta el extremo
occidente, con ritos de Lupercales. Es decir, con festividades de las
bacantes, o prostitutas de Baco; que durante sus celebraciones
actuaban como mujeres de lupanar (de ello la reina Lupa Luparia). Por
su parte, aquel dios del vino y de las orgías, era llamado por sus
seguidores Yaco (no Baco); voz que parece ser de origen egipcio y
significa “dios”, pero que asimismo se identifica con Iaco (Eako)
Dis Pater de los infiernos. Este sería el motivo -a mi juicio- por
el que cambiarían el santo católico que se veneró primero en el
Finisterre; dedicando el culto finalmente a Santiago (que en hebreo
se dice Ya´ko). Y aunque las reliquias importadas en su momento
desde Israel, fueran las de otro santo; como los de Pablo, cuyos
huesos y vestimentas se distribuyeron por los lejanos lugares a los
que viajó predicando. A mi juicio, con el fin de realizar una
síncresis mejor, asimilando los referidos rituales precristianos,
unidos a Venus y Baco, cambiaron finalmente el nombre del santo
Saulo, por el del apóstol Santiago. Que como hemos dicho, en
hebreo se decía Ya´Ko, voz de procedencia egipcia y que significa
“dios”. Denominación que coincide con la que daban los
seguidores de Baco a su deidad; llamádole “Yako”
principalmente cuando le celebraban en procesiones. Aunque el
verdadero y primer Iako mitológico, fue Eako; dios de los infiernos.
Deidad que pudo identificarse plenamente con el Dis Pater (Hades) al
que adorarían los celtíberos, rindiéndole culto en punto más
occidental -en la entrada al Averno-.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Más
fotografías de la Puesta de Sol en Mota. Al
lado, de nuevo la subida al
castillo. Abajo,
podemos ver la A-6 a su paso por esta población (bajo el Sol y a la
derecha, se observa un camión).
SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Amanecer en
Mota. Observemos la preciosa linea que forman el pueblo, su “mota”
y los monumentos que la adornan (un conjunto que pese a su estado
ruinoso, sigue siendo bellísimo).
Así
pues, mi teoría es que tras la muerte de San Pablo, enviaron sus
reliquias hasta un lugar tan lejano, como nuestras tierras; al igual
que se hizo en otros lugares donde predicó. Aunque que más tarde,
debieron reconvertir su culto hacia el de Santiago. Principalmente en
Finisterre y en el Atlántico, con el fin de sincretizar los
ritos del Eako grecorromano (dios del Hades y de los muertos), con el
“Ya´ko” hebreo (apóstol mayor). Reconvirtiendo de ese modo
al cristianismo, las adoraciones báquicas, tanto como la
peregrinación hasta el final de la Tierra. Sincretizando así el
camino que realizaban los iberos -descrito por Estrabón-; para
venerar el Hieron Akroterion. Lugar santo entre las culturas
prerromanas, al que se dirigían en procesión, celebrando allí la
caída del astro rey; y que inicialmente hubo de ser el Cabo de
Sagres -tal como se deduce de las palabras del geógrafo griego-.
Aunque en tiempos de Roma, su culto se transformaría en
celebraciones de Iako (dios del Fin del Mundo). Siendo finalmente
modificado por el cristianismo y trasladado al Finisterre; al
internarse esta nueva religión en la Península a través de la Ruta
de la Plata.
.
Es
en este momento cuando debió cambiarse la referencia del “Finis
Terrae”, situado hasta entonces en Cabo de San Vicente, por La
Coruña. Habida cuenta que aquel promontorio junto al Cantábrico,
era tan occidental como el portugués; pero además, se situaba al
final del Camino de la Plata. En un lugar tan remoto como
desconocido, muy apartado de todo acceso y principalmente cerca de
las ricas minas de oro, estaño y argento gallego. Posteriormente,
tras crearse desde el siglo VI algunas de las primeras diócesis
católicas, nacidas junto a la referida calzada que cubría desde
Huelva a Orense -como lo fueron Astorga y Braga-. La nueva
religión daría origen a ritos transformados, en la zona Atlántica;
generando a mi juicio lo que se denominó el Camino hacia el fin del
Mundo, que terminaría convertido la “Ruta Mozárabe” de Santiago
(coincidente con la prerromana, de la Plata). Surgiendo más
tarde otras vías hacia el Finisterre y sus ricas minas; como fue la
que venía desde Francia y la del Levante -que unía Roma y
Jerusalén, con Compostela; pasando por zonas como Mota del Marqués;
donde los caballeros teutones, cuidaban de los peregrinos en el siglo
XIII- (6) . De tal
manera, cuanto hemos narrado explica que aquel culto ibérico al
“occidente extremo” y a la muerte del Sol; se convirtiera con el
cristianismo en la veneración al Santiago de Finisterre (más
próximo a Astorga, que a Sagres). Acabando a través de esta
síncresis con las bacanales de Baco y las celebraciones de Iako;
sustituyéndolas por las formas de adoración católicas que nos han
llegado.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos preciosas
tablas del siglo XV, que a mi juicio son obra del Maestro de Astorga;
propiedad del Museo Diocesano de Astorga (al
que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). En ellas se
representan escenas de “La
Leyenda Dorada” de Jacobo de la Vorágine, escritor del siglo XIII
que recoge la historia de los restos del apóstol. Narrando
que cuando Santiago el Mayor fue decapitado (al igual que San Pablo),
sus discípulos introdujeron su cuerpo en una barca, a la que
subieron -huyendo así de la persecución en Judea-. La nave les
llevó hasta Finisterre (guiada por la providencia); y allí bajaron
los restos del Santo, llegando a pie hasta Iria Flavia, donde
gobernaba la famosa Lupa. Esta reina les puso numerosas condiciones y
trampas, intentando que no enterrasen en sus dominios a Santiago.
Finalmente, viendo la monarca que aquellos discípulos superaban toda
prueba, llegando a amansar toros bravos o moviendo milagrosamente
rocas de miles de kilos. Quedó convencida de la santidad de su
misión y de la veracidad de quienes le transmitían la fe cristiana
(a la que finalmente se convirtió aquella Lupa).
Todo lo que puede interpretarse como una leyenda que idealiza la
síncresis, desde ritos de lupercales hasta los cristianos -tal como
hemos referido-.
V
– LA APARICIÓN DE “EL ARCÓN”:
Año
y medio ha pasado, desde que vino a Mota del Marqués uno de los
grandes de Castilla. Nos referimos a Javier Pérez Andrés
(7) , que llegó junto a Argimiro Pérez Barahona y
el equipo de sus documentales. Programas que -sin duda alguna-
son los mejores emitidos y producidos por el Canal Castilla y León
“7” (presentados por él, bajo la dirección Pérez Barahona).
Nos referimos a “El Arcón” (8)
; que -como digo- es uno de los más importantes reportajes que se
graba en las televisiones de habla española. Un informativo
cultural, etnográfico, histórico y de empresa; dedicado a
localidades de Castilla y León; transmitido desde hace años
semanalmente, con enorme éxito. Realizando una labor encomiable
de documentación y promoción, que con el paso de los años quedará
como un “clásico” de la televisión -tal como actualmente lo es
“Un país en la mochila”, de J.A. Labordeta-.
.
En
los referidos documentales de Javier Pérez Andrés, se muestran los
pueblos, campos y ciudades, sus monumentos y gentes; entrevistando a
las personas de interés que viven o trabajan en la zona. Realizando
una crónica de enorme valor etnográfico, cultural, histórico y
folklórico; a la que se une una redacción actualizada, relatando el
estado económico y social de cada lugar -explicando los problemas y
mejoras que últimamente han logrado-. Todo ello se adorna en “El
Arcón”, con anécdotas del pasado, con gastronomía y con la
participación de empresarios. Quienes explican los pormenores de sus
negocios y enseñan las posibles fórmulas para emprender, en el
campo o en los pueblos. Poniendo especial foco en lugares que desde
hace años quedaron casi abandonados; por los que muchos van
recuperando brío gracias a este semanario -“El Arcón”-, que
potencia el turismo y las nuevas ideas de quienes deciden
reinstalarse en el medio rural.
.
En
el programa dedicado a Mota del Marqués, Pérez Andrés entrevistó
primeramente a Clara Justo (arquitecta), más tarde a Chiho Onózuka
(mi mujer), para terminar con Rebeca Justo (como directora del Camino
de Santiago en Mota) -todo aquel que desee verlo, puede hacerlo
pulsando en enlace que facilitamos en cita (9)
-. En un momento de la larga e interesante conversación que
mantuvo con la arquitecta Clara Justo, sobre la colina, en la torre
de los teutones. El periodista le preguntó: Qué haría, si ella
tuviera el don de reconvertir esas ruinas del castillo y de la
iglesia. Ante esa cuestión, con gran criterio, la entrevistada
respondió: -“consolidarlas y mantenerlas”-. Al oír aquello,
comprendí perfectamente lo que nos decía; pues el valor de ese
grupo arquitectónico (hoy semiderrumbado), es adornar la mota y
crear un ambiente legendario sobre el pueblo. Además, nada hay peor
que la reconstrucción de una sobria ruina; ni nada más dañino, que
las recreaciones medievales -tipo Disney y que tanto han
proliferado...-. Pese a ello, me quedé pensativo; pues si nada en
concreto proponemos hacer con un edificio caído, posiblemente jamás
se intervenga, ni se restaure. Ya que la simple idea de consolidación
de una ruina, supera el criterio de los que hoy nos dirigen.
Quienes parece ser que solo ven útil aquello que tiene un uso; por
lo que un espacio al que no se le asigne una actividad, se verá
siempre como una obra y una intervención inútil.
.
Así
fue como reflexioné, considerando que si aquellas ruinas no eran
usadas para algo, una vez consolidadas; jamás llegaría el dinero
para restaurarlas. De ello, aún creyendo firmemente en las
palabras de Clara Justo; sabiendo que hemos de mantenerlas y nunca
reconstruirlas; sabiendo que es eso lo único que debe hacerse con lo
que queda del castillo y de la iglesia -en la cumbre del cerro-.
También parece cierto que si no presentamos un proyecto,
otorgando una función posterior a lo que queremos recuperar; nadie
vendrá a ayudarnos para su consolidación. Pues el hecho verdadero,
es que quienes estudian y prestan las subvenciones, siempre desean
que los edificios recuperados cumplan una misión social o civil.
Es decir, que aquel dinero invertido, sirva para la mejora del
pueblo; lo que no sucedería si se consolidan las ruinas, sin
utilizarlas posteriormente para “algo”. Pero... . ¿Cuál puede
ser esa función que demos a los restos del castillo y a la iglesia
de El Salvador, sin que rompamos la armonía que supone el dejarlas
como están...? .
JUNTO
ESTAS LINEAS: Javier Pérez Andrés
el día en que fue a rodar a Mota del Marqués su programa El Arcón.
Este periodista es una de las personas de España más ha luchado
para la recuperación de los pueblos, potenciando el medio rural, el
campo, sus monumentos y sus empresas. Incansable
trabajador y viajero inagotable, domina absolutamente cualquier
rincón de Castilla-León y conoce a todas las personas relevantes
que habitan en ellos. Sea ciudad, pueblo o campo; allí donde haya un
individuo interesante, allí llega Pérez Andrés -para conocerle,
apoyarle en sus proyectos y animar a todos-. Igualmente, se desplaza
a cualquier lugar donde haya un monumento o yacimiento de
importancia, con el fin de recoger sus imágenes y promocionarlo. La
verdad, es que Pérez Andrés ha hecho tanto por los campos y los
pueblos castellanoleoneses; que a mi juicio deberían ponerle calle
en la mayoría de las localidades de la meseta. Tierras que ha
promocionado desde hace decenios, logrando impulsar sus empresas y
promover la vuelta al medio rural.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Clara
Justo Alonso y su estudio de arquitectura, situado en la plaza de
Mota del Marqués. Arriba,
fotografía del lugar en que se
sitúa el estudio (imagen tomada del Facebook de Clara Justo;
atardecer en Mota). Al lado, la
arquitecta en el día de Las Águedas, con el precioso vestido de
“mandona” (imagen también del Facebook de Clara Justo). Abajo,
Clara Justo en la puerta de su estudio. Esta
motana es una de las mejores profesionales que he conocido; algo que
puedo decir, al haber sido yo hijo, hermano, cuñado y tío, de
arquitectos. No solo eso
-además-, como mi padre trabajó durante cuarenta años de profesor
en el COAM (Colegio de Arquitectos de Madrid); he conocido desde mi
infancia a innumerables personajes de este mundo. Refiriéndome a
figuras como: Francisco Sáez de Oiza, Javier Carvajal, Fernando
Higueras y César Manrique, Victor D´Ors, Miguel Fisac, Antonio
Lamela, Fernando Chueca y largo etcétera de genios de la
arquitectura de antaño. Pese a ello, pocas
veces he dado con un profesional de la talla y humanidad de Clara
Justo; que no solo comprende la arquitectura, sino también entiende
a las personas que la sostienen y la viven. Además, Justo Alonso es
una de las grandes esperanzas para que los pueblos de Valladolid se
conserven; incluso para que resuciten gracias a su enorme labor
profesional y a su tesón. Un
trabajo magnífico que realiza a diario; sin temor al frío, a las
distancias o a las dificultades que dan el adobe y la piedra. Pero,
sobre todo, sin miedo al abandono en el que se halla el medio rural;
ayudando esta arquitecta allí donde la llaman y actuando como un
verdadero médico para los edificios de su zona.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos momentos de la entrevista de Javier Pérez Andrés a Chiho Onozuka (mi mujer) en su casa de Mota del Marqués; para EL ARCÓN (TV Castilla y León). Al lado, en imagen: De espaldas Javier Pérez Andrés; a su lado Chiho Onozuka; detrás, Pérez Barahona (director del programa). Abajo, plano general del rodaje. Al margen de este programa, desearía también destacar una entrevista posterior que Pérez Andrés hizo a Chiho y que podemos leer en cita (10) .
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos fotografías tomadas durante la entrevista de Javier Pérez Andrés, a Chiho Onozuka.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos momentos del
rodaje. Al lado,
Pérez Andrés encuentra un admirador suyo en las calles de Mota,
frente a la casa de Chiho. Se
trata de Jacinto, que reside en Tiedra y es un fiel seguidor del
programa El Arcón. Ambos conversan junto a mi mujer; ante la
sorpresa de Jacinto, al encontrarse con el periodista que tanto le
gusta. Abajo, en la
plaza del pueblo y subida al castillo, preparando últimas tomas. En
primer plano, Chiho Onozuka; a nuestra derecha, Pérez Andrés habla
del rodaje; en el centro, cámaras e ingeniero de sonido de TV
Castilla-León; detrás, I. Domínguez (esposo de Clara Justo), a
nuestra izquierda, Nuria Castaño y Diego Alonso (actuando como
peregrino).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos
imágenes del rodaje. Al lado,
Diego Alonso (actual concejal
de Mota) preparándose para salir a actuar como peregrino, en el
reportaje sobre el pueblo. Abajo, final
del programa. En la foto, de
derecha a izquierda:
Sra.
de Alonso (madre de Diego), Javier Pérez Andrés, Rebeca Justo,
Ignacio Domínguez (esposo de Clara Justo, con sus niños), Diego
Alonso (concejal) Clara Justo, Leticia Castaño, Chiho Onózuka,
Nuria Castaño.
VI
– EL MIRADOR DE CASTILLA:
Hasta
que no subimos a la loma que hay tras Mota del Marqués, no podremos
comprender qué se divisa desde aquel pequeño montículo. Un
alto, al que se accede apenas en unos diez minutos andando y que se
corona con el castillo en ruinas. Donde la vista alcanza hasta Tiedra
y sus lomas -al Oeste-; dominando Toro, al Sur. Aunque si dirigimos
la mirada hacia el Este -en días claros- llegaremos a observar
Gredos; al igual que si nos situamos cara al Norte, disfrutaremos de
la enorme belleza de los Montes Torozos y sus llanos. Un paisaje
pleno de colores y de contrastes, que nos hacen creer que
estuviéramos en Turquía, o más bien en la Luna; porque algunas de
esas colinas llamadas Torozas parecen cráteres, tanto como sus
explanadas contienen aires lunáticos. Aunque mayor es lo que se
disfruta, si accedemos a la cumbre de esa “mota” durante un
atardecer o una alborada. Cuando a diario sus cielos y campos
toman colores rosáceos, verdes, azulados o grises. Con tal fuerza,
que si los viéramos pintados en un cuadro, pensaríamos que solo son
obra de la imaginación del artista y nunca tonos reales. Pues en
verdad, si observamos la Puesta de Sol o el amanecer desde aquella
loma motana, no creeremos que su cielo es obra de la naturaleza; sino
un lienzo pintado por un genio del oleo.
.
Así
pues, considero que junto a Mota del Marqués, deberían colocar en
la A-6 un cartel, indicando que este punto es el Mirador de Castilla.
Tal como se ha hecho en Trijueque, donde en la A-2 veremos su
indicación marcando “El Mirador de la Alcarria”. O también,
como sucede en Autilla del Pino (a unos 20 kilómetros de
Palencia); cuyos cruces y carreteras cercanas están marcadas con el
distintivo del “Mirador de Tierra de Campos” -en dirección a
esta población-. Señalizando de este modo unos miradores, que
ayudan a disfrutar al viajero del descanso y a conocer la tierra que
recorren. Parando en sus recorridos los interesados, para dirigirse a
aquella zona que se ha habilitado como mirador (con algunos bancos y
hasta mesas, para ver desde allí el paisaje). Por cuanto he
expuesto, creo firmemente que Mota del Marqués es el lugar más
indicado para ser considerado “El Mirador de Castilla”; no solo
por sus inimaginables vistas, sus atardeceres y alboradas; sino
también por su situación privilegiada (a medio camino, entre El
Cantábrico y Madrid). Pero además, porque frente a esta
población pasan millones de viajeros al año. Un cálculo que me
he permitido realizar, observando durante unas horas la A-6 a esa
altura y cronometrando sus vehículos en ambas direcciones. Llegando
a la conclusión de que pasa un coche -o camión- cada segundo;
llevando ello a pensar, que diariamente más de 86.000 vehículos
circulan ante Mota del Marqués. Lo que supone que al año recorren
este tramo unos treinta millones de coches. Por lo que deduciendo que
la media es de dos viajeros por cada vehículo, la cifra de
quienes viajan anualmente por este punto, superaría con creces la
población total de España... .
SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado,
la iglesia de Trijueque, que se encuentra en un estado muy semejante
a la de El Salvador de Mota. Abajo,
vista y paisaje desde los muros de la referida iglesia de Trijueque,
convertida en Mirador de la Alcarria.
..
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado,
espadaña de la referida iglesia de Trijueque. Abajo,
Vista de La Alcarria desde Trijueque; en su centro -a nuestra
derecha-, la famosa Hita (donde fue arcipreste el autor del Libro del
Buen Amor).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado, una
de las iglesias de Hita, también en estado de ruina. Abajo,
paisajes desde Trijueque. Este
altozano que domina la Alcarria fue de gran importancia en la Batalla
de Guadalajara -durante la Guerra Civil- y uno de los destacamentos
que intentaron tomarla fue el Corpo Truppe Volontarie, que allí
dirigía el General Aníbal Bergozoni. Como sabemos, las tropas
italianas de voluntarios enviadas a España; venían muy bien
equipadas y vestidas -con sombrero de plumas o casacas de cuero-;
pero eran famosas por lo poco valientes que resultaban en combate. De
ello se hizo famosa una copla que los soldados dirigían al general
italiano durante las vigilias, cantándolas desde este alto -hoy
convertido en mirador-, para que las oyese el otro bando.
Versos
que así decían:
- “Bergonzoni `sinvengüenzi´,
- “Bergonzoni `sinvengüenzi´,
general
de las derrotas.
Que
para tomar Trijueque
no
basta con pelotones,
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes
de Autilla del Pino (Palencia), Mirador de Tierra de Campos.
Arriba, vista de sus paisajes. Al
lado, el mirador. Abajo,
otra imagen de Tierra de Campos
observada desde este altozano.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes
de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia
de El Salvador.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes
de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia
de El Salvador.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes
de Mota del Marqués y de sus vistas desde el castillo o la iglesia
de El Salvador. Abajo,
este pueblo fotografiado desde Casasola de Arión (a unos quince
kilómetros de distancia).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Anochecer en
Mota del Marqués. Al lado,
la iglesia de El Salvador. Abajo,
vista del pueblo desde el alto del cerro.
VII
– LA POSIBILIDAD DE REALIZAR UN PEQUEÑO ANFITEATRO:
Vamos
a referirnos a “anfiteatro” cuando en verdad deberíamos usar el
término “teatro”; ya que la diferencia entre ambos es que el
primero fue oval (con forma de circunferencia), mientras el teatro
era un semicírculo. Además, sabemos que históricamente el
anfiteatro nació al unir dos teatros móviles; de los muchos que
había en la Italia antigua -construidos con entablamientos de
madera, para representar obras dramáticas grecorromanas-. De tal
modo, conociendo los latinos algunos espectáculos como los que
se realizaban en Hispania (con toros o con caballos, a modo de
circo). Parece que ingeniaron el modo de representarlos en el
interior de las grandes poblaciones, a través de unir dos teatros y
crear una arena, o ruedo central. De ese modo pusieron de moda en
Italia el anfiteatro, imitando los estadios olímpicos griegos;
aunque dándoles un tamaño mucho menor. Denominando aquellos
edificios de doble grada “circus” (circulares); pero conocidos
por los helenos como amphi-teatro, lo que en la lengua de Homero
significa “doble teatro -unidos-”.
.
Parece
que fue en España donde vieron los romanos por primera vez el uso
común del circo, en el interior de las poblaciones. Debido a que
muchas de las ciudades ibéricas tenían desde antiguo esos “ruedos”;
seguramente para espectáculos taurinos y para celebrar juegos
gladiatorios (tan comunes en los funerales prerromanos de la
Península). De esta tradición ancestral ibérica -a mi juicio-
se ha conservado hasta nuestros días la costumbre que guarda nuestra
España, donde no hay fiesta patronal, en la que no se celebre algo
sobre un “circo”. Sea “rapa das bestias”, corridas de toros,
encierros, carreras de caballos o simples concursos; pareciendo que
el anfiteatro cumple una función de divinización en nuestra
cultura. Tanto y de tal modo, que desde la Iberia de Viriato; un
joven no era hombre, hasta que no luchaba en la arena (frente a
todos), o bien mientras no domase un buen caballo en el ruedo; pero
sobre todo, hasta que no corriera y torease una res brava en esas
plazas. Costumbre iniciática y religiosa, que une el anfiteatro con
lo más sagrado del corazón español. Hasta el punto de que
desde nuestro Siglo de Oro y hasta el XX, no hubo intelectual, noble
o militar; que no disfrutase de aquellos espectáculos -celebrados
por entonces en las plazas principales de cada población-.
.
De
manera muy parecida a la de los teatros y anfiteatros en Roma
antigua; es como se siguen realizando los espectáculos taurinos en
Mota del Marqués. Colocando durante las fiestas, una plazuela
semicircular frente al ayuntamiento (tal como podemos ver en imágenes
inferiores). Todo lo que conlleva la pena y el gasto de tener que
desmontarla anualmente; pues en verdad aquella “placita”
tiene una imagen preciosa -aunque no puede permanecer allí, porque
se encuentra en el paso y el centro del pueblo-. Por todo ello, se
me ocurre que quizás, podría ser buena idea colocarla en el alto de
la mota, de manera más permanente y frente a la iglesia de San
Salvador. Creando allí un anfiteatro (o teatro) en la ladera; sin
tocar ruinas, ni menos mover las piedras. Tal como lo describo en
fotografías más abajo. Aprovechando aquel lugar, que tendría como
telón de fondo las paredes caídas de la iglesia de El Salvador y
las vistas que se divisan desde el altozano. Esta es mi propuesta;
considerando que podría hacerse el graderío y su escenario, con una
“obra menor”; no desmontable, pero que pudiera cambiarse o
mejorarse con el paso del tiempo. Creando allí un teatro, un mirador
y -a su vez- un lugar donde se celebrasen las fiestas (realizando en
ese cerro las corridas y encierros de toros, durante las
celebraciones de La Patrona).
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Lugar
donde podría hacerse el graderío; teatro mirador de Mota. Arriba,
explicación de a ubicación. Al lado,
la plaza del pueblo con las gradas montada para fiestas. Abajo, de
nuevo explicación del lugar en que irían las gradas.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, el
castillo de Mota entre cardos borriqueros (una metáfora
fotográfica...). Abajo,
de nuevo explicación del escenario y gradas.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos nuevas
imágenes explicativas del lugar para montar el teatro.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes, en
la de abajo podemos ver cómo sería el fondo de la escena. Con la
iglesia en ruinas y las vistas desde la mota.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes tomadas desde
la entrada al pueblo, donde se marca el lugar en que estaría el
graderío.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, explanadas
que ya existen a a subida al castillo, donde podrían aparcar los
coches los visitantes. Abajo, de
nuevo vista del teatro a lo lejos.
SOBRE,
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo,
fotografías de la subida al castillo, y de los lugares (tal como
están actualmente). Habría que consolidar y respetar la ruina;
incluso dejando el empedrado de acceso a la loma, que es de gran
belleza.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Famoso
anfiteatro prerromano excavado en la roca, de Termantia (Tiermes;
Soria). Este teatro natural puede considerarse una de las primeras
“plazas de toros” de nuestra Península.
….................................................................
CITAS:
(1):
Para quienes estén
interesados en consultar los libros del fotógrafo Kazuki Asai,
podrán hacerlo en esta página de intenet que incluyo a continuación
(donde se contiene la mencionada fotografía suya de Mota)
https://www.amazon.es/Viento-Recorre-Espana-1993-2006-Japanese-ebook/dp/B01GF7KIPS/ref=sr_1_3?_encoding=UTF8&qid=1569396660&refinements=p_27%3AKAZUKI+ASAI&s=digital-text&sr=1-3
(2):
Para quienes deseen consultar la referida LISTA
NEGRA DE PATRIMONIO; bastará pulsar.
(3):
MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE LEYENDA; para llegar a este
capítulo, pulsar
http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com/2019/08/mota-del-marques-un-pueblo-de-leyenda.html
(4a):
Estrabón, IBERIA (III, 1,2)
(4a):
Asimismo narra Estrabón, en IBERIA (Geografía
III, 1, 4 y 5); lo siguiente sobre este cabo sagrado (que lógicamente
ha de identificarse con Sagres):
4-
“Hagamos una descripción detallada, empezando por el Hierón
Akrotérion. Éste es el punto más
occidental
no sólo de Európe, sino también de toda la "oikouméne",
pues el mundo habitado se termina por el ocaso con los dos
continentes, es decir, con la península de Európe y con la
extremidad de Libýe, de las cuales una ocúpanla los íberes y otra
los mauroúsioi. Los confines de Ibería se extienden unos mil
quinientos stadios más allá de la citada extremidad. De ahí el
nombre con que se designa al territorio contiguo a dicho confín, que
en lengua latina llaman "Cuneus", con lo que quieren
significar "sphén". Este promontorio se proyecta dentro
del mar, y Artemídoros, que según afirma visitó el lugar, lo
compara a una nave, y dice que tres pequeñas islas contribuyen a
darle esta figura: una ocupa el lugar del espolón, y las otras dos,
con regulares condiciones para aportar, el de las "epotídes".
Y dice que no hay allí ningún templo de Heraklés, como falsamente
afirmó Éphoros, ni ningún altar dedicado a él ni a ningún otro
dios, sino piedras esparcidas por doquier en grupos de tres o cuatro,
las cuales, según una antigua costumbre, son vueltas del revés por
los que visitan el lugar y después de ofrecida una libación
reintegradas a su postura primera. Y no está permitido ofrecer
sacrificios ni aun estar allí durante la noche, pues dicen que los
dioses lo ocupan en aquellas horas. Los que van a visitarlo pernoctan
en una aldea próxima, y después, de día, entran allí llevando
consigo agua, ya que el lugar no la tiene”.
5-
Estas afirmaciones cabe que respondan a la verdad, y debemos
creerlas; pero lo que nos cuenta [Artemídoros], siguiendo las
tradiciones populares, hemos de recharzarlo por entero. Según
Poseidónios(, es opinión vulgar que en las orillas del
Océano el Sol es más grande en su ocaso, y se pone con ruido casi
como si al extinguirse, en el momento de caer en lo profundo, la mar
chirriase. Pero esto -dice- es falso, como lo es que la noche siga
inmediatamente tras la puesta del Sol, sino que sobreviene después
de un breve iontervalo, tal como acaece en los otros grandes mares;
porque en las regiones donde el Sol se pone detrás de montañas, el
día perdura después de oculto el Sol por virtud de la luz difusa;
pero en las costas no sigue ningún intervalo considerable, si bien
las tinieblas no acvienen al instante, como tampoco advienen al punto
en las dilatadas llanuras. En cuanto a la ilusión visual del tamaño
del Sol, en los mares éste crece a la puesta como a la salida,
porque del agua se eleva en tales ocasiones una mayor cantidad de
vapor; es decir, que los rayos visuales, al pasar a través de este
vapor como a través de una lente, se refractan, y por ello la imagen
se hace mayor, como sucede cuando el Sol o la Luna se ven en su
puesta u orto a través de una niebla seca y tenue, en cuyos casos
los astros aparecen algo rojizos. Y dice [Poseidónios] que se
convenció de la falsedad de las mencionadas aserciones cuando,
durante su estancia de treinta días en Gádeira, pudo observar las
puestas del Sol. Mas Artemídoros afirma que el Sol al ocultarse es
cien veces mayor que de ordinario, y que la noche adviene de un modo
repentino. Si nos atenemos a sus propias manifestaciones, no es
creíble que él mismo haya visto este fenómeno desde el Hierón
Akrotérion, puesto que afirma que nadie puede pisarlo durante la
noche, y como la noche sucede bruscamente al día, no habría podido
permanecer en él a la caída del Sol. Tampoco pudo ver esto en otro
lugar a orillas del Océano, porque, aunque Gádeira está
ciertamente sobre él, Poseidónios y otros más atestiguan lo
contrario.
(5):
Nos
referimos a: “La leyenda dorada” Santiago de la Vorágine
(1228-1230).
Asimismo, la reina Lupa se cita en el Codex Calistinus.
(6):
EL
CAMINO JACOBEO DE LEVANTE PASA POR SIGUIENTES PUNTOS: Valencia,
Alfafar, Benetúser, Masanasa, Catarroja, Silla, Almusafes, Benifayó,
Algemesí, Alcira, Carcagente, Puebla Larga, Játiva, Alcoy, Anahuir,
Canals, Vallada, Mogente, Fuente la Higuera, Almansa, Higueruela,
Hoya-Gonzalo, Chinchilla del M.Aragón, Albacete, La Gineta, La Roda,
Minaya, Casas de los Pinos, San Clemente, Las Pedroñeras, El
Pedernoso, Santa Ma. de los Llanos, Mota del Cuervo, El Toboso,
Quintanar de la Orden, la Puebla de Almoradiel, La Villa de Don
Fadrique, Villacañas, Tembleque, Mora, Mascaraque, Almonacid de
Toledo, Nambroca, Toledo (capital), Rielves, Barcience, Torrijos,
Maqueda, Escalona, Almorox, El Tiemblo, Cebreros, San Bartolomé de
Pinares, Herradón de Pinares, Ávila (capital), Cardeñosa,
Gotarrendura, Hernansancho, Villanueva de Gómez, El Bohodón,
Tiñosillos, Arévalo, Medina del Campo, Nava del Rey, Siete
Iglesias, Castro Nuño, Villafranca de Duero, Toro, Villalazán,
Villaralbo y Zamora (allí se une con el Mozárabe). Pese a ello, hay
otro posterior que llega desde Medina del Campo a Olmedo y a
Valladolid (capital), pasando por Tordesillas y Mota del Marqués,
hasta alcanzar Benavente (para unirse con el camino francés a la
altura de León). Siendo más conocido aquel que desde Valladolid se
dirige a Wamba, Torrelobatón, La Santa Espina y Mota del Marqués;
tomando luego hacia Toro-Zamora, o bien hasta Santa María de Tera y
Zamora. Pudiendo seguirse la misma ruta desde Mota del Marqués a
Benavente, para unirse al Camino Francés, en León.
(7):
Sobre
Javier Pérez Andrés, recomendamos leer esta página.
(8):
Sobre EL ARCÓN, podemos ver:
(9):
EL ARCÓN 219 II; sobre el restaurante Carmelas
de Villardefrades y sobre Mota del Marqués
(10):
UNA MUJER / UN PAÍS / CHIHO ONOZUKA (por
Javier Pérez Andrés)
«Es
necesaria más promoción de historia de España sin tener complejo
de conquistadores»
.............................................................................
INDICE
DE LEYENDAS DE LA MOTA DEL MARQUÉS
-CAPÍTULO
I: EL CABALLERO DE SUABIA
PARA
LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-CAPITULO
II: DON JUAN DE AUSTRIA EN MOTA Y SU VISIÓN DEL EMPERADOR.
PARA
LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-Capítulo
III: San Francisco de Borja en el Castillo de Mota del Marqués
(Parte primera: LA LIBERACIÓN DE CESAR BORJA Y SU TUMBA SECRETA)
PARA
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-Capítulo
III: San Francisco de Borja en el Castillo de Mota del Marqués
(Parte segunda: LA ENFERMEDAD DEL SANTO Y SU CURACIÓN GRACIAS A UN
"CUERNO DE RINOCERONTE" HABIDO EN MOTA)
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-Capítulo
IV: FRAY CALDERO Y EL LICOR DE CAFÉ
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-Capítulo
V: EL ÚLTIMO VIAJE DE DON JUAN DE AUSTRIA (parte primera).
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-Capítulo
VI: EL ÚLTIMO VIAJE DE DON JUAN DE AUSTRIA (parte segunda).
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-Capítulo
VII: JUAN DE AUSTRIA Y EL HEREDERO AL TRONO DE FELIPE II
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-Capítulo
VIII. LA MUERTE DE DON JUAN DE AUSTRIA
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-Capítulo
IX: EL REGRESO DE DON JUAN DE AUSTRIA
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-Capítulo
X: CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA (parte primera)
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-Capítulo
X: CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA (parte segunda)
PARA
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-CAPÍTULO
X (parte tercera): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA
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-CAPÍTULO
X (parte cuarta): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA
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-CAPÍTULO
X (parte quinta): CONJURA Y VENGANZA POR DON JUAN DE AUSTRIA
PARA
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-Historia
del Marqués de Almeida (quien fuera Felipe de S. Roboredo y Almeida,
héroe en la Guerra de la Independencia)
PARA
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-ISABEL
CLARA EUGENIA Y LAS ÁGUEDAS, EN LA MOTA DE MARQUÉS.
PARA
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-La
leyenda del chorizo y del pimentón Jeromín.
PARA
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-Del
modo en que Nuestra Señora de Castellanos inspiró uno de los
palacios más bellos del islam.
PARA
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-LAS
SIETE DONCELLAS DE SANTIBÁÑEZ (de cómo ganaron la batalla de
Simancas, los caballeros de Mota del Marqués).
PARA
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-LA
FUNDACIÓN DE SANTIBAÑEZ DE MOTA (el origen de Mota del Marqués)
PARA
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-ESPAÑA
Y SU SIGNIFICADO (EL PODER DE LAS LEYENDAS Y LAS LEYENDAS DEL PODER)
PARA
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-EL
PERRERO, O “EL PEDRERO” DE MOTA DEL MARQUÉS
PARA
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-
HADA LÍA Y EL CABALLERO DE RODAS (SOBRE LA FUNDACIÓN DE MOTA Y DE
ADALIA).
PARA
LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-
EL REY DON PEDRO Y SU LEYENDA EN JAPÓN
PARA
LLEGAR A ELLA PULSAR EL ENLACE:
-
DE LAS NOCHES DE SAMAÍN AL DÍA DE TODOS LOS SANTOS.
PARA
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-
MOTA DEL MARQUÉS, UN PUEBLO DE LEYENDA.
PARA
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-
RUTAS LEGENDARIAS EN MOTA DEL MARQUÉS. Parte primera: Ruta de los
orígenes pincianos y Ruta de los reyes godos.
PARA
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-
RUTAS LEGENDARIAS EN MOTA DEL MARQUÉS. Parte segunda: Ruta de
Abderamán III y Ruta del rey Don Pedro -recuerdo de la Ruta de Don
Juan de Austria-.
PARA
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-
MOTA DEL MARQUÉS: MIRADOR DE CASTILLA.
PARA
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ADEMÁS:
Para
celebrar que este blog ha superado los treinta y nueve mil lectores
(más de 39.000 lecturas), aprovechamos incluir mi música para
quienes quieran escucharla.
En
primer lugar podremos oir PLÉYADES, sexto movimiento de los doce que
tiene mi ballet TARTESSOS, compuesto y terminado cuanto estaba en La
Mili en Sevilla, en 1982 (grabación en semidirecto en Japón 1991).
PULSAR SOBRE:
.
Tras
ello invito a mis lectores a oir, la primera parte de MAEBASHI (LUZ);
una de mis últimas obras. Suite de guitarra que también consta de
doce movimientos, compuesta entre 2010 y 2011, dedicada a la ciudad
en la que vivo (en Japón). En grabación semidirecta en Japón,
pueden escuchar las tres piezas de la primera parte: LUZ (Atardecer,
Amanecer y Luz de Maebashi).
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